Colombia es el tercer país con mayor número de estos felinos. Las cifras siguen a la baja debido a la minería ilegal, la deforestación y el avance de la línea agrícola.
Un estudio reveló que en todo el continente americano quedan actualmente unos 173.000 jaguares (Panthera onca), número que va en descenso a medida que crecen las amenazas a su supervivencia.
La investigación fue realizada por la organización Panthera y contó con la participación del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas, el Ministerio de Ciencia y Educación Superior de Polonia y varios expertos.
Según este estudio, el único en el que se estima la población de este felino en América, durante los últimos 100 años el rango de distribución del jaguar en América del Sur se ha reducido a menos de un 50%. Es decir, hoy esta especie ha perdido más de la mitad de su hábitat.
Esteban Payán, director regional de Panthera para el norte de Suramérica, le aseguró a la Agencia Anadolu que pareciera que la cifra de 173.000 individuos “fuera un número medianamente grande, pero sin duda es menos de la mitad de los jaguares que ha habido históricamente en todo su rango de distribución”.
De acuerdo con el estudio, el declive poblacional y la pérdida de hábitat del gran felino estarían relacionados con tres factores principales: la deforestación para fines agrícolas y minería ilegal, el conflicto con los ganaderos de la región y la cacería no sostenible de sus presas, como venados o armadillos.
“El problema es que la tendencia va hacia abajo por la competencia con los humanos”, advirtió Payán, quien añadió que “la mayor amenaza que tienen los jaguares en este momento es el avance de la frontera agrícola”.
El foco de mayor riesgo para el jaguar es Brasil, por la deforestación al sur de la cuenca amazónica.
“Están tumbando el Amazonas para hacer soya y los llanos orientales colombianos para el arroz, principalmente”, dijo Payán.
En Colombia, la pérdida de bosques causada por la minería ilegal y la falta de planeación en el desarrollo territorial también son alarmantes.
Sin embargo, una de las grandes preocupaciones está en Bolivia, donde la caza ilegal ha crecido exponencialmente y donde el jaguar es perseguido para vender sus partes en el mercado negro.
“Una de las amenazas es la demanda que existe por parte de los chinos para usar sus colmillos como medicina, afrodisiaco, amuleto y hasta adornos como collares”, señaló Panthera.
Payán calificó esta situación como “una historia de terror”.
La distribución de jaguares en el continente
El novedoso estudio -que incluyó modelos jerárquicos, estimaciones de densidad obtenidas mediante capturas en cámaras trampa, datos de presencia y ausencia, y variables predictivas derivadas de imágenes satelitales- logró obtener una fotografía real del número de jaguares en el continente.
En Brasil hay un total de 86.834 individuos (la mitad de la población mundial). Le siguen Perú, con 22.210; Colombia, con unos 16.598; Bolivia, con 12.845; y Venezuela, con 11.542.
Los países centroamericanos con las poblaciones más grandes de jaguares son México (4.343) y Nicaragua (1.476). No existen registros de este felino en Estados Unidos, El Salvador, Uruguay y Chile.
“La mayoría de los jaguares están concentrados en la cuenca del Amazonas, donde las densidades de población humana son bajas (menos de una persona por km2). En estas condiciones, la caza generalmente no tiene un efecto importante”, explica el informe.
El estudio indicó, además, que los jaguares pueden alcanzar las densidades de población más altas en las áreas más productivas y húmedas, y las densidades más bajas en zonas secas o en altitudes superiores.
La investigación arrojó altas densidades potenciales para la mayor parte de la cuenca del Amazonas (dos a tres jaguares por cada 100 kilómetros cuadrados), y especialmente para las áreas en la base de los Andes en Perú (más de tres jaguares por cada 100 kilómetros cuadrados).
Payán aclaró que aunque la estimación total de población de jaguares fue mayor a la esperada por muchos investigadores, “esto no quiere decir que haya más individuos sino que ya entendemos su distribución en el mapa”.
Igualmente recalcó que la distribución del felino está determinada por los efectos combinados del impacto humano y los factores ambientales: “La probabilidad de presencia del jaguar aumenta con la cobertura forestal, la temperatura media y la precipitación anual, y disminuye con el crecimiento del índice de huella humana y la densidad humana”.