Erradican 99 hectáreas de planta invasora y restauran ecosistemas de Boyacá | El Nuevo Siglo
Bajos niveles de requerimientos edáficos que le posibilita colonizar espacios que otras especies no pueden aprovechar. Foto: CAR Cundinamarca
Lunes, 8 de Julio de 2024
Redacción Web

La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) indicó que en diferentes municipios de Boyacá, se completó la erradicación de 99 hectáreas de retamo espinoso, una especie invasora dañina para los ecosistemas altoandinos y de subpáramo.

De acuerdo con la entidad, la actividad de restauración del ecosistema empezó en Saboyá, Boyacá, en donde se sustituyeron 18 hectáreas (ha) de retamo espinoso por 32.000 individuos de especies nativas. “El compromiso de municipios como Saboyá es un ejemplo de trabajo colaborativo entre la CAR y las autoridades municipales para hacer frente a la invasión de especies como el retamo”, explicó el director Alfred Ballesteros.

Adicionalmente el proceso de rehabilitación forestal se llevó a cabo en Neusa, en una extensión de ocho hectáreas (ha), Usme, en el Predio Bíter con una dimensión de 47 ha, Hato, en cinco ha y los Cerros Orientales con 21 ha.

La autoridad ambiental explicó que la recuperación de las zonas afectadas por el retamo espinoso comprende tres fases:

  • Identificación y caracterización de áreas.
  • Delimitación con polisombra, corte, extracción y eliminación de material reproductivo.
  • Plantación de especies nativas.

Este último paso contribuirá en la mejora de las condiciones ecosistemas que contribuyen a la meta de plantación de 5 millones de árboles. Uno de los principales problemas que atrae la especie invasora es la competencia por los recursos hídricos con los frailejones, planta característica de los páramos y fundamental para la captación y almacenamiento de agua.

El retamo espinoso también impide el flujo de aire en la zona que invade, lo que ocasiona que los frailejones se ahoguen y mueran. La especie invasora ha invadido el 35% de los municipios de Boyacá, principalmente en las zonas de páramo y bosque altoandino.

De acuerdo con Corpoboyacá, esta planta coloniza rápidamente las áreas quemadas, ya que sus semillas se activan con el fuego y germinan de manera acelerada, desplazando a las especies nativas.