A pesar de la inmensa cantidad de legislación que se produce sobre el tema de los residuos sólidos en Colombia, este sigue siendo un problema de grandes dimensiones tal como ha quedado demostrado en los múltiples inconvenientes que se han presentado en diferentes partes del país; podríamos inferir que nuestro país no va por buen camino. No me refiero solamente a los gravísimos problemas que generan en Doña Juana, me refiero a todo el territorio nacional tal y como se evidencia con los sitios de disposición en; Cali, Bucaramanga, Barrancabermeja, Buenaventura y Leticia, solamente por mencionar algunos ejemplos.
Dijo en días pasados el Dr. Luis Gilberto Murillo, ministro de Ambiente, que el problema de fondo radica en que existe en el país un muy bajo nivel de reciclaje, agregando que “Debemos ir hacia lo que se llama economía circular. Es decir, hacia el aprovechamiento de los productos que se pueden reutilizar y los que se pueden utilizar para generar energía. En la actualidad, los contratos de prestación del servicio de aseo desincentivan el reciclaje: se paga a los operadores por peso recogido, una situación que los estimula a botar más basura en los rellenos. El país genera unos 12 millones de toneladas al año y solo recicla 17%. En el caso de Bogotá, se generan unas 7.500 toneladas al día y se reciclan entre 14% y 15%, incluso por debajo del promedio nacional”. Muy bonita frase y de importante contenido como muestra de voluntad política, pero prácticamente sin dientes para ser aplicada por lo menos en el corto plazo.
El Ministerio ha venido promoviendo programas para incentivar el reciclaje, ya desde 2016 promulgó el documento Conpes 3874, que trata sobre la gestión integral de residuos sólidos, establece parámetros para incentivar el reciclaje y pretende acogerse a los compromisos adquiridos por el país con la OCDE; sin embargo es claro que esto no será suficiente, diferentes ministros y en diferentes años han promulgado medidas similares para reglar el manejo de los residuos sólidos y aún hoy vemos que ninguna de estas medidas ha producido el resultado buscado.
Pues si no es suficiente con una cantidad de leyes ni con varios documentos Conpes, entonces la pregunta es ¿Qué hace falta para solucionar el problema? Y la respuesta es bastante sencilla, digamos que ésta tiene tres variables;
- Ejercicio de la autoridad. Como en muchos otros temas, la simple promulgación de normas no es suficiente, se hace necesario que el estado ejerza plena autoridad en la vigilancia del cumplimiento de las mismas, que las sanciones sean ejemplares y rápidas y que haya continuidad en la vigilancia; continuar con una vigilancia aleatoria no va a dar ningún resultado.
- Educación. La educación ambiental deberá dejar de ser simple retórica, deberá centrarse en la demostración de las consecuencias del descuido en el manejo de nuestros propios residuos y lograr de esta manera una presión real de las nuevas generaciones en el adecuado manejo de los residuos; lo que no se logre con la educación está condenado al fracaso.
- Creación de soluciones alternas. Hoy por hoy en el planeta existen miles de alternativas que permiten manejar los residuos no reciclados, preservando el entorno; por qué no tener en cuenta técnicas de producción de energía y/o de producción de combustibles a partir de la basura.
En muchos países de Europa y del Asia se están utilizando nuevas tecnologías, pero en el nuestro existe una gran cantidad de limitaciones que impiden o cuando menos dificultan la venta de la energía y los combustibles derivados del manejo de los residuos; sería muy interesante que la legislación fuera integral y facilitara la implementación de nuevas soluciones, el país lo requiere con urgencia.
@alvaro080255