Balleneros japoneses volvieron este sábado al puerto de Shimonoseki, en el oeste de Japón, tras haber capturado 333 cetáceos en la Antártica. Se trata de una flota de cinco barcos que inició su campaña en noviembre para la caza “científica” de ballenas, una práctica muy controvertida a nivel mundial.
El anuncio lo hizo la autoridad responsable del puerto.
Contrario a lo ocurrido en otros años, las embarcaciones no fueron interrumpidas por organizaciones de defensa de los animales como Sea Shepherd.
Las ballenas cazadas son de la especie Minke, las más pequeñas de todos los rorcuales (cetáceos). Su caza ha sido una práctica controvertida a nivel mundial pero también tradicional en Japón.
Japón ha firmado el acuerdo sobre la caza de la Comisión Ballenera Internacional, pero se ampara en una cláusula que autoriza la caza de cetáceos con fines científicos.