EN UN balance sobre el comportamiento de la economía durante este año, el centro de pensamiento ANIF, dijo que las buenas noticias en materia económica corrieron por cuenta de la inflación.
“En ANIF proyectamos que este año el indicador se ubique en 5%, cifra sustancialmente menor a la observada en el 2023 (9,28%)”, sostiene el informe.
Considera la institución que “en el plano de lo regular, se encuentran el crecimiento y el desempleo. Si bien el Producto Interno Bruto (PIB) podría expandirse 1,8% en el total de 2024, lo que triplica la variación del 2023 (0,6%), la economía está lejos de su crecimiento potencial. Además, a pesar de esa mejora en el crecimiento, el desempleo permanecería prácticamente inalterado”.
Asimismo, sostiene que “sin duda, lo malo en este año corresponde a las cuentas fiscales. Con un recaudo en franca contracción y lejos de la meta inicial, el Gobierno tiene en vilo el cumplimiento de la regla fiscal. El Ejecutivo debe enviar señales claras a los mercados sobre el manejo prudencial de la política fiscal, que favorezca el ambiente de negocios y promueva la inversión. Con todo, si bien el 2025 inicia con retos en algunos frentes, las prioridades en materia macroeconómica son claras”.
La inflación
ANIF dice que “dependiendo de los indicadores que se miren, el balance de 2024 puede ser muy diferente”. Asegura que “indudablemente, los resultados de la inflación en lo corrido del año han sido la buena noticia de 2024. Según los últimos resultados, en noviembre de 2024 el dato anual fue de 5,20%, lo que demuestra la disminución marcada que se ha observado desde el cierre de 2023 (9,28%). La tendencia decreciente de la inflación ha resultado, en gran medida, gracias a la respuesta del Banco de la República, que aumentó la tasa de política monetaria a un nivel máximo histórico en el siglo XXI (13,25%) para controlar la inflación. Con ese comportamiento, en ANIF estimamos una inflación anual del 5% para diciembre de 2024, en línea con lo que estiman otros analistas, indicando una reducción de 4,28% respecto al dato de 2023. Aun así, la inflación se mantendría por encima del rango meta fijado por el Banco de la República (2%-4%). Ahora bien, se espera que en 2025 la inflación continúe disminuyendo y entre en el rango, ubicándose alrededor del 3,8% anual al final de año”.
Crecimiento
Por otra parte, el centro de pensamiento a través de su informe pone de manifiesto que “el crecimiento de la actividad económica y el nivel de desempleo entran en lo que hemos denominado “lo regular” de 2024. Por un lado, el crecimiento económico, a pesar de mostrar señales de recuperación, sigue siendo bajo. En lo corrido del año al tercer trimestre el PIB se ha expandido 1,6% anual, dato mucho mayor que el observado en el mismo periodo de 2023 (0,7%)”.
Explica la entidad que “sin embargo, esta recuperación ha sido heterogénea entre sectores productivos. Algunos sectores que venían mostrando crecimientos negativos desde hace varios trimestres se han recuperado, como la construcción, mientras otros, como la industria, se mantienen en terreno negativo. Por su parte, sectores como las actividades artísticas y la Administración pública han mantenido su buen desempeño, y otros sectores como el agro se han reactivado de manera importante. Pese a lo anterior, el crecimiento del PIB se mantendría por debajo de su potencial en 2024. En ANIF esperamos que este sea de 1,8% al final del año”.
Desempleo
En cuanto al desempleo, los resultados en lo corrido del año han sido agridulces. Por un lado, la tasa de desempleo (TD) ha continuado disminuyendo, alcanzando 9,1% en octubre de 2024, luego de haber empezado el año en 12,7%. Por otro lado, la tasa global de participación (TGP) ha disminuido en varios meses del año, lo cual evidencia una salida de personas de la fuerza laboral. En algunos meses la disminución del desempleo se ha explicado principalmente por esa caída en la TGP, en vez de un aumento en la ocupación, lo que deja un sinsabor en cuanto a las cifras. Además, en lo corrido de 2024 la TD promedio ha sido de 10,5%, 0,2% superior a la observada en el mismo periodo de 2023. Así, pese al mejor desempeño económico, la TD de 2024 (10,3% según las proyecciones de ANIF) se ubicaría levemente por encima del dato observado hace un año (10,2%).
