Potosí se reinventaría después de la explotación minera | El Nuevo Siglo
Lunes, 6 de Agosto de 2018
Redacción Nacional

Tomando como punto de referencia el proceso de redesarrollo paisajístico en Lusacia, región productora de carbón de la antigua Alemania Oriental, surge una metodología para construir el paisaje posminero de este barrio del sur de Bogotá.

La explotación minera de este barrio de la localidad de Ciudad Bolívar empezó en 1995, cuando Ingeominas le otorgó un título minero por 30 años a Canteras Unidas La Esmeralda, para explotar a cielo abierto materiales de construcción en un área de 169 hectáreas.

La experiencia de Lusacia es muy conocida por que durante décadas se extrajeron tantos miles de toneladas de carbón, que cuando se agotaron los yacimientos quedaron gigantescos cráteres. Con la reunificación se intervinieron más de 130 k2, con inversiones estimadas en más de 5.000 millones de euros.

Para el desarrollo de la metodología, la arquitecta Andrea Heredia Moreno, magíster en Hábitat de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), se basó en un ciclo de procesos fundamentados en cuatro pasos: lectura integral de los lugares a intervenir, creación de escenarios de diálogo entre los diferentes actores, generación de horizontes de sentido compartido, y creación y gestión de proyectos concretos.

 

Reconstrucción

La investigadora propone trabajar con la “Metodología de los eventos relacionales para el análisis del paisaje”, que busca indagar sobre las transformaciones ocurridas en los paisajes, compuestos por una realidad ecológica y una contextual, a partir de ciertos eventos.

La realidad ecológica está caracterizada por eventos físico-bióticos, mientras que en la realidad contextual se proponen cinco categorías de análisis: eventos de comunicación, económicos, estructurales, regulatorios y simbólicos.

“Desde ambas aproximaciones se habla de la importancia del trabajo multiactoral en la reconstrucción de esas realidades. Por eso en estos procesos cuenta la participación de la comunidad, las instituciones, la academia y las empresas”, señala la investigadora, quien aplicó cada una de las fases en el caso del barrio Potosí.

En la segunda fase se formuló y desarrolló el seminario-taller “Repensando la minería y el territorio”, con el objetivo de fortalecer los conocimientos de procesos posmineros de otros países para orientar el futuro de este escenario que por más de dos décadas se destinó a la explotación de materiales de construcción, hasta 2016, cuando la comunidad logró el sellamiento de la cantera.

La tercera fase es la generación de “horizontes de sentido compartido”, en los que se expresa un proyecto colectivo que tiene la potencialidad de reorientar las dinámicas territoriales a partir de los acuerdos, roles y compromisos de los diferentes actores.

“La construcción del paisaje implica saber para dónde queremos ir, cómo vamos a construir el territorio, quiénes son los responsables y qué es lo que sustenta la construcción; por eso en esta etapa se construye un proyecto colectivo que orienta el futuro de estos espacios”, indica la arquitecta.

Agrega que el desarrollo de estos procesos de construcción posmineros solo puede ser posible “si se cuenta tanto con recursos financieros y humanos como con voluntades políticas para garantizar su continuidad en el tiempo, para así trabajar en la creación y gestión de proyectos concretos, que sería la cuarta fase de la metodología”.

El estudio contó con el apoyo del grupo de investigación Espacio, Tecnología y Participación (Estepa) -liderado por la profesora Susana Barrera Lobatón, del Departamento de Geografía-, el Instituto Taller de Creación, el Instituto Hábitat, Ciudad y Territorio de la U.N., y el Instituto Goethe de Bogotá. Cada uno dictó una charla en los espacios de creación e intercambio de conocimientos, lo que dio lugar a la realización de una declaratoria del proyecto final, en la que se identifican los problemas y se plantean posibles soluciones.