La fuerza laboral que pierde Colombia con los 'ninis' | El Nuevo Siglo
PROGRAMAS como que el gobierno pague el 15% de salarios de los jóvenes a menores de 28 años, solo han logrado beneficiar a 70 mil de los 600 mil previstos.
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Domingo, 6 de Febrero de 2022
Redacción Política

Unos 516 mil jóvenes en Colombia no estudian, no trabajan, no están buscando empleo y tampoco se dedican a oficios del hogar, según un análisis que hizo el DANE sobre la problemática de los ninis (jóvenes que no estudian y no trabajan).

De acuerdo con expertos consultados por EL NUEVO SIGLO, uno de los culpables de esta situación fue el cambio de modelo económico que ha sufrido el país desde hace 30 años, aunque también se aclaró que hay diversos tipos de ‘ninis’ y que no todos son de carácter negativo.

Jorge Coronel, quien además de ser economista, magíster en Economía y profesor de la Universidad de Medellín, hizo parte de la Misión Alternativa de Empleo que desde el 2020 lanzó el Gobierno con el fin de formular una serie de propuestas en esta materia para el país, le dijo a este medio que desde antes de la pandemia esta población ya empezaba a ser mirada con preocupación.

“Porque es la población que nos está reflejando la incapacidad de oportunidades que tenemos dentro del marco del modelo económico que está imperando. Los ninis son el reflejo de la falta de oportunidades por el lado de la educación y por el lado del mundo del trabajo”, comentó.

Considera que “reengancharlos es un reto que va mucho más allá de pensar que es solo un asunto de política educativa o de política laboral solamente, eso es un reto que desborda esas dos políticas”, remarcó Coronel.

También aseguró que se ha cambiado el modelo, el cual no ofrece oportunidades. “Ese grupo poblacional empieza a ser objeto de estudio a partir de la manera como se va estrechando el mundo del trabajo. Nosotros en Colombia llevamos 30 años con un modelo económico que lo que ha hecho es que ha vuelto más pequeño el mundo laboral, y al volverlo más pequeño las empresas tienen unos mercados cada vez más reducidos, les cuesta más conquistar mercados y a partir de ahí empezamos a ver unas personas que no estaban consiguiendo trabajo, pero al mismo tiempo tampoco estaban accediendo a la educación. Algunas personas empezaron a llamarlos los excluidos, porque al no tener estudio ni trabajo la oportunidad de ascenso social es muy difícil”.

Los perfiles de los ‘nini’

Por su parte, Stéfano Farné, economista de la Universitá di Bologna (Italia), magíster en Economía de la Universidad de los Andes, y actual director del Observatorio del Mercado de Trabajo y Seguridad Social de la Universidad Externado de Colombia, le dijo a EL NUEVO SIGLO que muchos hablan de los ninis, pero estos son muchas cosas; se piensa que son jóvenes que ni trabajan ni estudian y que hay que ayudar para que se capaciten o encuentren un trabajo.

“Lo que pasa es que este es un universo muy heterogéneo, en especial hay los ninis más jóvenes, en muchas ocasiones son niñas adolescentes que han quedado embarazadas y que son objeto de bullying en la escuela o bien no logran tener ritmo académico, o pueden ser hombres que son objeto de bullying. A ellos que son más jóvenes lo que debemos pensar es cómo reintegrarlos en el sistema educativo, por ejemplo, para las mujeres embarazadas, facilitarles las tareas, que puedan seguir adelante sin ir al colegio todos los días, asistencias de psicólogos, cosas de ese estilo”, sostuvo el experto.

“Hay un grupo grande de mujeres que ya son mayores de edad y deciden voluntariamente quedarse en la casa porque prefieren cuidar el hogar o en muchas ocasiones porque tienen hijos”, añadió.

Para Farné, hay jóvenes que antes de pensar en introducirlos al mundo laboral se debe intentar engancharlos en la formación. “Muchos salen de esta condición con el tiempo, no es que se queden nini toda la vida, de manera que el problema que uno percibe es que tenemos jóvenes que no estudian ni trabajan y debe ser cuantificado. También hay jóvenes de cierta edad y que en efecto no hacen nada y con estos hay que intervenir con política de formación y de facilitar su enganche al mercado de trabajo; hay un grupo muy grande que son los jóvenes que no hay que integrarlos al mercado de trabajo, sino regresarlos al colegio. Hay otros que voluntariamente toman esta decisión y que son sobre todo mujeres en edad fértil. Es decir, a los 28 años ya pueden decidir si se quedan en la casa a cuidar los hijos; y hay otros que son un remanente que hay que intervenir porque son difíciles de integrarlos al mercado de trabajo”.

