¡Qué viva la fiesta brava! | El Nuevo Siglo
Jueves, 14 de Febrero de 2019

El origen de las corridas de toros proviene de la cultura greco latina la cual fue introducida en España durante el proceso de romanización del Imperio de Occidente.

Varias mitologías, como la griega, comentan del Dios Taurus, Dios del amor.

Desde el año 1215 existen registros de corridas de toros en la ciudad española de Segovia.

Hacia 1542, Barcelona homenajea al príncipe Felipe, futuro Felipe II de España, con “luminarias, danzas, máscaras y juegos de toros”.

Se comenta que fue en la Universidad de Salamanca, cuando comienzan a tener forma como espectáculo. A los graduandos se les exigían que tuvieran que matar a un toro con el fin de probar su valentía frente a la vida.

Lo que natura no lo da, Salamanca no lo presta.

Estos hechos suceden durante el Medievo español.

Hacia el siglo XVII comenzaron a construirse las primeras plazas de toros en España.

Plaza La Santamaría

Su principal promotor fue el ganadero don Ignacio Sanz de Santamaría quien donó el terreno en donde fue construida la plaza de toros.

De tal manera que, el 8 de febrero de 1931 se presentó la primera corrida: Manolo Martínez, Ángel Navas y Mariano Rodríguez, quienes lidiaron la ganadería de Mondoñedo, donde hoy queda el basurero de Doña Juana.

El 19 de marzo de 1944 se presenta en su arena la célebre rejoneadora Conchita Cintrón.

En los años siguientes, figuras estelares Antonio Ordoñez y Luis Miguel Dominguín.

Tenemos el grato recuerdo de Palomo Linares con la bella Marina Danko.

De Cesar Rincón en su mejor momento.

La primera de abono

Coso taurino lleno hasta las banderas.

Algunos patrocinios de la W Radio, Caracol Radio.

Presidencia, sin alcalde, siendo el alcalde mayor de la ciudad el presidente de la junta directiva de la Corporación Taurina.

Se lidiaron 6 toros, 6, de la ganadería de don Bernardo Caicedo.

La afición taurina en Colombia es culta, sabe de toros.

Conoce lo que hay detrás de la industria del toro.

Su ambiente español hace de este espectáculo único en la faz de la tierra.

Con más toreros que toros, los cuales salieron mansurrones, cortos de manos, cortitos de cuello, desiguales en su cuerpo.

El colombiano Luis Bolívar, estuvo muy bien con su espada de tal forma que le entregaron las dos orejas.

Julián López, el Juli, no contó con suerte en su primero pero si con su segundo cortando las dos orejas.

Andrés Roca Rey, peruano, la nueva figura del toreo del siglo XXI, con toros mansos que se fueron hacia las querencias de sombra hizo lo que ningún torero haría: Sacarle partido a un toro perdido por lo cual mereció las dos orejas.

¡Que viva la fiesta brava!, ¡Que viva!

¡Abajo Petro! ¡Abajo!

¡Abajo, Santos! ¡Abajo.

La Plaza de Toros de la Santamaría era un epicentro político, económico y social donde se medían todas las fuerzas.

Para la imagen, quedó el recuerdo del Dr. Laureano Gómez sentado con su bastón, en contra barrera, con el Dr. Jorge Eliecer Gaitán, días antes de su vil asesinato por las hordas castristas.

En la Plaza de Toros, el General Rojas Pinilla se llevó por delante un pocotón de gente. Su propio pueblo, gritándole a la gran capitana…

Al final, la gente contenta, a pesar de algunos animalistas que vociferaban alrededor de la plaza.

Puntilla: Lo que buscan los animalistas es, precisamente eso, acabar con las costumbres. Los aficionados taurinos no nos dejaremos intimidar más.

@RaGomezMar