La necesidad de crear una cultura forestal correcta y libre de mitos, es uno de los principales propósitos de la red del recurso forestal y de la madera liderada por Fedemaderas.
El gremio señala que la concepción social, en muchos casos errónea acerca del uso de este recurso renovable, biodegradable y que se caracteriza por su capacidad de capturar carbono de manera permanente, adquiere la mayor importancia toda vez que a través de certeros y efectivos mensajes podría originarse un nuevo orden económico, combinando precisamente las iniciativas que desde el gobierno nacional se recogen a través de las nacientes políticas de reconversión productiva rural, reindustrialización y cambio climático.
Fedemaderas ha participado en las discusiones del Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026 y ha recomendado la necesidad de una rectoría única para la economía forestal que abarque el manejo integral del recurso forestal. Aunque la visión del gremio difirió del artículo propuesto originalmente en el proyecto de ley, posteriormente no aprobado por el Congreso, la propuesta que sigue vigente es la de convocar una red de clústeres regionales de bioeconomía con integración de varias carteras gubernamentales para lograr una gestión sistemática y completa del recurso forestal.
Según la FAO, en Colombia se consume menos de 0,14 m3 de madera por persona cada año, mientras que en Brasil la cifra puede superar 1,24 m3, lo que equivale a un mercado de 60 millones de m3, 10 veces más grande que el existente en Colombia. En comparación con países como Canadá y Chile, donde el consumo per cápita es de 4,49 m3 y 3,39 m3, respectivamente, el consumo de madera contribuye significativamente al PIB nacional. Una mayor demanda de madera resulta en una oferta legal creciente y en mayores incentivos para el desarrollo industrial, lo que se traduce en mayores beneficios económicos, sociales y ambientales, como es el caso de Chile, donde la deforestación es casi inexistente. Para aprovechar este mayor mercado, los colombianos deben reflexionar sobre por qué no consumimos mayores cantidades de madera.
¿Por qué no consumimos mayores cantidades de madera? La respuesta puede contener dos aristas. La primera, contrario a la creencia popular, Fedemaderas enfatiza que no se practica la tala del bosque natural con el objetivo de sustituirlo por siembras forestales; en su lugar, se establecen estas plantaciones comerciales en tierras que tienen una vocación forestal y que anteriormente tenían un uso del suelo diferente.
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Las plantaciones forestales comerciales de madera contribuyen a mitigar el efecto del calentamiento global, capturan CO₂, regulan las corrientes de agua, mejoran su calidad y protegen el suelo contra la erosión. Adicionalmente, ayudan a proteger los bosques naturales y aportan a la conservación de la biodiversidad. Es así como los pinos y eucaliptos, variedades comunes en las plantaciones forestales comerciales, erróneamente se piensa que hacen que los animales migren o desaparezcan. Lo evidenciado y certificado es que estos cultivos forestales sirven de hábitat para diversas especies, como lo documenta el informe de sostenibilidad de Smurfit Kappa en Colombia, en donde a lo largo de sus plantaciones se han identificado 1.222 especies (651 de flora, 77 de mastofauna y 494 de avifauna), aspecto de la mayor importancia cuando 41 de ellas se encuentran clasificadas bajo algún grado de peligro o riesgo de extinción. Desmitificar estas creencias erróneas acerca de las plantaciones forestales comerciales y difundir correctamente las buenas prácticas al interior de sus procesos productivos, el respeto por el medio ambiente, y la función social y de protección hacia los derechos de las comunidades indígenas y de campesinos, legitimará un más amplio mercado hacia productos y derivados de la madera, pues estereotipos se derrumban y externalidades positivas se constituyen en la principal razón para un mayor consumo.
Pero una segunda arista está relacionada con la exploración de la tendencia mundial, ya que los estudios de Afry, una consultora global, demuestran que para el año 2030 se espera un mercado de más de 161 billones de euros en bioproductos como biocombustibles, productos de higiene, empaques, embalajes, fibras y textiles, todos estos a partir de la madera. Además, se están desarrollando nuevas soluciones para reemplazar la producción de baterías de litio para vehículos eléctricos, utilizando biochar a partir de la biomasa forestal. En Colombia, en donde la demanda de vivienda rural y urbana es alta pues se estima que se necesitarán 23,2 millones de unidades para 2030, la madera ofrece ventajas en términos de economía en costos, tiempo de producción, construcción y ensamblaje, convirtiéndose en la mejor alternativa laboral al encadenar diversos sectores y soluciones, desarrollando un mercado incipiente en el país.
Fedemaderas insiste que la cultura forestal debe romper mitos, y ello es parte de un nuevo devenir económico y social. Es común escuchar que para producir papel se talan árboles y se destruyen los bosques naturales. Pero por el contrario la realidad es que la madera empleada para la fabricación de papel proviene de plantaciones forestales comerciales certificadas, no de bosques naturales, las cuales se establecieron con el objetivo de abastecer de materia prima a la industria del papel y/o para atender la demanda de madera de otros sectores de la economía.