A PESAR de los grandes problemas que golpean al país, principalmente la violencia generada por los grupos armados y la corrupción en lo público, monseñor Francisco Múnera Correa, presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, hizo hincapié en que los ciudadanos no pierdan la esperanza.
El religioso dio tres claves para mantener la esperanza en un país en donde a diario son más las noticias malas y desestimulantes: construir confianza, comunicar y conversar, particularmente entre quienes piensan distinto o están en otras orillas ideológicas.
EL NUEVO SIGLO: ¿Cuál es el mensaje de Navidad que la Iglesia Católica le da a los colombianos?
FRANCISCO MÚNERA: El mensaje para todos los colombianos es que fortalezcamos la esperanza. Y, bueno, hablo personalmente en este caso, pues me llama la atención, voy a citar a una persona muy querida aquí en Cartagena, estoy en Cartagena, una periodista creo, Jacqueline Pájaros Bancel, habla de construir narrativas de esperanza, eso creo que es muy importante para todos los cristianos, los hombres y las mujeres que creemos en Jesús de Nazaret, Jesús el Hijo de Dios, esperanza para nuestra Nación.
Son demasiadas las, llamémoslas así, narrativas de desesperanza, que tienden a mirar solo y exclusivamente lo negativo de todas las personas, de las instituciones. Y entonces, creo que para nosotros es importante la Navidad, es una oportunidad maravillosa para fortalecer la esperanza en aquel que creyó profundamente en el ser humano. Por eso se hizo hombre y asumió nuestra humanidad, con sus dolores, sus sufrimientos, sus alegrías y sus esperanzas.
ENS: ¿Cómo recuperar esa esperanza en Colombia en medio de tanta incertidumbre?
FM: Ahí te doy las tres claves: me refiero a esta persona en una conferencia que ella nos dio aquí a la iglesia de Cartagena en una asamblea, nos hablaba de construir confianza, construyendo confianza, comunicando y conversando, tres palabras, que son como tres programas interesantes.
Tenemos que seguir construyendo confianza primero entre las personas y las instituciones. En una familia se destruye por ejemplo la cabeza, que es la madre. Entonces dime tú cómo se puede fundamentar la cabeza así.
Y eso en el país significa seguir aportándole a fortalecer las instituciones, construir confianza a partir de creer en las instituciones. Tenemos todas las instituciones, tenemos también debilidades y fallas, pero es eso importante.
Segundo comunicando. Ustedes son maestros en esto, y ustedes tienen una posibilidad maravillosa a través de sus medios de comunicar; comunicar no medias verdades, hacer esfuerzo por acercarnos a la verdad, comunicar sobre todo también los hechos positivos. Es que hemos caído en una tendencia negativista y de comunicar solo las noticias que venden, las noticias que generan siempre desesperanza.
Este país no se ha descuadernado a pesar de tantos años de conflicto armado interno, a pesar de tanta situación de corrupción. Pero son tantísimas las personas, las instituciones en el ámbito civil, no estoy hablando solamente del ámbito religioso, que nos ayudan a que tenemos que seguir comunicando. Jesús es el mejor comunicador, el comunicador de buenas noticias, y entonces creo que eso también le ayuda a la gente a percibir un aire distinto.
Y lo tercero, hay que generar conversación a todos los niveles, con las otras orillas, con las distintas orillas ideológicas, eso que a veces se llama los famosos diálogos improbables, no para polarizarlos más, porque a veces también las familias, la Navidad puede llenarnos de pasión.
Está bien que podamos tener diferencias, por ejemplo, si somos hinchas de Nacional o de Tolima, pues lógico que el uno apuesta por Nacional y el otro apuesta por Tolima. En lo político por supuesto que tenemos visiones muy distintas del país, pero tenemos que conversar para pensar siempre en el bien superior del país que busca la mejor política, que busca no eliminar adversarios, sino escucharlos para conversar.
ENS: Usted toca el tema de la corrupción, ¿qué opinión tiene de lo ocurrido en la Unidad de Gestión del Riesgo?
FM: Al país lo han destruido dos situaciones muy dolorosas: esta violencia que se va reciclando cada vez más en nuevas formas y segundo, la corrupción en muchos niveles. Ese es un ejemplo muy doloroso, pero no nos podemos quedar solamente allí, es que es una realidad que nos está afectando como país.
Entonces, hay quien, porque roba poquito, ese será corruptico, pero es que esa anticultura nos ha hecho mucho daño, que fue entrando en la mentalidad del país, del atajo, de no respetar los bienes. Recuerdo ese mensaje tan contundente que daba el profesor Mockus: los bienes públicos son sagrados, es que eso es de los pobres, eso es de la salud, eso es de la educación.
En unas olas de emergencia, de calamidades, ¿cómo es posible que pueda suceder eso, robarle el pan a los pobres, a los niños? Eso grita a los ojos de Dios.
ENS: En 2025 comienza en forma el pulso de cara a las elecciones de 2026, ¿qué tan importante es el diálogo en este proceso?
FM: Necesitamos elevar el nivel de la política, buscar que los partidos se comprometan realmente como instituciones a formular proyectos y programas, y hacer valer menos los protagonismos de las personas.
Y luego buscar las personas que se comprometan a conservar proyectos y programas de largo alcance para el país. Tenemos que ir superando esa visión miope, cortoplacista que nos ha hecho tanto daño, que va de gobierno a gobierno y no somos capaces todavía de generar políticas de Estado para afrontar desde todas las orillas. El gobierno que sea porque precisamente el juego democrático reclama una sucesión, sí es necesaria, pero que haya políticas que no pueden estar cambiando permanentemente con el gobierno de turno.
ENS: ¿Cuál es su mensaje a los grupos alzados en armas para que haya paz en Colombia?
FM: Creo que necesitamos para estos diálogos que está llevando adelante el Gobierno nacional con los distintos grupos, disidencias, realmente formular un marco ético fundamental, donde se tenga muy claro si son, por ejemplo, diálogos políticos en mesas nacionales o mesas regionales.
Que realmente se respeten unos elementos básicos fundamentales, un marco ético fundamental que lo da para mí, por supuesto, el Derecho Internacional Humanitario, el respeto a los derechos humanos. Y con los demás grupos que no tienen tanto la índole política, sino que se está buscando acercamientos, conversaciones para legalizar situaciones supremamente delicadas, igualmente se requieren marcos, un marco legal.
La iglesia que le corresponde igualmente por pedido de ambas partes acompañar por razones pastorales y humanitarias estos espacios, pues tengamos claridad porque no podemos ser sencillamente invitados de piedra o bendecir lo que no puede bendecir.
Frente a la polarización
ENS: Por último, ¿cuál es su mensaje a los colombianos para que baje la polarización?
FM: Construyamos confianza, aprendamos a comunicar escuchándonos y abrámonos a las conversaciones que llamamos improbables, es decir, con los que son adversarios, con los que no piensan lo mismo que nosotros.
Escuchémonos, captemos los puntos de vista de los demás, eso nos puede ayudar, podemos crecer como colombianos, como país y aprovechar esa linda riqueza espiritual y cultural que tenemos. La Navidad es un tiempo que nos permite unirnos fuertemente, entonces ánimo, esperanza y construyamos y generemos nuevas narrativas para el país.