La cuarentena obligatoria decretada por el Gobierno Nacional ha afectado todos los comportamientos ciudadanos, y la descontaminación del Rio Bogotá no ha escapado a esa realidad. ¿Por qué? Porque lo que más contamina el rio es la basura que se bota directamente a la calle porque llega de manera directa a los canales y afluentes del río.
“Como la gente ya no puede salir a las calles a botar basura y escombros, efectivamente ha disminuido el porcentaje de basuras que llegan a través de los canales de aguas lluvias al Rio Bogotá y así ha redundado en alguna mejora en cuanto a la calidad del río”, dijo a EL NUEVO SIGLO el ingeniero Aníbal Acosta, director del Fondo para las Inversiones Ambientales de la cuenca y quien lleva 20 años y cinco administraciones distritales al frente de la recuperación de este afluente.
Adicionalmente, el ingeniero cree que si esta cuarentena se prolonga seguirán viéndose condiciones de favorabilidad sobre esta cuenca, “pues el hecho de que la gente no pueda salir incide sobre la cantidad de basura que se bota a la calle y que llega directamente a los canales y afluentes del río. Es basura que no llega directamente a la fuente”, puntualizó Acosta, quien no obstante dijo que en este momento es muy difícil medir numéricamente el impacto de la cuarentena sobre la calidad del dicho río.
Aun así, y aclarando que en este momento el río tiene un comportamiento normal y no hay riesgo de sequía, ni de desbordamiento, “yo creo que en junio, si las cosas salen bien, podremos comparar los índices de la calidad del agua con los indicen que obtuvimos en noviembre del año pasado”, para conocer el impacto que tuvo esta cuarentena sobre el Rio Bogotá.
Acosta dijo también que en estos momentos tanto la CAR como el Fondo para las Inversiones Ambientales de la cuenca están evaluando las implicaciones que tendrán estos días de sedentarismo sobre las obras que se adelantarían sobre la construcción y ampliación de las plantas de tratamiento de P-Tar Canoas y P-tar Salitre, y aunque si habrá un retraso calculado como de cuatro meses, el ingeniero espera retomar acciones en junio.
“Yo pensaría que por ahí eso nos retrasa por lo menos unos cuatro meses todo el cronograma. Eso es lo que estamos presupuestando. El tema es que este es un momento incierto y todo depende de cuánto más dure la cuarentena y las medidas que tome el Gobierno Nacional. Toca volver a hacer la contratación. Nosotros teníamos alrededor de 2.000 trabajadores en la planta y por los decretos del Gobierno, pues tocó aplazarles los contratos porque no podíamos tener a más de 50 personas en el mismo frente de trabajo y los ritmos van a ser completamente diferentes”, finalizó diciendo.
Por último, y contemplando que la Corporación Autónoma Regional hace cada tres meses campañas de monitoreo y de calidad del agua del río, estas actividades por ahora se encuentran suspendidas.
“De todas formas nosotros tenemos unas estaciones de calidad del río que nos transmiten en tiempo real a la central de la Car en caso de que hayan vertimientos o alguna novedad anómala con respecto a la calidad del río”, precisó el ingeniero a EL NUEVO SIGLO.