Ren Zhengfei, fundador del grupo chino Huawei, compara a la empresa tecnológica con un "lobo" que nunca suelta a su presa. Prácticamente expulsado de Estados Unidos, Huawei acaba de destronar a Apple como el número dos del mundo de los smartphones y desafía abiertamente al líder planetario Samsung.
Desde 2010, el grupo californiano Apple y el surcoreano Samsung se disputaban el liderazgo mundial en el mercado de la telefonía móvil.
Pero su duelo se vio alterado con la irrupción de Huawei en el segundo trimestre de este año. Así, el grupo chino logró vender 54,2 millones de teléfonos, según el gabinete IDC.
Con estas ventas, Huawei superó los 41,3 millones de iPhones vendidos por Apple, mientras que Samsung sigue en cabeza con 71,5 millones.
Prácticamente apartada del decisivo mercado estadounidense, Huawei se implantó en Europa gracias a sus smartphones premium. También supo adaptar la calidad y los precios de sus teléfonos a los mercados de los países en desarrollo.
"Ha habido una mejora creciente en la imagen y en el reconocimiento de la marca Huawei. Ésta se diferencia y posiciona sus productos en todas las gamas y precios", señaló Tarun Pathak, experto del gabinete Counterpoint.
Tras haber ejercido como ingeniero del ejército chino, Ren Zhengfei, hoy de 73 años de edad, fundó Huawei en 1987 con una inversión inicial de unos cuantos miles de dólares.
En un principio, se concentró en la tecnología de las redes de telecomunicaciones, hasta convertirse en uno de los principales proveedores mundiales, reconocido como uno de los pioneros de la tecnología 5G.
Huawei impulsó su departamento de telefonía móvil en 2003 con un éxito fulgurante, primero en China y luego en el resto de Asia.
¿El mejor?
El grupo chino presentó en marzo de este año en París su nuevo modelo P20. Con este nuevo teléfono de gama alta, espera consolidar su posición en Europa, donde ya dispone del 10% del mercado, mientras que las ventas de Apple y Samsung representan en torno al 25% y 30%, respectivamente.
La baza de Huawei en Europa son los smartphones con una gran pantalla, equipados con una memoria y unas capacidades inéditas y una potente cámara de fotos de 40 megapíxeles, desarrollada junto con el grupo alemán Leica. Todo ello por un precio más bien asequible, entre 650 y 900 euros.
En cambio, Huawei tiene serias dificultades para implantarse en Estados Unidos. El pasado militar de su fundador aún genera suspicacias respecto a un posible espionaje del grupo.
Por razones de seguridad nacional, se prohibió al grupo chino el acceso a proyectos de infraestructuras estadounidenses por motivos de seguridad nacional.
Tras recibir fuertes presiones del Congreso, los operadores estadounidenses AT&T y Verizon y la cadena de productos electrónicos BestBuy renunciaron a comercializar los smartphones de Huawei.
El gigante chino, cuya sede se encuentra en Shenzhen, en el sureste de China, niega cualquier vínculo con el régimen de Pekín.
"La exclusión de Estados Unidos los obligó a trabajar aún más duro en Asia y Europa", explica Ben Stanton, experto del gabinete Canalys.
Con estrategias diferenciadas, Huawei se expandió en los mercados de Indonesia, Arabia Saudita y Sudáfrica gracias a sus modelos avanzados a precios asequibles.
No obstante, su presencia escasa en el mercado estadounidense podría lastrar las perspectivas de crecimiento del gigante chino a largo plazo.
Su objetivo de superar a Samsung en lo más alto del podio de la telefonía móvil parece complicado en este momento. "A medida que una compañía aumenta su gama, las funcionalidades, la innovación y las expectativas de sus clientes aumentan en forma drástica", advierte Tarun Pathak.