“Para terminar, lo malo de 2024 sin duda se relaciona con las cuentas fiscales del Gobierno. La tendencia observada en el recaudo durante este año no ha estado en línea con lo esperado por el Gobierno. Algunas fallas como el error de calibración del anticipo de renta del 2023, que impulsó el impuesto de renta en ese año, afectaron gravemente el recaudo por ese concepto en esta vigencia. Además, litigios y transacciones de una única vez contempladas dentro de las expectativas de recaudo, al no materializarse, también afectaron la meta. Finalmente, la menor actividad económica también redujo la causación de impuestos, particularmente en renta e impuestos externos”, asegura el análisis.
Ingresos
En su análisis, ANIF asegura que “todo lo anterior ha obligado al Gobierno a revisar sus proyecciones de ingresos en diferentes oportunidades y, en consecuencia, a recortar también el gasto ‒como se decretó recientemente‒ para poder cumplir con los límites de déficit establecidos por la regla fiscal. La situación fiscal a lo largo del año ha estado apretada y, a medida que se acerca el cierre del año, no cede la incertidumbre sobre el cumplimiento (o no) de la regla fiscal. Lo ocurrido en 2024 debe servir de ejemplo para 2025. Desde ANIF reiteramos la importancia de ser cautelosos en la elaboración de las cuentas fiscales para evitar un escenario de rebajas adicionales de la calificación de crédito soberana, que podría generar una salida de inversionistas locales del mercado de TES, lo cual terminaría generando una presión alcista en las tasas de interés de mediano y largo plazo, dificultando la recuperación de la inversión y de la actividad económica”.
En síntesis, el balance del 2024 es agridulce. Por un lado, la inflación y la baja en las tasas de interés representan un alivio para los hogares y las empresas. Por otro lado, menores condiciones de crecimiento y un mercado de trabajo que se mantuvo prácticamente inalterado, dificultan avanzar en la lucha contra la pobreza y la desigualdad de manera más efectiva. Finalmente, la salud fiscal del país no atraviesa su mejor momento. El manejo prudencial de las cuentas del Gobierno es más necesario que nunca. Las señales negativas del Ejecutivo en este frente pueden ‒y han demostrado‒ afectar otros agregados macroeconómicos como la prima de riesgo, el tipo de cambio y las tasas de interés. En ese sentido, si bien el 2025 será un año retador, la hoja de ruta sobre cuáles deberán ser las prioridades en materia económica es clara.
Los grandes retos
El presidente de la ANDI, Bruce Mac Master, en un editorial, expone que “Colombia afronta grandes retos internos para garantizar una reactivación económica y la sofisticación de su aparato productivo. Por un lado, está la necesidad de mantener un flujo importante de divisas, incrementar las exportaciones, y no solo atraer nuevos inversionistas, sino también conservar los ya existentes. A pesar de que en 2024 se logró una tendencia decreciente en la inflación, los precios podrían repuntar en el transcurso de 2025, entre otras cosas, por las importaciones de gas y la depreciación de la tasa de cambio. Aunado a lo anterior, también enfrentamos una alta incertidumbre económica y política que constituye un limitante a las estrategias de crecimiento de largo plazo y genera inestabilidad en todos los mercados y agentes”.
El dirigente se pregunta: “con esta realidad, ¿cómo podemos beneficiarnos de la coyuntura del comercio internacional? En principio, Colombia tiene un potencial exportador significativo. El riesgo asociado al cambio climático se materializó con la prolongada sequía en Brasil y las posibles afectaciones en la producción de café. En condiciones normales, el potencial de exportación con café es superior al 35% y teniendo en cuenta esta situación se abre la posibilidad al país de atender un mercado aún mayor. También es importante fortalecer las cadenas agroindustriales, que han logrado identificar algunos nichos de mercado. En esta área tenemos dos metas: aumentar el valor agregado de nuestros productos y ser uno de los grandes protagonistas en el mercado mundial”.