¿Por qué el fracaso en la calidad de la educación escolar colombiana? | El Nuevo Siglo
Foto archivo
Domingo, 27 de Febrero de 2022
Mario F. Hurtado

Los resultados presentados por la directora del ICFES, la semana pasada, sobre las Prueba Saber fueron en síntesis los siguientes: una disminución de dos puntos de los resultados de ahora con los de 2020 y 2019, el promedio de resultado de los estudiantes sobre 500 puntos es de 246. Frente al incremento que lograron los colegios de calendario B de 5 puntos. Todos ellos privados.

De ahí, parte la primera reflexión y es que aumenta la brecha entre los colegios privados y los públicos, en estos últimos donde tiene una directa incidencia las políticas del Ministerio de Educación y las secretarías de educación certificadas.

Los colegios privados concentran la mayoría de los buenos resultados: un 95% de estas instituciones que se encuentran entre los mejores del país. La única área evaluada que presentó una mejoría fue inglés. Lenguaje y Ciencias Naturales mantuvieron resultados estables, mientras hubo un descenso en matemáticas, ciencias sociales y competencias ciudadanas.

Solo un 37% de los colegios de calendario A obtuvieron un puntaje igual o mejor que el promedio nacional de 250, mientras que en calendario B, el 46,7% de los colegios tuvo resultados superiores al promedio.

Las razones

La pobre gestión del Ministerio de Educación.  La más relevante son las pobres políticas en calidad del ministerio de Educación, en cabeza de María Victoria Angulo, lo que es una ironía ya que generó gran expectativa. Hace casi cuatro años llegaba al cargo una persona conocedora del sector, pero en contra de lo previsto, no hubo una política de calidad. Se encargó de desmontar las políticas al respecto de la administración anterior que mostraban resultados evidentes, por ejemplo, el día de excelencia, que permitía ver avances de las instituciones educativa y reconocer a los profesores con mejores resultados en las prácticas educativas.

También desmontó el programa Ser Pilo paga, que fue un incentivo para que las instituciones educativas públicas actuaran para motivar a sus estudiantes a presentar las mejores Pruebas Saber. La evidencia es que los años en que más mejoraron los resultados de los colegios públicos fue en el periodo donde se mantuvo el programa que reconocía la excelencia de los estudiantes de menores ingresos económicos.

Pero más allá de desmontar programas en función de la calidad, el asunto es que no se implementó ninguno, entonces la acción fue destruir sin construir. Hoy el Ministerio es una agencia que emite resoluciones dejando todas las responsabilidades a las secretarías de educación. En decir, dejó de ser la garante de la política educativa del país para dejar las tareas y las responsabilidades en las entidades departamentales y municipales.



La pandemia que se vuelve un pretexto. Desde marzo de 2020 hasta febrero de 2022 la educación pasó a ser remota, para responder a la pandemia de covid-19. Fue un cambio drástico, y el sector no estaba preparado. Muchos años hablando de tecnología y educación virtual pero poco preparados para enfrentarlo.

Pero el problema de los pobres resultados no se puede dejar en la pandemia de covid, sino en las acciones que no se tomaron o en las realidades del contexto colombiano que se pueden sintetizar en lo siguiente: profesores poco preparados para los ambientes digitales, problemas de conectividad y acceso a plataformas para tener clase y, sobre todo, ausencia de dotación de materiales educativos de calidad.

La actual ministra de Educación se llevó un punto en no comprar materiales educativos argumentando que la plataforma digital del ministerio, llamada Colombia Aprende, funciona. Y se sabe que no es de fácil acceso, que tiene problemas de secuencialidad, comprensión, uso y de calidad. Así que, si hubiésemos tomado acciones que hicieron otros países como llevar materiales educativos de calidad a las casas de los estudiantes, las condiciones y los resultados habrían sido distintos.

Discreta actuación de las secretarías de educación acreditadas. Por otra parte, ante la falta de dirección del ministerio de Educación, las secretarías ser vieron en dificultades de construir programas de calidad. Se pueden hacer, pero hay temor a los sindicatos, a la evaluación y al seguimiento. La mayoría de las secretarías gastan tiempo y recursos en el PAE (programa de alimentación escolar) y en responder derechos de petición, pero carecen de herramientas para implementar políticas que busquen la calidad educativa y el cierre de brechas.

Las grandes ciudades con mayores recursos en educación como Bogotá, Cali y Medellín también están en deuda con la sociedad frente a la pobre actuación para cerrar las brechas a partir de la educación de calidad.

Las necesidades urgentes. La forma de revertir esta creciente crisis puede partir de estas variables. La primera sin duda, la articulación entre investigación educativa y políticas públicas. Es fundamental que el próximo gobierno llegue de nuevo con la bandera de la educación en su gestión. Pero esa bandera debe estar sustentada en recursos, inversión, políticas y proyectos que se puedan implementar pronto.

Una tarea, conseguir más recursos para el sector. Como se informó en un artículo del mes de diciembre, la actual administración del ministerio de Educación deja comprometidas vigencias futuras para la matrícula cero y quien llegue encontrará las arcas vacías para políticas como las de calidad. Por eso, se requiere salir de las propuestas de cajón y las frases motivadoras e inspiradoras sobre la importancia de le educación, para tomar medidas contundentes e implementar estrategias orientadas por procesos exitosos en otros países y que ya se conocen, e inclusive, por políticas de calidad que implementaron administraciones anteriores, construir sobre lo construido es el mejor camino, en lugar de la destrucción.

Pueden implementarse políticas sin necesidad de grandes recursos que permitan evaluar el proceso y que deben incluir sin duda: dotación de materiales educativos de calidad para las cinco áreas básicas (lenguaje, matemáticas, ciencias naturales, ciencias sociales e inglés), fortalecer las bibliotecas escolares y desarrollar programas para el uso de planes lectores en todas las áreas. Eso requiere de una política curricular que existe en los países con mejores resultados. Si incrementamos los hábitos de lectura, los resultados serán mejores.

Recuperar programas de reconocimiento y divulgación de las mejores estrategias de calidad implementadas en las regiones. Articular el sistema de evaluación con una base curricular nacional que permita a las instituciones educativas y a los directivos docentes orientar las estrategias de enseñanza. Fortalecer las políticas de bilingüismo y promover el acompañamiento socio emocional de los estudiantes. Acciones locales que pueden transformar los resultados con la formación permanente de los educadores. Todas estrategias enfocadas en el cierre de brechas y en acercar las políticas educativas a la sociedad en general.

*Especialista en educación