“A los ninis siempre se les da esta característica negativa. La condición de los nini no es conveniente para la economía si son personas productivas que ya salieron del sistema educativo y que no están haciendo nada. Pero si es una mamá que cuida el hogar y le corresponde la economía del cuidado, pues ellos también contribuyen a una economía”, sostuvo.

“La definición que dan aquí es muy diferente, en la OIT son jóvenes desocupados que no se forman, aquí por lo general se tiende a decir que no estudian ni trabajan, que es diferente”, concluyó.

Un desperdicio macroeconómico

También habló con EL NUEVO SIGLO Beethoven Herrera, economista de la Universidad Nacional, filósofo de la Pontificia Universidad Javeriana, magíster en Economía, doctor en Economía y docente en varias universidades, quien dijo que el hecho de que Colombia haya vivido una trasformación económica tan radical de una economía industrial protegida con el Estado como promotor, a una economía abierta, generó una reconversión muy fuerte que hizo que las actividades industriales se marchitaran y la minería se fortaleciera y esto no ha logrado jalonar a toda la población trabajadora disponible.

Herrera considera que “es un desperdicio macroeconómico muy grande para el país que su fuerza juvenil no se emplee, y aunque ha habido programas como que el gobierno pague el 15% de salarios de jóvenes a menores de 28 años, se han contratado 70 mil de los 600 mil previstos, de manera que no logramos ni con programas de apoyo jalonar para que se vinculen porque no hay un mercado activo de demanda”.

El hecho de que los jóvenes no encuentren oportunidades tiene efectos perversos, según Herrera: “hacia la delincuencia, en las formas de actividad ilegal, pero sobre todo efectos perversos en cuanto a que no se logra que el país innove su mercado laboral, su fuerza de trabajo joven”.


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“Thomas Piketty, economista francés que acaba de estar en Colombia,  propone que cada joven menor de 25 años tenga una herencia que el Estado le da, un capital semilla para que ese joven, más educado que los papás, haga emprendimiento, tenga creatividad empresarial y se fortalezca el tejido social económico del país. Es una real devastación de pérdida de recursos desperdiciados”, aseveró.

Sin embargo, advierte que este fenómeno de los ninis es mundial y que es más grave en España que acá en Colombia. “Es muy grave en toda Europa, sobre todo en Francia, es menos grave en Alemania y países nórdicos. Y hay millones de personas en Estados Unidos que están dejando el empleo porque encuentran un subsidio del Estado o el trabajo no les permite cuidar a sus enfermos, hay hostilidad o son muy poco remunerados. Resistencia al trabajo en la pandemia porque hay mucho pánico”, concluyó.    

Las cifras en Colombia

Unos 516 mil jóvenes en Colombia no estudian, no trabajan, no están buscando trabajo y tampoco se dedican a oficios del hogar. La cifra incluye a unos 314 mil hombres y 201 mil mujeres ninis, que se clasificaron en la categoría “otros” en la encuesta del DANE. La categoría abarca también a muchos que normalmente se dedican a estudiar, pero que en la actualidad no asisten al colegio o a la universidad, lo que puede mostrar el impacto de la pandemia en la deserción académica.

Esta cifra corresponde a un 17,3% del total de los ninis que, entre julio y septiembre de 2021, llegaron casi a tres millones de personas.

La mayor parte de los jóvenes que están por fuera de las redes del sistema escolar y del mercado laboral son mujeres y el 60% de ellas se dedica a oficios del hogar: lavar platos, cuidar niños, cocinar, entre otros.

Casi el 40% de estos jóvenes ninis, 1,2 millones de personas, están buscando empleo. Sin embargo, el mercado laboral no es fácil para ellos. La tasa de desempleo para ellos es del 20,5% (más de 8 puntos por encima del resto de la población) y la informalidad llega casi al 40%.