El telescopio espacial James Webb localizó la galaxia más lejana detectada hasta la fecha, creada durante la expansión inicial del Universo, apenas 320 millones de años después del Big Bang, según estudios publicados el martes.
Cuanto más lejos están las galaxias, y por lo tanto más jóvenes, más difíciles son de detectar, puesto que su señal luminosa es muy escasa.
Los primeros resultados del telescopio James Webb (JWST), que empezó a funcionar en julio de 2022, identificaron numerosas galaxias "candidatas" en el espectro infrarrojo, una longitud de ondas invisible para el ojo humano que permite remontar mucho más en el tiempo.
El telescopio Webb tiene una poderosa capacidad de observación en infrarrojo, lo que combinado con la espectroscopia, que analiza la luz proveniente de un objeto para determinar sus elementos químicos, localizó "sin ambigüedad" la existencia de cuatro galaxias.
Todas ellas están situadas en el extremo rojo del espectro, es decir que están muy lejos, con una edad que oscila entre los 300 y los 500 millones de años tras el Big Bang (que ocurrió hace 13.800 millones de años), según dos estudios publicados en Nature Astronomy.
En ese momento el Universo solo tenía el 2% de su edad actual, y atravesaba lo que los científicos denominan un periodo de reionización: después del periodo conocido como de las "épocas oscuras", se volvió a activar y empezó a producir una gran cantidad de estrellas.
La galaxia más lejana localizada por el JWST, bautizada JADES-GS-z13-0, se formó "320 millones de años después del Big Bang" y su luz es la más distante observada hasta la fecha por los astrónomos , explicó a AFP Stéphane Charlot, del Instituto de Astrofísica de París, uno de los autores del estudio.
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"Una proeza"
El telescopio espacial también confirmó la existencia de la galaxia GM-z11, de unos 450 millones de años después del Big Bang, y que ya había sido detectada por el telescopio Hubble.
Las cuatro galaxias observadas son muy poco masivas -apenas un centenar de millones de masas solares, en comparación con los 1,5 billones de la Vía Láctea.
En cambio, estas galaxias son "muy activas a la hora de formar estrellas, en proporción con su masa", detalla este astrofísico.
La formación de las estrellas se está realizando "al mismo ritmo aproximadamente que la Vía Láctea" una rapidez "sorprendente en ese estadio inicial del Universo", comenta el investigador.
Esas galaxias son por otro lado "muy pobres en metales", un descubrimiento que confirma las teorías usuales de la cosmología: cuanto más cerca del origen del Universo, menos tiempo tuvieron esas estrellas para formar moléculas complejas.
Esta nueva aportación del JWST es "una proeza tecnológica", señala Pieter van Dokkum, astrónomo de la universidad de Yale, en un comentario anexo al estudio.
"Todos los meses" el telescopio supera "las fronteras de la exploración", explica.
En febrero el James Webb localizó un grupo de seis galaxias de 500 a 700 millones de años de edad tras el Big Bang, aparentemente mucho más masivas de lo previsto. Si la existencia de esas galaxias se viera confirmada por la espectroscopía, eso podría cuestionar parte de las teorías sobre la formación del universo.