Petroleras advierten que actividad sísmica es casi nula en el país | El Nuevo Siglo
EL PRESIDENTE de la ACP, Francisco José Lloreda, se mostró preocupado por la caída de la exploración y la producción de crudo en el país./ENS
Foto archivo ENS
Sábado, 30 de Enero de 2021
Redacción Economía

A la caída de la producción petrolera y de gas en Colombia por el impacto de la pandemia, los empresarios del sector han tenido que afrontar el desplome de la actividad sísmica en los últimos años.



El presidente de la Asociación Colombiana de Petróleo (ACP), Francisco José Lloreda, puso los puntos claros. “La actividad sísmica es casi nula en el país en tierra firme, es inexistente. No se olvide que la sísmica es la base de toda exploración, y si no hay exploración pues no hay expectativas de producción”, sostuvo el dirigente al presentar un balance del sector en 2020 y mostrar las perspectivas para este año.

Señaló Lloreda que “si bien para el 2021 se proyecta una mayor actividad frente a la observada en 2020, las cifras evidencian que la exploración en Colombia no ha logrado despegar desde la crisis de precios del 2015 y es apenas una tercera parte de la actividad ejecutada a comienzos de la década pasada, cuando había un mayor apetito por invertir en Colombia”.

Sostuvo el presidente de la ACP, que “el país tiene un importante volumen de recursos por descubrir. Extraer el potencial de recursos prospectivos continentales es una oportunidad para la reactivación y el desarrollo social y económico del país. Podría representarle a la Nación y regiones ingresos fiscales adicionales cercanos a los $100 billones, además del importante potencial de los yacimientos no convencionales si se permite su desarrollo. Esto significa potenciar el desarrollo social de Colombia”.

Perforación

Indicó en su exposición, que  “es importante promover la perforación exploratoria más allá del esfuerzo actual. Si se mantiene el ritmo actual de exploración (40-50 pozos por año), y en cuencas con producción comercial que es donde se ha concentrado la actividad en los últimos años, se descubriría apenas una tercera parte de los recursos prospectivos estimados por la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), el país tardaría cerca de 100 años para encontrar el 100%. Ello generaría un costo de oportunidad para el Estado cercano a $60-70 billones por los recursos sin descubrir, que podrían quedar enterrados”.



Más adelante en su presentación, el dirigente empresarial indicó que “cada año que se adelante el programa exploratorio podría generarle al país ingresos fiscales adicionales por $1,5 billones. En otras palabras, trámites eficientes y predecibles, además de generar eficiencias, mayores y oportunas inversiones, aumenta los ingresos del Estado. Además de medidas regulatorias, económicas y socio ambientales, es importante aumentar las Áreas Disponibles para nuevas oportunidades de inversión, ya que el 48% del área continental corresponde a Área Reservada por la ANH (no se permite la presentación de propuestas exploratorias) la cual es bastante superior a las hectáreas disponibles por la Agencia para nuevos proyectos y más de tres veces la de contratos que están en etapa exploratoria”.

Propuestas

Respecto a la encuesta que tradicionalmente presenta la ACP sobre inversiones en el sector, las empresas de exploración y producción de petróleo y gas proponen las siguientes seis líneas prioritarias de trabajo, la cuales se presentan por orden de mayor número de menciones recibidas y corresponden al 80% de las recomendaciones planteadas por las empresas en la encuesta.

