El Niño, primera amenaza ambiental | El Nuevo Siglo
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Lunes, 24 de Diciembre de 2018
Redacción Nacional

En relación con el medio ambiente, hay un asunto que en 2019 tocará a la ciudadanía de forma muy directa: el fenómeno del Niño.

El jueves el Gobierno anunció su plan para enfrentar la temporada de sequía, en el que invitó a la población a un ahorro voluntario de energía.

De acuerdo con el Ministerio de Minas y Energía el plan de acción coordinada entre el Ministerio de Ambiente y el Ideam contempla el monitoreo permanente de la variabilidad climática y de las fuentes hídricas del país.

“Con la información disponible hasta el momento, el sector eléctrico se encuentra preparado para enfrentar el fenómeno del Niño. Los generadores han manifestado que las plantas hidráulicas y térmicas están con el mantenimiento al día y con los planes de combustibles listos. Seguiremos monitoreando de manera continua con el Minambiente la evolución del fenómeno y del parque generador”, aseguró María Fernanda Suárez, ministra de Minas y Energía.

En algunos temas de trascendencia ambiental, el próximo año el Congreso tendrá un papel clave.

Por ejemplo, los expertos consideran que la deforestación es sin duda el mayor reto de la actual coyuntura ambiental en Colombia. En respuesta, tres proyectos de ley pretenden poner en cintura el macabro accionar de la motosierra en Colombia. Cárcel de hasta 16 años para los grandes deforestadores, cambios en el manejo forestal, tareas concretas para 26 entidades, alcaldías y gobernaciones, así como restauración en más de 3.000.000 hectáreas deforestadas en los 20 últimos años, entre las principales propuestas.

No menos importante será la reforma a las corporaciones autónomas regionales, que son la autoridad ambiental en los territorios, pero que en muchos casos han dejado de cumplir su papel dedicándose en cambio a actividades en las que se sospecha injerencia de la corrupción e intereses políticos.

Son dos los proyectos de ley que cursan en el Congreso para cambiarles la estructura a estas entidades. Uno de ellos plantea reducirlas de 33 a siete.

Por su parte, el Gobierno está comprometido a iniciar en enero el nuevo proceso de delimitación del páramo de Santurbán, en el marco de la Ley 1930 de 2018 y la sentencia 361 de 2017 proferida por la Corte Constitucional.

Así lo anunció la semana pasada Camilo Rincón, asesor del Ministerio de Ambiente, indicando que la Corte Constitucional conminó a esa cartera “a realizar una nueva delimitación. También es cierto que este nuevo proceso tiene varios factores como los relacionados con los predios, agricultura y el sector minero. Por eso a partir de enero el ejercicio será no solo del Ministerio de Ambiente, será de todo el Gobierno nacional. Estaremos en los 30 municipios del páramo de Santurbán junto a los ministerios de Agricultura, Minas, autoridades ambientales y entidades que tengan competencia  para dar solución y sobre todo tranquilidad a las comunidades sobre el ejercicio que adelantaremos”.

Pero mirando a largo plazo, hace unos 15 días, el Instituto Humboldt publicó lo que considera como los 10 procesos de cambio para alcanzar la sostenibilidad, haciendo “un llamado de emergencia para la puesta en marcha de políticas y acciones en los planes de desarrollo nacional, regionales y locales, asimismo en los compromisos pactados en el acuerdo de paz”.

Algunos de los 10 procesos: transformación de áreas silvestres (que la sustitución de cultivos ilícitos y la construcción de infraestructura no conlleve a aumentar la ya alarmante deforestación), persistencia de territorios anfibios (se requieren modalidades de gobernanza, apropiación y manejo adecuado de la biodiversidad para proteger los humedales y las áreas inundables), creación y administración de “naturalezas protegidas” (una contribución al aumento de la conectividad y a mejorar la adaptación al cambio climático), resistencia cultural y reconocimiento de territorios étnicos y de otras colectividades (estas zonas presentan altos valores de biodiversidad), conformación y pervivencia de paisajes rurales campesinos (pueden verse afectados por las dificultades en la implementación de los acuerdos de paz), estabilización y reconversión de paisajes ganaderos bovinos, establecimiento y expansión de paisajes agroindustriales, conformación de enclaves y expansión de áreas de desarrollo minero y energético (hay escaso seguimiento a las actividades derivadas de los procesos de restauración ecológica), creación de centros urbanos e integración en sistemas regionales, aparición de paisajes degradados y emergencia de la rehabilitación y restauración ecológicas.