Signos vitales del planeta, ¿rumbo a falla sistémica? | El Nuevo Siglo
UNA NUBE estante en Zadas, Croacia.
Foto OMM – Sime Baresic
Viernes, 21 de Abril de 2023
Redacción internacional con Europa Press

LOS últimos ocho años han sido los más cálidos en la Tierra, destacando el último pese al enfriamiento que provoca el fenómeno de “La Niña”, lo que evidencia que los efectos del cambio climático se multiplican y se está lejos de cumplir los objetivos de limitar el calentamiento global.

Así lo reveló la Organización Meteorológica Mundial (OMM) en su informe sobre el “Estado Mundial del Clima 2022” que devela, una vez más, los preocupantes “signos vitales” en la salud del planeta, que registra aumento en la temperatura, niveles récord del nivel del mar, calor de los océanos y acelerado deshielo, entre otros.

Como es habitual, el informe se centra en los principales indicadores climáticos: gases de efecto invernadero, temperaturas, aumento del nivel del mar, calor y acidificación de los océanos, hielo marino y glaciares, al tiempo que destaca los efectos del cambio climático y sus repercusiones, que son las condiciones meteorológicas extremas.

El primero de estos preocupantes ‘signos vitales’ es la temperatura, cuya media mundial subió 1,15 grados centígrados (ºC) respecto al promedio del periodo preindustrial (1850-1900) entre 2015 y 2022, convirtiéndose en los ocho años más cálidos en la Tierra desde que comenzaron los registros.

Destaca que 2022 el año pasado fue el quinto o sexto año más cálido a nivel global y especialmente el más caluroso de la historia en varios países europeos, entre ellos España, pese a que se presentó un episodio triple de 'La Niña', algo que solo ha ocurrido en tres ocasiones en el último medio siglo.

"Mientras las emisiones de gases de efecto invernadero siguen aumentando y el clima continúa cambiando, las poblaciones de todo el mundo siguen sufriendo el grave impacto de fenómenos meteorológicos y climáticos extremos”, manifestó Peter Taalas, secretario general de la OMM.

 

En esa línea enfatizó que ejemplo de ello fueron la sequía continua en África oriental, las precipitaciones récord en Pakistán y las olas de calor sin precedentes en China y Europa que afectaron a millones de personas, provocaron inseguridad alimentaria, impulsaron la migración masiva y costaron miles de millones de dólares en pérdidas y daños.

En resumen, la salud del planeta está así: temperatura media mundial de los últimos ocho años es la más alta jamás registrada; el nivel del mar y el calor oceánico se encuentran en niveles sin precedentes, y esta tendencia se mantendrá durante "muchos siglos"; la extensión del hielo marino de la Antártida retrocede a mínimos históricos, el deshielo de los glaciares en Europa ha batido récords, mientras que se multiplican en casi todo el planeta los fenómenos extremos: en unas zonas grandes inundaciones mientras otras ‘mueren’ de sed por sofocante calor y sequías.

En definitiva, asegura la OMM que "desde las cumbres de las montañas hasta las profundidades de los océanos, el cambio climático siguió avanzando en 2022" y ocasionaron pérdidas por valor de "muchos miles de millones de dólares".

Este informe explica cómo los cambios a escala planetaria, en tierra, mar y atmósfera están provocados por los niveles récord de gases de efecto invernadero.

Advierte, así mismo, que el deshielo de los glaciares y el aumento del nivel del mar, que volvió a alcanzar niveles récord en 2022, proseguirán durante miles de años.

No obstante, indica que la colaboración entre los organismos de las Naciones Unidas -como lo es la OMM- ha demostrado ser "sumamente eficaz" a la hora de hacer frente a las consecuencias humanitarias de los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos, especialmente en lo que se refiere a la reducción de la mortalidad y las pérdidas económicas que conllevan.

En ese sentido, Taalas elogió la iniciativa de las Naciones Unidas 'Alertas Tempranas para Todos' -lanzada en 2022 por el secretario general de la ONU, Antonio Guterres- que es subsanar las deficiencias actuales en materia de capacidad para garantizar que todos los habitantes de la Tierra estén protegidos por servicios de alerta temprana.


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Así, precisó que cerca de 100 países carece de servicios meteorológicos adecuados por lo que ve "necesario" mejorar todas las redes de observación e invertir en capacidades de los servicios hidrológicos, climáticos y de alerta temprana.

A nivel social, el documento reflexiona sobre cómo además de los indicadores climáticos, la creciente subalimentación se ha visto agravada por los efectos combinados de los peligros hidrometeorológicos y la pandemia de enfermedad por coronavirus (covid-19), así como por la violencia y los conflictos prolongados.

En ese sentido, la OMM estima en 95 millones de nuevas personas desplazadas a lo largo de 2022 a consecuencia de fenómenos climáticos y meteorológicos peligrosos. También incide en cómo los ecosistemas y el medio ambiente sufren los efectos recurrentes del cambio climático, por ejemplo, en los tiempos de floración de los árboles o la migración de las aves.

En la antesala del Día Mundial de la Tierra y haciendo referencia al informe, el secretario de la ONU, Antonio Guterres insistió que existen los "instrumentos, los conocimientos y las soluciones necesarios" pero es necesario "actuar con mayor premura" y acelerar la acción climática con reducciones "más fuertes y rápidas" de las emisiones a fin de limitar el aumento de la temperatura.

 

Indicadores en alza

En cuanto a las concentraciones de gases de efecto invernadero, los tres principales (dióxido de carbono, metano y óxido nitroso) el informe revela que alcanzaron los niveles más altos jamás observados en 2021 y en particular, el aumento anual de la concentración de metano.

Los glaciares de los que hay observaciones a largo plazo redujeron su espesor medio en más de 1,3 metros en un solo año (octubre 2021-2022) pero, además, seis de los diez años con el balance de masa más negativo de los que hay constancia, desde 1950, ocurrieron a partir de 2015.

El mismo patrón siguió en la Antártida, donde el hielo marino disminuyó hasta situarse en 1,92 millones de kilómetros cuadrados el 25 de febrero de 2022, el nivel más bajo del que hay constancia y el resto del año estuvo continuamente por debajo de la media.

Igualmente, el ritmo de calentamiento de los océanos tuvo constante incremento en las últimas dos décadas y el nivel medio del mar a escala mundial siguió aumentando hasta fijar un inédito máximo el año anterior.

En África Oriental la sequía causó estragos, con precipitaciones por debajo de la media en cinco estaciones de lluvias consecutivas, algo que jamás había ocurrido en los últimos 40 años, lo que llevó a una situación de hambruna severa.

Europa sufrió durante el verano olas de calor sin precedentes, con unas condiciones "excepcionalmente" secas que dejaron un exceso de mortalidad de más de 15.000 personas entre España, Alemania, el Reino Unido, Francia y Portugal. Mientras, China registró su ola de calor más extensa y duradera, de mediados de junio a finales de agosto.

El prolijo informe analiza también los daños sociales y económicos, los efectos sociales en términos de hambruna, escasez de alimentos, de desplazados -solo Somalia acogió a casi 35.000 refugiados y solicitantes de asilo de zonas afectadas por la sequía como Etiopía o Kenia-.

Tampoco la naturaleza se libra de estos efectos. Por ejemplo, en Japón la floración de los cerezos, documentada desde el año 801, se adelanta desde finales del siglo XIX y en 2021 la fecha de plena floración fue el 26 de marzo, la más temprana registrada en más de 1.200 años y las aves migratorias en Europa reflejan desajustes en las últimas cinco décadas durante la primavera.