El hielo de los glaciares en la cima de las montañas en los trópicos cubre una superficie significativamente menor, en un caso hasta un 93% menos, que hace apenas 50 años.
Un nuevo estudio publicado en Global and Planetary Change, encontró que un glaciar cerca de Puncak Jaya, en Papúa Nueva Guinea, perdió aproximadamente el 93% de su hielo durante un período de 38 años desde 1980 hasta 2018. Entre 1986 y 2017, el área cubierta por glaciares en la cima del Kilimanjaro en África disminuyó en casi un 71%.
El estudio es el primero en combinar imágenes satelitales de la NASA con datos de núcleos de hielo perforados durante expediciones de campo en glaciares tropicales de todo el mundo. Esa combinación muestra que el cambio climático está provocando la desaparición de estos glaciares, que durante mucho tiempo han sido fuentes de agua para las comunidades cercanas, e indica que esos glaciares han perdido hielo más rápidamente en los últimos años.
Los dos conjuntos de datos permitieron a los investigadores cuantificar exactamente cuánto hielo se ha perdido de los glaciares en los trópicos. Esos glaciares son "los canarios en las minas de carbón", dijo en un comunicado Lonnie Thompson, autor principal del estudio, distinguido profesor universitario de Ciencias de la Tierra en la Universidad Estatal de Ohio y científico investigador principal del Centro de Investigación Polar y Climática Byrd del Estado de Ohio.
"Estos se encuentran en las partes más remotas de nuestro planeta, no están al lado de grandes ciudades, por lo que no tiene un efecto de contaminación local", dijo Thompson. "Estos glaciares son centinelas, son sistemas de alerta temprana para el planeta y todos dicen lo mismo".
El estudio comparó los cambios en el área cubierta por glaciares en cuatro regiones: Kilimanjaro en Tanzania, los Andes en Perú y Bolivia, la meseta tibetana y el Himalaya de Asia central y meridional, y campos de hielo en Papúa, Nueva Guinea, Indonesia.
Thompson ha dirigido expediciones a todos estos glaciares y ha recuperado núcleos de hielo de cada uno. Los núcleos son largas columnas de hielo que actúan como líneas de tiempo para los climas de las regiones durante siglos y milenios. A medida que la nieve cae sobre un glaciar cada año, se entierra y se comprime para formar capas de hielo que atrapan y preservan la química de la nieve y todo lo que hay en la atmósfera, incluidos los contaminantes y el material biológico como las plantas y el polen. Los investigadores pueden estudiar esas capas y determinar qué había en el aire en el momento en que se formó el hielo.
Una imagen tomada en 2019 de la cima de Huascarán, la montaña tropical más alta del mundo, muestra el hielo retirándose cuesta arriba y exponiendo la roca debajo. Los análisis realizados por investigadores de la Universidad de Colorado mostraron que el área del hielo glaciar en la cima de esa montaña disminuyó en casi un 19% entre 1970 y 2003. En 2020, la superficie del casquete glaciar Quelccaya, la segunda área glaciar más grande en los trópicos, había disminuido en un 46% desde 1976, el año en que Thompson perforó el primer núcleo de hielo desde su cima.
Alrededor de la época de la primera expedición de Thompson, la NASA lanzó la primera versión de su misión Landsat. Landsat es una colección de satélites que fotografían la superficie de la Tierra y ha estado en funcionamiento en varias formas desde 1972. Ofrece el registro espacial continuo más largo de la tierra, el hielo y el agua de la Tierra.
"Estamos en esta posición única donde tenemos registros de núcleos de hielo de estas cimas de montañas, y Landsat tiene estas imágenes detalladas de los glaciares, y si combinamos esos dos conjuntos de datos, vemos claramente lo que está sucediendo", dijo Thompson.
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Más lluvia y menos nieve
Los glaciares en los trópicos responden más rápidamente al cambio climático y como existen en las áreas más cálidas del mundo, pueden sobrevivir solo en altitudes muy altas donde el clima es más frío. Antes de que la atmósfera terrestre se calentara, la precipitación cayó en forma de nieve. Ahora, gran parte de ella cae en forma de lluvia que hace que el hielo existente se derrita aún más rápido.
"Ya no se sostiene el hielo en las elevaciones más altas", dijo el coautor Christopher Shuman, profesor de investigación asociado en la Universidad de Maryland-Condado de Baltimore y científico investigador asociado en el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Maryland.
"Es esta interacción entre el aire cálido que se derrite más abajo los márgenes de los campos de hielo, mientras que las elevaciones más altas todavía son lo suficientemente frías como para recibir una cierta cantidad de nieve, pero no lo suficiente para mantener la capa de hielo a las dimensiones que alguna vez tuvo", comentó.
En Colombia
Dentro del continente americano las nieves perpetuas colombianas son las más famosas, estas presentan un contraste visual muy llamativo con respecto a todo el paisaje tropical que representa el territorio nacional.
Así, el país cuenta con pequeñas masas de hielo, que coronan lo más alto de las montañas, por encima de los 4.850 metros sobre el nivel del mar. Nuestros glaciares, pese a que no representan más que el 0.16% de los sudamericanos, los 37 km2 de hielo existentes en Colombia son un excelente laboratorio de investigación de los efectos del cambio climático a nivel global. La razón: están bajo la influencia de la Zona de Convergencia Intertropical y no de estaciones, que caracterizan a regiones de mayores latitudes.
Actualmente sólo seis zonas tienen glaciares en Colombia: Sierra Nevada de Santa Marta, Sierra Nevada El Cocuy o Güicán, Volcán Nevado del Ruiz, Volcán Nevado Santa Isabel, Volcán Nevado del Tolima y Volcán Nevado del Huila.
Anteriormente existían más glaciares. Según las referencias geográficas y crónicas realizadas durante el siglo XIX en Colombia había 14 montañas glaciadas, pero el incremento en la temperatura y la falta de precipitación sólida necesaria para mantener el hielo, terminó por fundir totalmente estos glaciales en el siglo XX: Cisne (1960), Quindío (1960), Puracé (1940), Pan de Azúcar (1960), Sotará (1948), Galeras 81948), Cumbal (1985) y Chiles (1950).
Aquí como en el resto del mundo, fruto del calentamiento global, se registra un impensable y acelerado deshielo. Solo para tener un dato, se estima que en la Sierra Nevada de Santa Marta las montañas pierden anualmente un 1.5% de sus hielos.
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Hay varios estudios que sostienen que por efectos del clima y la creciente contaminación, Colombia podría en tres décadas perder todos sus territorios con nieve. Sin embargo también los hay y se están implementando con las medidas para frenar este fenómeno, como son reducir el consumo y utilización de elementos como metano y carbono negro, considerados los mayores acelerantes del calentamiento global.