La semana comienza con un país que ha podido constatar que en los dos grupos que se han formado en la centroizquierda se habla de buscar una gran alianza nacional, pero en la práctica cada cual sigue construyendo su propia coalición.

Así, está prácticamente diluida la posibilidad de que estos grupos confluyan en la unidad que ambos pregonan.

La Alianza Verde informó el viernes que su Comité Ejecutivo Nacional y la mayoría de la bancada en el Congreso aprobaron “ampliar y consolidar” la coalición en la que confluyen personalidades como la representante Ángela María Robledo, el exsenador Juan Manuel Galán, el exministro Juan Fernando Cristo y el exvicepresidente Humberto de la Calle, así como el partido Dignidad, en el que actúa el senador Jorge Enrique Robledo, y el movimiento Compromiso Ciudadano, que lidera el exgobernador Sergio Fajardo, para ir a una consulta popular en marzo de 2022 que escogerá el candidato presidencial único a primera vuelta.

Precisaron que los copresidentes verdes Antonio Navarro y Carlos Ramón González dialogaron con el senador Gustavo Petro, líder del movimiento Colombia Humana, y que la colectividad “conversará con todos los sectores democráticos y de oposición para garantizar una competencia respetuosa”.

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Conversar

Al respecto, Navarro expuso en sus redes sociales que “estoy sin lugar a dudas con la Coalición de la Esperanza, como la mayoría de mi partido. Sin duda alguna. Creo necesario conversar con otros alternativos. Conversar no es acordar. No confundamos los verbos”.

Al sumarse a estas reuniones, la representante Robledo (que fue fórmula vicepresidencial de Petro en 2018) dijo que “llego a escuchar y construir, espero un talante democrático para seguir sumando. Son buenas noticias para el país los diálogos entre nuestras fuerzas alternativas”.

Este grupo se presenta como una corriente política que quiere convertirse en alternativa a las posiciones de la centroderecha, distanciándose de los postulados enarbolados por Petro, a quien además señalan de que en lugar de tender puentes de entendimiento traza una táctica de polarización que los margina.

En sus redes sociales, Fajardo ha dicho que “podemos ser diferentes sin ser enemigos. Podemos enfrentarnos, pero con respeto, con reconocimiento, con solidaridad, con empatía. Los medios justifican el fin y no al revés. Debemos buscar una convergencia por fuera de los extremos”.

Fajardo y Petro

Que Fajardo y Petro sean quienes centren estas coaliciones claramente obedece a que ambos se abrogan la potestad de llegar a una segunda vuelta presidencial con quien nomine la centroderecha.

Acudiendo a lo ocurrido en 2018, Fajardo calcula que esta vez sí podría superar a Petro y pasar a segunda vuelta, en tanto que este está seguro que al menos podría repetir lo hecho en aquella ocasión.

En sus comunicaciones, los dirigentes que están con Fajardo han manifestado que están construyendo una “amplia convergencia para la necesaria transformación de Colombia. Avanzamos en discusión de principios ideológicos que nos unen y seguiremos trabajando las próximas semanas”.

A ellos, Petro les ha propuesto "ganar la Presidencia de la República en primera vuelta para cambiar de verdad a Colombia hacia la paz, el trabajo y la democracia", es decir desmarcándose de la idea de esperar a definir quién pasa a segunda vuelta.

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Coaliciones

La posición expresada en el comunicado verde referenciado arriba no es compartida por todos en esa organización política, como lo indicó este fin de semana el representante por Bogotá, Inti Asprilla, quien anunció que “no les dejaré el camino libre para entregarle el partido a la centroderecha. Voy por las bases”.

También el representante verde por Antioquia, León Fredy Muñoz, opinó que “ese comunicado debió ser consultado con todas las tendencias y matices que existen en el partido. Las amigas y los amigos del fajardismo están pensando en una coalición que excluye el pensamiento de muchos sectores”.

La semana pasada, Asprilla sostuvo que “he dicho que la derrota del fascismo criollo encarnada en el uribismo, exige mucha madurez política y personal de nosotros. No sentarse a intercambiar ideas entre los partidos de oposición al gobierno Duque, hubiera sido un error histórico de inmadurez parecido a la patria boba”, apuntando que “a los que me dicen tibio infiltrado en la izquierda o petrista infiltrado en el verde les mando un afectuoso saludo. Se equivocan de contradictor. De mi lado solo obtendrán fraternidad. Así como el uribismo solo obtiene toda mi determinación para enfrentarlo”.

La conformación de esa coalición debería incluir, dijo a EL NUEVO SIGLO hace unos días el senador Iván Cepeda, del Polo Democrático, “fuerzas muy diversas, desde el llamado centro, que incluye expresiones liberales, incluso sectores de la derecha democrática, pasando por fuerzas de centroizquierda y también de la izquierda”.

Los verdes han reiterado que sus precandidatos presidenciales siguen siendo los senadores Iván Marulanda, Antonio Sanguino y Jorge Londoño, así como el exgobernador Camilo Romero, y en ese orden de ideas se descartó que Fajardo pudiera incluirse en esa baraja.

La dirección verde señaló que próximamente determinará el mecanismo para elegir a un candidato único a la Presidencia, de tal manera que a más tardar en junio se conozca el nombre definitivo.

Congreso

Precisamente, la semana pasada la coalición de izquierda integrada por siete movimientos políticos (Colombia Humana, Unión Patriótica-Partido Comunista, Polo Democrático, Movimiento Alternativo Indígena y Social -MAIS-, Partido del Trabajo de Colombia, Unidad Democrática y Todos Somos Colombia) anunció lo que denominaron un “pacto histórico” para conformar las listas al Congreso, con la aspiración de elegir una bancada de 55 senadores y 86 representantes.

En su comunicado se lee: “Nuestro proyecto está ligado a una consulta de todas las candidaturas presidenciales propuestas por las fuerzas progresistas y liberales, que aspiramos derrotar en primera vuelta a los candidatos del bloque del actual gobierno”.

Petro sostuvo que “cambiar de verdad el país, comienza por cambiar el Congreso donde se hacen las leyes. Porque las leyes estén al servicio de la gente que trabaja, del campo, del territorio excluido, de la democracia y la paz”.

A este grupo resultó acercándose el senador Roy Barreras, quien renunció el año pasado al Partido Social de Unidad Nacional (La U) con la idea de avanzar en una agenda política de centro, por lo que es una paradoja que haya terminado en la coalición de centroizquierda.