Con el rápido aumento del nivel del mar en Holanda y una concentración récord de gases con efecto invernadero, el cambio climático parece imparable, por lo que la COP26 podría “salir mal”, declaró preocupado el primer ministro británico, Boris Johnson.
Tras la apertura de la conferencia sobre el clima, el 31 de octubre en Glasgow, Escocia, el gobierno británico tendrá dos semanas para convencer a los cerca de 200 países asistentes de que emprendan más acciones para reducir sus emisiones de gases con efecto invernadero, con el objetivo de lograr contener el calentamiento global por debajo de 1,5 ºC respecto a la era preindustrial.
“Estoy muy inquieto, porque esto podría salir mal”, declaró Boris Johnson durante una sesión de preguntas-respuestas con niños en Downing Street. “Es posible que no consigamos los acuerdos que necesitamos”, agregó.
La declaración la dio juego de que la ONU anunciara que las concentraciones en la atmósfera de los tres principales gases con efecto invernadero alcanzaron niveles récords el año pasado, pese a la ralentización de la actividad económica a consecuencia de la pandemia de covid-19.
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Suben las aguas
Otra señal de alarma: el nivel del mar podría aumentar mucho más de lo previsto en las costas holandesas, hasta dos metros hacia 2100, indicó el Instituto Meteorológico de Holanda.
La semana pasada, el presidente de la COP26, el británico Alok Sharma, consideró que podría ser “más difícil” lograr un acuerdo en Glasgow que en París -donde se celebró la edición de 2015-, en tanto el secretario general de la ONU, António Guterres, juzgó que los compromisos actuales de los Estados conducen “al desastre”.
Pero, en un tono más positivo, los organizadores de la COP26 sí que consideran que en 2023 pueda alcanzarse el objetivo de 100.000 millones de dólares anuales de ayudas de los países ricos, grandes contaminantes, a los países empobrecidos para que estos puedan hacer frente a al cambio climático, según un informe aparecido el lunes. Ese objetivo, sin embargo, estaba fijado para 2020.
En este sentido, Arabia Saudita, primer exportador de crudo del mundo, anunció que quiere invertir más de 1.000 millones de dólares en iniciativas medioambientales.
Con todo, la ONU describió las “tendencias preocupantes” que se perfilan en el horizonte pese a los nuevos compromisos en materia climática tomados en las últimas semanas, considerando que el mundo se encamina hacia un aumento “catastrófico” de las temperaturas, de 2,7 ºC.
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) reveló por su parte el lunes que las tasas del aumento anual de las concentraciones de los tres principales gases con efecto invernadero -dióxido de carbono (CO2), metano (CH4) y óxido nitroso (N2O)- superaron incluso la media del periodo 2011-2020.
Hacia los +4°C
“Si continuamos utilizando los recursos fósiles de manera ilimitada, podríamos alcanzar un calentamiento de unos 4 grados de aquí a finales del siglo”, advirtió Petteri Taalas, secretario general de la OMM, en una rueda de prensa.
Los primeros datos muestran que los niveles de CO2 continuaron creciendo en 2021.
Y el CO2, que proviene esencialmente de la combustión de materias fósiles y de la producción de cemento, es, de lejos, el principal responsable de este calentamiento.
Su concentración alcanzó en 2020 las 413,2 partes por millón (ppm) y se sitúa en el 149 % de los niveles preindustriales.
En cuanto al metano (CH4) y al óxido nitroso (N2O), sus concentraciones equivalieron, respectivamente, al 262% y al 123% de los niveles de 1750, el año elegido para representar el momento en que la actividad humana empezó a alterar el equilibrio natural de la Tierra.
El boletín de la OMM precisa que cerca de la mitad del CO2 emitido por actividades humanas permanece en la atmósfera, mientras que la otra mitad es absorbida por océanos y ecosistemas terrestres.
Aún así, la OMM teme que esos pozos de CO2 se estén reduciendo a causa de la deforestación y del calentamiento de las aguas y su acidificación.
De hecho, una parte de la Amazonia ha pasado de ser un “sumidero” a una “fuente de carbono”, advirtió la agencia de la ONU.
“Es alarmante y está vinculado a la deforestación en la región”, señaló Petteri Taalas./AFP