  1. Avanzar en modificaciones contractuales, de procesos competitivos y de trámites regulatorios: para esto se requeriría simplificar y flexibilizar las minutas contractuales para la exploración y producción de hidrocarburos, los criterios de habilitación para participar en procesos competitivos y los trámites ante la ANH.
  2. Reducir tiempos y viabilizar los licenciamientos ambientales y otros permisos: mejorar los tiempos de respuesta, armonizar los requisitos, costos y cobros de licencias, trámites y otros permisos con la realidad operacional.
  3. Reducir las tarifas de oleoductos y de gasoductos: ajustar la metodología de cálculo, prioritariamente el componente de remuneración de los activos de oleoductos. En el caso de gasoductos adoptar, lo antes posible, los cambios formulados por la CREG en los borradores de normas publicados.
  4. Impulsar el crecimiento del mercado del gas natural: revisar y simplificar los aspectos regulatorios para garantizar su competitividad frente a sustitutos (como el gas importado), facilitar su comercialización e incrementar su promoción.
  5. Fortalecer el trabajo conjunto Gobierno – industria para facilitar y agilizar el desarrollo de las operaciones: revisar estrategias que mejoren la viabilidad social y seguridad en las operaciones, por ejemplo, aumentar la visibilidad de la Estrategia Territorial de Hidrocarburos de la ANH.
  6. Seguridad regulatoria frente a la política pública del sector: otorgar seguridad jurídica, en los asuntos regulatorios que no se encuentran definidos por el Gobierno Nacional (pilotos para YNC, nueva reforma tributaria, interpretaciones sobre deducibilidad de regalías, entre otros). Adicionalmente, llamar la atención sobre los proyectos de ley que generan impacto negativo para la industria, así como por los diferentes pronunciamientos judiciales que se están profiriendo sin tener en cuenta argumentos económicos, técnicos y científicos.

Sobre las inversiones para este año, el presupuesto prevé la perforación de cerca de 40 pozos exploratorios en tierra firme, que pueden ascender a 45. Pese a ser bastante superior al año 2020, en el que solo se perforaron 18 pozos, la exploración aún no recupera los niveles registrados en años anteriores (post crisis de precios del 2015) y será tan solo una tercera parte de la actividad que se realizaba a comienzos de la década (promedio de 120 pozos perforados anualmente).



En cuanto a sísmica, se proyecta adquirir alrededor de 2.300 kilómetros equivalentes, todos en tierra firme, ubicándose en el rango de los últimos años previos a la crisis. Esto implica una recuperación frente a la sísmica realizada en el 2020 (283 km equivalentes), más si se considera que la campaña de ese año fue realizada en su totalidad por la ANH.

La ACP estima una inversión en exploración para el 2021 entre US$500 y US$550 millones, 43% superior a la del 2020 pero cerca de US$300 millones inferior a la registrada entre 2015 y 2019. Se debe tener presente que el 2020 fue un año atípico para la industria y sus consecuencias aún se verán reflejadas en el 2021.

Es importante destacar que, de este presupuesto, hay cerca de US$45 millones pendientes de las decisiones de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) frente a la aprobación de traslados de inversión o expedición de acuerdos en trámite. Así mismo, el plan de inversiones está diseñado para reaccionar a las condiciones que se presenten en el mercado, por lo que algunas compañías manifestaron que tienen proyectos adicionales para desarrollar y podrían activar si las condiciones del mercado mejoran (no se incluyen en este presupuesto).

Inversiones

En el 2020 la inversión de petróleo y gas en Colombia totalizó US$2.050 millones. Es decir, disminuyó 49% frente al 2019 y fue el nivel más bajo registrado desde el 2016, principalmente por la caída de las inversiones en exploración. Debido a la crisis presentada, el Capex estimado a principios de 2020 se redujo en 59%. Este presupuesto inicial se proyectaba en US$4.970 millones y con un precio Brent de US$60/ barril promedio año, con lo que se esperaba un incremento del 23% en las inversiones frente al 2019, previendo una reactivación del sector.



Para este año se proyecta  una inversión en exploración y producción de petróleo y gas entre US$3.100 y US$3.450 millones, es decir, 51% superior a la del 2020, año atípico por la pandemia del Covid-19 y la caída de los precios internacionales del crudo. No obstante, se debe tener en cuenta que esta inversión es cerca de US$300 millones inferior a la registrada entre 2015 y 2019. La inversión exploratoria estará concentrada en la región Caribe; mientras la inversión en producción se destinará, principalmente, a Meta y Santanderes