Gente. El Sultán petrolero que presidirá la COP28 | El Nuevo Siglo
SULTÁN AHMED al Jaber, el empresario petrolero que presidirá la COP28. /Fotos AFP
Sábado, 4 de Noviembre de 2023
Redacción Medio Ambiente

SE QUEDA pasmado cuando escucha que los ecologistas lo acusan de mantener una doble postura en materia de cambio climático, por ser el jefe de una petrolera y, además, ministro de Industria y Tecnología Avanzada de Emiratos Árabes Unidos.

En público, las palabras de Sultán Ahmed al Jaber, el empresario de 50 años, están redactadas, son prudentes y casi monótonas.

Pero en privado, el espigado hombre se relaja, sonríe, habla con más libertad y deja traslucir su frustración ante las acusaciones de que es el caballo de Troya de la industria petrolera en la COP28 que empieza este mes en Dubái.

La lista de sus funciones es larga y, para algunos, contradictoria: patrón de la petrolera emiratí Adnoc, ministro, emisario para el clima y presidente de la 28ª Conferencia sobre el Cambio Climático de la ONU.

“La gente que me acusa de conflicto de intereses no conoce mi trayectoria”, dijo en una entrevista a la AFP. “He dedicado la mayoría de mi carrera al desarrollo sostenible, a la gestión de proyectos y energías renovables”, defendió.

Su experiencia es distinta a la de sus predecesores y a la de otros empresarios del petróleo, ya que representó a Emiratos Árabes Unidos en varias cumbres del clima y fundó en 2006 la sociedad nacional de energías renovables Masdar, cuyo consejo de administración preside.

La compañía dispone ahora del doble de capacidad instalada de energías renovables en el mundo que el gigante francés TotalEnergies.

Recién en 2016 fue nombrado director general de la petrolera estatal con el encargo de “descarbonizar Adnoc y prepararla para el futuro”.

Pero cientos de ONG lo critican por ser un hombre del sector de las combustibles y piden que dimita de Adnoc o de la COP28.

Las reformas necesarias de la cumbre del clima “están comprometidas por la presencia de un dirigente de una compañía petrolera al mando”, escribieron un centenar de parlamentarios americanos y europeos en mayo.

Pero también es una virtud, matiza un negociador europeo, dado que el consenso debe alcanzar a casi 200 países, incluidos los reinos petroleros del Golfo.

Sin embargo, su perfil de empresario petrolero llama la atención de los medios mucho más que sus predecesores.

Consciente de que su imagen y el resultado de la COP28 repercutirán el prestigio de los Emiratos, contrató un experimentado equipo de profesionales de la comunicación, en su mayoría anglosajones.

“Toda mi vida se organiza alrededor de indicadores claves de rendimiento, es así como gestiono mis empresas”, insiste. “Pragmático” y “realista”, su función es “ofrecer” resultados “reales” para “mantener el objetivo de 1,5ºC (de calentamiento del planeta) al alcance”.

Giro discursivo

En nueve meses ha conseguido seducir a parte de los escépticos.

“Es muy directo, escucha”, dice Harjeet Singh, veterano de estas cumbres que habla en nombre de Climate Action Network, una red de 1.900 organizaciones. Ambos hombres se han reunido y sus equipos hablan cada mes. En este tiempo, Singh ha visto evolucionar el discurso de Al Jaber.

Un primer punto de inflexión se produjo en junio en la ciudad alemana de Bonn, cuando el emiratí dijo que la reducción de las energías fósiles era “inevitable”. Fue un giro semántico que el microcosmos que rodea las COP no esperaba de parte de un responsable del Golfo.

Luego en una “carta a las partes” en julio detalló su posición sobre los combustibles fósiles, las energías renovables, la financiación..., terminando con las críticas de quienes le acusaban de esconder sus cartas.

“Es muy firme, pero estamos de acuerdo en nuestros desacuerdos”, dice Singh.

Sin embargo, este sigo preocupado por el lugar otorgado a los partidarios de las energías fósiles en la COP28 y lamenta el espaldarazo que se dará a las tecnologías de captación de petróleo, muy promovidas por esta industria.

El método Al Jaber

“Escucha a todas las partes, escucha también a la sociedad civil, y lo nuevo es el lugar de los jóvenes en el proceso de decisión”, confía la senegalesa Madeleine Diouf Sarr, presidenta del grupo de Países menos avanzados conformado por 46 naciones.

China, Europa, Brasil... En nueve meses, Sultán al Jaber ha viajado a más de 25 países, dice su equipo.

Entre los Estados no está discutido. “El presidente se muestra presente”, señala Steven Guilbeault, ministro canadiense del Medioambiente que trabaja oficialmente con el responsable emiratí en la preparación de la COP.

Su antecesor en la COP21, Laurent Fabius, habla de un “hombre que trabaja, que conoce muy bien los casos”.

¿Pero tendrá el doctor Sultán, como lo llama su equipo, la firmeza y la destreza para conseguir la adopción de un texto más ambicioso y aceptable para las 198 partes?

“Es mucho menos voluntarista que los británicos en la COP26”, lamenta el negociador europeo, que considera que la presidenta emiratí está “un poco rezagada” en la negociación del texto final.

Al Jaber recuerda oportunamente que él no decidirá nada, pero la experiencia demuestra que los presidentes de estas cumbres pueden ser claves para catalizar acuerdos.

Su plan pasa sobre todo por preparar grandes anuncios de compromisos de parte de alianzas empresariales al margen de la COP28, por ejemplo, para reducir las emisiones de metano.

Sin embargo, esto no tendrá la misma fuerza que un texto de la ONU.

¿Conseguirá desmentir Sultán al Jaber a los pesimistas? La respuesta llegará el 12 de diciembre, teórica fecha del fin de la COP28, o antes si su metódico presidente consigue cerrar los debates antes de hora.

Su historia

Originario de los Emiratos Árabes Unidos, Al Jaber nació el 31 de agosto de 1973 en Umm Al Quwain.

Es licenciado en Ingeniería Química por la Universidad del Sur de California (EE.UU.), doctor en Económicas y Empresariales por la Universidad de Coventry (Reino Unido), y MBA por la Universidad Estatal de California en Los Ángeles. Disfrutó de becas de estudios de la empresa que ahora dirige.

“Cuando era niño, el sueño de mi generación era trabajar para Adnoc”, explicaba en el Financial Times hace tres años. En Adnoc comenzó su carrera profesional, como ingeniero. Luego entró en Mubadala, el fondo soberano encargado de diversificar la economía de Abu Dabi, y en 2006 lanzó Masdar, la ciudad ecológica del emirato; primero como CEO y luego también como presidente desde 2014.

En 2013 fue nombrado ministro de Estado, y en 2016 ascendió a CEO de Adnoc. Desde entonces, ha sacado a Bolsa varios negocios del grupo, al tiempo que ha atraído unos 26.000 millones de dólares en inversiones internacionales de empresas como Eni, BlackRock y KKR. En 2020 cambió de ministerio, pasando a dirigir Industria.

Es reconocido por su determinación. Reestructuró Adnoc, con recortes drásticos en una plantilla sobredimensionada, una medida que desató las críticas de quienes estaban acostumbrados a un puesto de trabajo vitalicio. Dijo que estaba decidido a modernizar una empresa en la que, como en muchas compañías estatales de la región, las oportunidades de empleo y los ascensos se han basado a menudo tanto en el clientelismo como en el talento. “Estamos inculcando una cultura basada en el alto rendimiento, asegurándonos de que la meritocracia tome forma”, afirmó. /ENS-AFP.