¿Cómo afectará al Cartel de Sinaloa la captura del ‘ratón’ Guzmán? | El Nuevo Siglo
AFP
Viernes, 6 de Enero de 2023
Redacción Web con AFP

Presumiblemente la respuesta a este título es poco o nada ya que, con su estructura, tamaño, violencia y sevicia, ese grupo criminal mexicano consolidó un ‘imperio’ tan poderoso y multimillonario como temible.

Gestado en el estado de Sinaloa -de allí su nombre- en la década de los ochenta cuando se unió una segunda generación de mafiosos, a saber, Ernesto Fonseca Carrillo, Miguel Ángel Félix Gallardo y el sobrino del pionero de la droga en esa zona dos décadas atrás, Pedro Avilés Pérez, Joaquín Archivaldo Guzmán Loera (alias El Chapo Guzmán), se fortaleció con el boom que tuvo el narcotráfico en los años 90’s, así como con la corrupción que, a todos los niveles, generó ese cada vez más creciente y ‘productivo’ negocio ilegal.

Con lecciones aprendidas, control de rutas, expansión de operaciones no tardaron en aparecer las disputas entre esos líderes narcotraficantes, llevando a que Félix Gallardo, que se conocía popularmente como el “Jefe de jefes” fundara junto a Ernesto Fonseca Carrillo, alias ‘Don Neto’ su propia organización, el Cartel de Guadalajara, que desde entonces, y con las sucesivas generaciones, mantiene una lucha intestina por el control del negocio tanto con el de Sinaloa, como con las derivadas de éste: el de Juárez Nueva Generación y el de Tijuana

A finales de los años 90, el Cartel de Juárez se fortaleció por la sociedad con el narcotraficante colombiano Pablo Escobar y el giro que dio al tráfico de estupefacientes Amado Carrillo Fuentes, sobrino de alias “Don Neto” y conocido en el narcomundo como “El Señor de los Cielos”. Y paralelamente, hizo lo propio el cartel de Sinaloa, ya bajo el mando de Joaquín “Chapo” Guzmán.

Este cabecilla diseño una amplia y temida jerarquía en el cartel de Sinaloa, incluyendo a las nuevas generaciones que desempeñan roles específicos en la poderosa organización. El “Chapo”, tras una captura inicial en 1993 en Guatemala, dos fugas e igual número de recapturas, fue extraditado en enero de 2017 a Estados Unidos donde cumple cadena perpetua por mantener de forma continuada una organización criminal (1989 a 2014), además de 30 años por el uso de armas de forma violenta.

Se creía que ese duro golpe debilitaría al cartel, que si bien se visualizaba como una sola organización del crimen trasnacional, llevaba varios años operando con diversas estructuras, como una empresa con asociaciones delimitadas en facciones. A su cabeza está Ismael Zambada García, alias “El Mayo”, capo de la vieja guardia y quien nunca ha pisado una cárcel. 

Hijos, nietos y allegados de los ‘socios fundadores’ entraron a esa megaestructura criminal, también conocida como el Cartel del Pacífico, que hoy opera en medio mundo, así como la mitad de estados mexicanos, incluida la vasta frontera con Estados Unidos. 

Enquistados en la nororiental de Culiacán, ciudad donde imponen su barbarie y temeridad, esa organización narcotraficante ha expandido su negocio y actividades. Y si la captura y extradición del “Chapo” no tambaleó ninguna de sus estructuras, es previsible que tampoco lo haga la del hijo de éste, Ovidio Guzmán, alias ‘El ratón”, lograda literalmente a sangre y fuego este jueves, tras la guerra que desataron sus guardaespaldas y alfiles para liberarlo.

La operación realizada bajo el más estricto secreto estuvo a cargo de la Marina mexicana inició en la madrugada de ese día y duró más de doce horas, convirtiendo a la ciudad en un teatro de guerra. Al anochecer se entregó el parte oficial: la detención Ovidio Guzmán, la muerte de 29 personas, de ellos diez militares –un coronel-; 35 uniformados más heridos y 21 pistoleros arrestados.



En la operación las fuerzas de seguridad se incautaron de un verdadero arsenal con cuatro fusiles de francotirador Barrett calibre .50 y otras seis ametralladoras del mismo calibre, 26 armas y 13 vehículos, cargadores, cartuchos y equipo táctico. Otras cuarenta camionetas fueron inutilizadas, de ellas 26 blindadas.

Tras ello, miles de soldados retomaron el control de la ciudad. 4.500 efectivos permanecen desplegados en ella y sus alrededores, tras la frustrada ofensiva de los miembros del Cartel para rescatar a su jefe, recluido a cientos de kilómetros en El Altiplano, la cárcel de alta seguridad de donde su padre se fugó en 2015 antes de ser recapturado. En esa misma penitenciaría permanece Rafael Caro Quintero, el "Narco de narcos" y uno de los fundadores del extinto Cartel de Guadalajara, quien fue aprehendido en julio pasado.

