La Corporación Autónoma Regional del Valle (CVC) realizó la entrega de dos viveros con 5.000 plántulas del ecosistema manglar, a las mujeres de la Asociación de Mujeres Multiactivas Transformadoras del Pacífico, pobladoras de Bazán Bocana y que se dedican a la ancestral práctica de pianguar.
Los viveros tienen la capacidad de producir 2.000 natos y 3.000 mangles, entre rojos y rosados. Un aspecto a destacar es que el vivero de mangle es flotante, gracias a una estructura en forma de balsa para la reproducción de las especies en su estado de velillo.
Los mangles rosados y rojos deben crecer en un vivero que pueda ajustarse al cambio de marea, ya que las plántulas necesitan estar en los cambios entre el agua del manglar y el pantano. Vale la pena destacar que la CVC tiene vedada esta especie para cortar mangle y nato en el Valle del Cauca desde el año 2007.
“Hace un año, me comprometí con estas salas cunas para revitalizar los manglares vallecaucanos y hoy le estoy cumpliendo a estas mujeres, tan comprometidas con la conservación de estos ecosistemas marinos. Así, también estamos cumpliendo con hacer un Valle Más Verde", dijo Marco Antonio Suárez, director de la autoridad ambiental.
El año pasado, Suárez visitó el lugar para iniciar la siembra de 3 mil unidades de mangle rojo en los manglares de 10 cuencas hidrográficas del Pacífico. Fue allí que pianguó con las mujeres organizadas y les prometió implementar acciones de conservación del manglar, con la instalación de viveros.
“El mangle es vida, vida para las especies que están en el manglar, y si en este momento cortáramos el manglar se moriría cada una de las pianguas y se afectaría seriamente la vida de las comunidades”, dijo Margarita Hurtado, líder de la asociación y quien fue la que recibió el compromiso de la CVC para construir los viveros.
El valor ecológico, ambiental y social del manglar es incalculable e irremplazable. Los manglares son uno de los ecosistemas más valiosos sobre la tierra, además de ser, a la vez, la sala cuna de muchas especies necesarias para la subsistencia de las comunidades como la piangua, el camarón y varios peces. Los manglares evitan la pérdida y desplazamiento de tierra; la remoción de sedimentos y rocas a lo largo de la costa, actuando como barrera frente el aumento del nivel del mar producido por el cambio climático y las dinámicas naturales de las mareas. La CVC trabaja en la protección y recuperación del manglar por medio de educación ambiental, planes de gestión de riesgos y la declaración y manejo de áreas protegidas que buscan preservar 32.073 hectáreas de manglar en el Pacífico vallecaucano.
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En julio del presente año, el Consejo Directivo de la Corporación aprobó el plan de manejo del Parque Natural Regional La Sierpe para proteger 25.178 hectáreas. Conjuntamente, la CVC y las comunidades de Chucheros y La Plata vienen trabajando desde el 2015 en la construcción de este plan, el cual estipula rutas estratégicas para la conservación de especies priorizadas, educación y capacitación relacionada con temas ambientales, control y vigilancia, incentivo a la producción sostenible, estrategias de agua para consumo humano y el manejo de aguas residuales, al igual que la implementación de energías alternativas, investigación, ruta cultural ancestral, crear y fortalecer los atractivos turísticos e implementar los pagos por servicios ambientales. También se realizó un recorrido por el sector Monos y la cascada La Sierpe, caracterizada por su gran belleza. Vale la pena destacar que La Sierpe colinda con el Parque Nacional Natural Uramba-Bahía Málaga.
Su riqueza ambiental cuenta con 360 especies de aves, 114 especies de reptiles, 99 especies de crustáceos, 95 especies de murciélagos, 70 anfibios, 48 de ellos endémicos, ser albergue de 12 especies de roedores, de 8 especies de marsupiales, de 4 de primates, de 3 de osos hormigueros y de 2 especies de felinos; así como poseer 148 especies de peces marinos y 16 de agua dulce, entre otros.
Monitoreo de las jorobadas
El Director de la CVC, y su equipo, aprovechó la visita a Bahía Málaga para participar en una jornada de monitoreo de las ballenas jorobadas, con el fin de detallar su comportamiento y estado durante esta temporada en que visitan el Pacífico vallecaucano.
“Recordamos a los turistas y lancheros que deben aproximarse, mínimo, a 200 metros de distancia, siempre ligeramente por detrás de la dirección en la que nadan, sin perturbarlas ni perseguirlas, sobre todo, si van en compañía de sus crías. El avistamiento no debe superar los 30 minutos. Es un principio básico respetar el espacio de los cetáceos”, indicó.
Las yubartas o jorobadas miden entre 12 y 16 metros y llegan a pesar 36 mil kilogramos, aproximadamente. Los machos producen un canto que tiene una duración aproximada de entre 15 y 20 minutos, el cual repiten por varias horas y que tendría que ver con el proceso de apareamiento.
Entre julio y octubre las ballenas yubartas regresan a las cálidas aguas que las vieron nacer, para cumplir con su ritual de reproducción y apareamiento. Estudios recientes dan cuenta que a la Bahía de Málaga pueden ingresar cerca de 2.000 ballenas en unos de los procesos migratorios más imponentes del universo.