Cómo prevenir la apnea del sueño en bebés | El Nuevo Siglo
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Miércoles, 18 de Julio de 2018

La apnea del sueño, un trastorno que genera pausas en la respiración de manera repetida, puede ser bastante común en los bebés y en los niños. Las causas están principalmente relacionadas con la obstrucción o el estrechamiento de la nariz, la boca o la faringe, así como por la falta de crecimiento del maxilar superior o la mandíbula del menor.

Hábitos como la adecuada respiración nasal, el sueño de calidad y la correcta lactancia materna contribuyen de manera definitiva al crecimiento de todas las estructuras de la cara y de vías respiratorias adecuadas para que entre el aire sin dificultad en los bebés.

“Los estímulos funcionales son un factor fundamental en el desarrollo craneocefal y su correcta respiración. Los padres deben proporcionar los nutrientes necesarios en los primeros meses de vida, para que los menores puedan crecer de manera saludable, lejos de estos tipos de trastornos”, aseguró el doctor Martín Orozco Fernández, coordinador de cirugía maxilofacial de la Clínica Universitaria Colombia de Colsanitas, quien hace estas recomendaciones:

1.   Una lactancia materna correcta para la estimulación del menor: durante este proceso, que debe durar al menos 6 meses de forma exclusiva según la Organización Mundial de la Salud, el bebé se esfuerza para succionar el seno, lo que estimula el crecimiento de su mandíbula y maxilar. Además, le proporciona los nutrientes que necesita el menor para su desarrollo.

 2.  Dormir para poder crecer: el sueño en los bebés es un factor fundamental, pues así su cuerpo genera la hormona del crecimiento, lo que le permite tener un apropiado desarrollo cráneo-facial. Es de esta manera que el tubo por donde respira el menor en su parte superior se forma de manera correcta y previene los episodios de apnea del sueño.

3.  Cuando aparecen los dientes, los alimentos sólidos son fundamentales: una dieta con alimentos sólidos es clave para seguir estimulando el proceso de crecimiento facial, el cual sobre los seis años alcanza un 80% de la apariencia que tendrán los niños cuando sean adultos. Preparaciones como papillas, cremas y licuados no implicarán ningún esfuerzo al masticar ni pondrán en funcionamiento sus músculos.

4.  Controlar malos hábitos: es importante evitar que los menores succionen sus dedos o muerdan objetos, pues esto puede generar deficiencias en el crecimiento y desarrollo cráneo-facial.