El efecto de la nutrición en el estado de ánimo de los niños | El Nuevo Siglo
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Domingo, 5 de Julio de 2020

DURANTE AÑOS, los expertos en salud han observado que los niños con mala nutrición tienen más probabilidades de experimentar problemas de conducta, dificultades en la escuela e incertidumbre en su lugar de trabajo como adultos. Si bien, estos desafíos son multifactoriales, alimentar a su hijo con una dieta equilibrada le puede ayudar.

Pero, ¿cómo hacer óptima la nutrición de los niños? A continuación, le compartimos algunas de las mejores prácticas para preparar una dieta nutritiva y a la vez obtenga los mejores beneficios, tanto cognitivos como energéticos, que vienen de la mano de comer sanamente.

Alimentos para el cerebro

La infancia es un periodo de muchas “primeras veces”, sí, pero también es una etapa clave para el crecimiento del cerebro. Es tan importante que, sin los alimentos adecuados para el cerebro, su hijo podría presentar algún retraso en su desarrollo.

“Sabemos que, desde el principio, en los primeros dos o tres años de vida, el crecimiento cerebral es rápido y vertiginoso, lo que hace que la nutrición sea crítica para el desarrollo cognitivo”, explica el doctor Óscar Quintero, director médico en Abbott.

De hecho, la investigación científica muestra que los niños de dos años con retraso en el crecimiento podrían tener dificultades de aprendizaje que persistirán en su adolescencia.

Conexión entre el estado de ánimo y la comida

Los alimentos también pueden ser importantes para la salud mental. Nutrientes como el ácido fólico, la vitamina B6 y la colina son necesarios para sintetizar ciertos químicos cerebrales, llamados neurotransmisores, que regulan el estado de ánimo y la memoria. Un desequilibrio de estos, a menudo, se asocia con afecciones relacionadas con el estado de ánimo como ansiedad y depresión.

Esa no es la única forma en la que los alimentos pueden impactar en la salud emocional de su hijo: una dieta carente de nutrientes esenciales puede alterar la forma en la que el cuerpo quema grasas, carbohidratos y calorías, lo que puede conducir a sobrepeso u obesidad.

Mantenerse con sobrepeso puede aumentar las probabilidades de que, en un futuro, un niño desarrolle enfermedades crónicas como diabetes tipo dos y enfermedades cardiacas; además tiene un costo emocional, ya que los niños con sobrepeso tienen más probabilidades de experimentar bullying y depresión.

Nutrición para el rendimiento de los niños

Cuando los niños no obtienen los nutrientes que necesitan para crecer, pueden comenzar a disminuir sus capacidades tanto en el aprendizaje como en el patio de recreo.

La buena noticia es que una nutrición adecuada para los niños puede revertir esta tendencia. De acuerdo con un estudio publicado en el Diario de Nutrición Humana y Dietética, cuando un niño en riesgo de desnutrición recibe asesoramiento alimentario y además le brindan suplementos nutricionales, el niño experimenta mejoras en su actividad física y en los niveles de apetito, registrando menos probabilidad de caer enfermo. 

Haciendo realidad los hábitos saludables

Si le preocupa que su hijo no reciba la nutrición que necesita para el crecimiento y el desarrollo óptimo de su cerebro, investigaciones muestran que es posible ponerse al día. “Cuando un niño solo come ciertos alimentos o se niega a comer, puede haber mucho estrés que afecta negativamente a la dinámica de toda la familia”, señala el doctor Quintero. Asegúrese de consultar con un pediatra sobre las dudas que tenga sobre la alimentación o el crecimiento de su hijo.

Con los siguientes consejos, la solución a los malos hábitos alimenticios podría ser tan fácil como realizar pequeños esfuerzos diarios en la mesa:

• Durante las comidas, ofrezca a su hijo sus alimentos favoritos, pero también incluya nuevas opciones.

• De manera gentil, anime a su hijo a probar nuevos alimentos, pero no lo presione.

• Debe tener en mente que todos tenemos alimentos que sí nos gustan y algunos que no disfrutamos.

• Si su hijo se niega a comer lo que ha puesto en la mesa, no se rinda. Tal vez puede ofrecerle una alternativa como un tazón de cereal o un emparedado de aguacate.

• Brinde refrigerios saludables para llenar los vacíos de nutrientes durante el día.

Usted puede ayudar a que su hijo aprecie y hasta disfrute los alimentos que pone en su plato al poner el ejemplo. Refuerce que estos alimentos son óptimos para su bienestar, tanto en este momento como para el futuro. Recuerde que, si lleva una dieta completa, es probable que su hijo quiera hacer lo mismo.