Exoesqueletos: ¿estamos a un paso de ser como Iron Man? | El Nuevo Siglo
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Domingo, 1 de Julio de 2018

La tecnología está avanzando con el paso de los años, de eso no tenemos duda. Hasta hace algunas décadas atrás era imposible pensar que un reloj podría monitorear nuestra actividad cardíaca, o que un teléfono fuera “inteligente”; sin embargo, la irrupción de estos equipos móviles ha desviado nuestra atención y a veces no nos permite deleitarnos con otras innovaciones, como las que se adelantan en el ámbito de la robótica.

Si bien lo primero que podemos imaginarnos son robots que sigan nuestras órdenes, o algunos de guerra como se nos han presentado en películas de ciencia ficción, hasta la fecha no hemos alcanzado puntos tan perfectos. En lo que sí estamos avanzando es en el desarrollo de exoesqueletos, dispositivos que recubren y soportan ciertas áreas de nuestro cuerpo dependiendo de las necesidades que tengamos.

En el mundo se han desarrollado algunos que permiten a las personas cargar cierta cantidad de peso -hasta 90 kilogramos- así no tengan la fuerza necesaria, o levantarse de una silla incluso si sufren de parálisis, pero el equipo de EL NUEVO SIGLO en esta oportunidad se trasladó a las instalaciones de la Escuela Colombiana de Ingeniería Julio Garavito, donde se lleva a cabo la creación de una plataforma robótica que permite la asistencia y rehabilitación de personas con problemas de movilidad en los miembros inferiores.

El ingeniero biomédico, Miguel Sánchez, nos presentó un exoesqueleto que tiene como objetivo principal ayudar y acelerar las terapias convencionales de rehabilitación de este tipo de pacientes. Explicó además que algunas herramientas pueden agilizar hasta un veinte por ciento el proceso de recuperación.

 

'T-FLEX'

No obstante, señaló que la estructura rígida inventada en la escuela no puede rehabilitar una articulación como el tobillo, por lo que debieron desarrollar otra idea a la que bautizaron como ‘T-FLEX’.

Marcela Múnera, docente de ingeniería biomédica, manifestó que este proyecto es una “órtesis robótica que permite asistencia en la flexión del tobillo y del pie para pacientes que tienen pie caído como resultado de accidentes cerebrovasculares o de problemas de nervio periférico”. Un punto a destacar, es que se puede emplear en conjunto con el exoesqueleto.

El ingeniero electrónico, Daniel Gómez, explicó que el ‘T-FLEX’ cuenta con una aplicación y dos modos de operación. El primero es ‘Terapia’, con el que se le da la orden al dispositivo para que ejecute una serie de repeticiones de los ejercicios plantiflexión. El segundo modo es ‘Asistencia’, con el que buscan que las personas “caminen de una forma mucho más natural” gracias al apoyo del equipo.

Importante resaltar que el ‘T-FLEX’ no solo ayuda a realizar la terapia, sino que almacena una serie de datos que pueden ser consultados por el médico a cargo a fin de conocer la evolución de paciente.

 

Caminador robótico

Por último, conocimos el ‘Agora Walker’, el cual es un caminador robótico que brinda un soporte a las personas que no tienen fuerza ni estabilidad en el tronco para realizar la marcha. El mismo se puede utilizar de forma independiente o en conjunto con los anteriores dispositivos.

Sergio Sierra, ingeniero biomédico, detalló que esta invención cuenta con una serie de sensores que le permiten mapear el terreno, con el objetivo de conocer todo lo que hay a su alrededor. Si halla obstáculos cercanos se detendrá automáticamente para evitar que el paciente sufra una caída.

El ‘Agora Walker’ tiene tres modos de asistencia: ‘pasivo’, que funciona como un caminador convencional; ‘guiado’, con el que se planean rutas para llegar al destino que requiera la persona y un tercero, con el que se utilizan sensores de fuerza que detectan las intenciones de movimiento del usuario.

Asimismo, destacó que con esta herramienta se pretende ayudar a cuatro poblaciones de pacientes: los que sufrieron accidentes cerebrovasculares o lesiones medulares, aquellos que tienen parálisis cerebral y los de edad avanzada.

La profesora Múnera comentó que a finales de este año se espera probar el exoesqueleto con pacientes sanos para “ver cuál es el efecto que tiene”, y luego iniciar un proceso de ensayos clínicos a fin de conocer cuáles son las implicaciones en ciertas patologías “y cuáles son los tratamientos que podríamos desarrollar para mejorarlas”.

Pero las metas en la Escuela Colombiana de Ingeniería Julio Garavito van aún más allá. Nos reveló que se pretende crear un exoesqueleto que “sea capaz de leer las necesidades del paciente y darle la asistencia que necesita”.

Finalmente, manifestó que Colombia tiene dos opciones con respecto a este tipo de innovaciones: recibir exoesqueletos de otros países para que sean comercializados a un costo muy elevado, o que las empresas y grupos de investigación se interesen por dicha tecnología a fin de desarrollarla en el país y que el precio sea “adaptado al nivel de vida” de los ciudadanos.