Los uniformados retiraron este viernes decenas de carros robados e incendiados a lo largo de la ciudad -de 800.000 habitantes-, en cuyas calles se libraron las feroces vallas que alcanzaron el aeropuerto internacional, donde se vivieron momentos de terror cuando un avión comercial recibió un impacto de bala momentos antes de despegar y los pasajeros debieron tirarse al suelo. Dos aeronaves de la Fuerza Aérea también fueron impactadas y debieron realizar aterrizajes de emergencia, reveló el secretario de Defensa, Luis Cresencio Sandoval.

"Hay una calma en estas últimas horas", dijo el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, en su habitual conferencia de prensa, en la que negó rotundamente que la captura del líder de la fracción de Los Menores, una de las estructuras del cartel de Sinaloa, hubiese sido para congraciarse con el mandatario norteamericano, Joe Biden, que este domingo llegará a ese país para participar en la Cumbre de América del Norte. 

"Actuamos con autonomía, con independencia, sí hay cooperación y la va a seguir habiendo, pero las decisiones las tomamos como gobierno soberano", aseguró el mandatario izquierdista.

El líder de “Los Chapitos” como se conoce a los herederos del líder narcotraficante y fundador del mencionado cartel, tiene varias cuentas pendientes con la justicia mexicana, por lo que desde un principio se descartó una extradición 'exprés', hacia Estados Unidos donde tiene varios procesos penales abiertos.

Además, un juez mexicano congeló su entrega a ese o cualquier otro país que lo reclamara al fallar a favor de dos amparos presentados por la defensa de Ovidio Guzmán: uno la suspensión de “los actos consistentes en la deportación, expulsión, extradición y su ejecución" y otro para evitar que sea incomunicado.

De igual forma, ordenó que el funcionario judicial del caso “dé fe del estado físico del quejoso y si a simple vista presenta huella de lesiones".
 

“Culiacanazo II”

El poder bélico y violento del cartel de Sinaloa volvió a quedar en evidencia con el cruento y prolongado enfrentamiento que sostuvieron con los militares en las calles de Culiacán y que evocó lo ocurrido en octubre de 2019, cuando el hijo del “Chapo” fue capturado por primera vez.

Los miembros de la organización criminal, a la que se atribuyen cientos de asesinatos y actos de barbarie, volvieron a recibir con fuego a los militares de la marina mexicana el jueves, tal cual lo hicieron en la fecha antes mencionada y que incrementaron durante las horas en que estuvo privado de la libertad “El ratón”. En ese momento el hecho fue bautizado como “Culiacanazo”

Ese 17 de octubre de 2019, temiendo un baño de sangre en dicha ciudad, el presidente López Obrador decidió liberarlo y en este viernes volvió a defender tal orden, porque dijo varios contingentes militares quedaron rodeados por pistoleros y civiles con armas largas.

Sin embargo, también aclaró que esta vez todo fue “distinto”, pues la operación se ejecutó en la periferia y no en pleno centro de Culiacán para no poner en riesgo a la población.

Como reseñamos anteriormente, tras la extradición de su fundador a Estados Unidos, hace cinco años, quedó al mando “Mayo” Zambada -uno de sus viejos socios- y sus hijos Ovidio, Joaquín, Iván Archivaldo y Jesús Alfredo.

Zambada es el capo mexicano de más alto valor para Estados Unidos, que ofrece por él una recompensa de 15 millones de dólares. Por “El ratón” Ovidio pagaba cinco millones de dólares.

Junto con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), el de Sinaloa es una de las organizaciones criminales dominantes en el país, asegura la agencia antidrogas estadounidense (DEA). Y también es una de las más sangrientas.

Miembros del cartel de Sinaloa han protagonizado violentos enfrentamientos con otras organizaciones criminales y con las fuerzas del orden en varias ciudades de México. Algunos de los episodios más sangrientos se han registrado en Ciudad Juárez, a raíz la disputa que tuvo la organización con el Cártel de Juárez por las rutas de trasiego de droga en la región.

Cadáveres descuartizados o colgados de puentes se cuentan entre los crímenes de esos carteles, según las autoridades mexicanas, que cifran en 340.000 los asesinatos que se han registrado en México desde que en 2006 se desplegó un cuestionado operativo militar antidrogas con apoyo de Estados Unidos.

El Cártel de Sinaloa exporta y distribuye grandes cantidades de fentanilo, heroína, metanfetamina, cocaína y marihuana a Estados Unidos, y domina además los corredores de Arizona y California para enviar droga.

"La mayor amenaza del fentanilo para Estados Unidos es el Cártel de Sinaloa dada su habilidad para tener laboratorios clandestinos en áreas de México", señaló la DEA en su más reciente informe anual.

De acuerdo con Insight Crime, el cartel de Sinaloa tiene conexiones al más alto nivel en las policías estatales y el ejército, lo que le permite mantener ventaja sobre sus rivales.

Pese a duros golpes como las capturas del “Chapo” y su hijo Ovido, “el ratón” Guzmán, el cartel de Sinaloa mantiene su poder, en razón megaestructura organizacional que opera en varios frentes y en asociación con varias facciones criminales. /Redacción internacional con AFP