La compañía farmacéutica Johnson & Johnson anunció el lunes que realizará en setiembre tests clínicos en humanos de una vacuna que podría estar lista para ser utilizada de urgencia antes de comienzos de 2021.
El grupo indicó en un comunicado que firmó un acuerdo con la Autoridad para la Investigación Avanzada y el Desarrollo en el dominio biomédico, que depende del gobierno estadounidense, para invertir 1.000 millones de dólares con ese objetivo.
J&J comenzó a trabajar en enero sobre la vacuna experimental Ad26 SARS-CoV-2, empleando la misma tecnología que había usado para desarrollar una vacuna-candidata contra el virus del ébola.
Esta tecnología utiliza una versión desactivada del virus para intentar provocar una respuesta inmunitaria en los humanos.
"Probamos varias vacunas candidatas a aprobación en animales para seleccionar la mejor. Tomó 12 semanas" el ensayo, declaró a la AFP el científico jefe de J&J, Paul Stoffels.
La compañía dijo que está ampliando su capacidad mundial de fabricación, en Estados Unidos y otros países, para poder distribuir más de 1.000 de dosis de la vacuna en todo el mundo.
Está trabajando igualmente en tratamientos antivirales contra el nuevo coronavirus.
La compañía farmacéutica estadounidense Moderna está también procediendo a ensayos clínicos de una vacuna, al igual que el grupo chino CanSinoBIO.
No existe aún una vacuna o un tratamiento homologados contra el COVID-19.
Washington, Estados Unidos | AFP | martes 30/03/2020 - 19:09 UTC-5 | 407 palabras
AÑADE DECLARACIONES DEL CIENTÍFICO JEFE DE J&J
La compañía farmacéutica Johnson & Johnson anunció el lunes que realizará en setiembre tests clínicos en humanos de una vacuna que podría estar lista para ser utilizada de urgencia antes de comienzos de 2021.
El grupo indicó en un comunicado que firmó un acuerdo con la Autoridad para la Investigación Avanzada y el Desarrollo en el dominio biomédico, que depende del gobierno estadounidense, para invertir 1.000 millones de dólares con ese objetivo.
J&J comenzó a trabajar en enero sobre la vacuna experimental Ad26 SARS-CoV-2, empleando la misma tecnología que había usado para desarrollar una vacuna-candidata contra el virus del ébola.
Esta tecnología utiliza una versión desactivada del virus para intentar provocar una respuesta inmunitaria en los humanos.
"Probamos varias vacunas candidatas a aprobación en animales para seleccionar la mejor. Tomó 12 semanas" el ensayo, declaró a la AFP el científico jefe de J&J, Paul Stoffels.
La compañía dijo que está ampliando su capacidad mundial de fabricación, en Estados Unidos y otros países, para poder distribuir más de 1.000 de dosis de la vacuna en todo el mundo.
Está trabajando igualmente en tratamientos antivirales contra el nuevo coronavirus.
La compañía farmacéutica estadounidense Moderna está también procediendo a ensayos clínicos de una vacuna, al igual que el grupo chino CanSinoBIO.
No existe aún una vacuna o un tratamiento homologados contra el COVID-19.
Varios tratamientos están siendo analizados, como el antiviral remdesivir, la cloroquina, empleada contra el paludismo, y su derivado, la hidroxicloroquina, pero no se ha probado que sean eficaces.
Los grupos farmacéuticos y los laboratorios han emprendido una carrera contrarreloj para desarrollar tratamientos y vacunas contra la COVID-19, recurriendo a una amplia gama de nuevas tecnologías.
Aunque nunca ha habido una vacuna efectiva contra un virus de la familia de los coronavirus hasta Stoffels cree que puede hacerse esta vez, porque el equipo que trabaja allí es el mismo que había desarrollado una vacuna proyectada para acabar con el SARS en 2002-2003.
Su trabajo se detuvo cuando la epidemia fue controlada, después de casi 800 muertes.
"La pregunta es si proteger contra la infección o una forma grave de la enfermedad", dijo Stoffels. "Para muchas enfermedades, como la gripe, cuando se vacuna anualmente, es para protegerse contra la forma grave, no siempre contra la infección".