La guerra que actualmente se libra en Ucrania no solo ha traído consecuencias en las relaciones geopolíticas del mundo, sino también para la economía global, y Colombia no se puede librar de ese efecto.
De acuerdo con un informe de ANIF, los commodities han subido su precio considerablemente desde el inicio de la guerra. El Bloomberg Commodity Index, un índice que mide los precios de una canasta de bienes transados en el mercado internacional, se encuentra en máximos históricos luego de alcanzar una cotización superior a los US$130.
Ahora bien, la invasión de Rusia que avanza sobre el territorio ucraniano tiene, como primera consecuencia, el alto de varias actividades productivas de ese país. Con corte a 2019, año previo al inicio de la pandemia, Ucrania registraba ventas externas por un valor cercano a los US$50 mil millones, de los cuales casi el 20% correspondían a las exportaciones de cereales, principalmente maíz, trigo y cebada. En efecto, las exportaciones de ese grupo de productos sumaron un valor de US$9 mil millones, seguido por las ventas externas de hierro y acero (US$8 mil millones) y las de aceites vegetales y animales (US$4 mil millones).
Reflejo de las consecuencias económicas del conflicto entre Rusia y Ucrania es el comportamiento de los precios de los commodities que más produce cada país. Tanto el precio del trigo como del maíz han crecido de forma significativa desde el inicio de la invasión. Por un lado, el precio por tonelada del maíz inició el año por debajo de los US$276, mientras que en los primeros siete días de marzo ese valor ya superaba los US$298, es decir, un crecimiento de casi 8%. De forma similar, el precio del trigo ha crecido 7,7% desde enero de 2022, pasando de US$376 por tonelada a más de US$420 en los primeros días de marzo.
Rusia y Ucrania son responsables de alrededor del 30% de la producción global. Con el desarrollo del conflicto y la alteración de las cadenas comerciales, el bien se valorizó en 70% durante el último mes. Teniendo en cuenta que el trigo es utilizado como insumo en varios alimentos y considerando la situación actual de inflación al alza a nivel global, es posible que se generen aún más presiones inflacionarias en las economías internacionales.
Colombia
Señala el informe de ANIF que son varios los canales por medio de los cuales el conflicto entre Rusia y Ucrania puede afectar a la economía colombiana. Para empezar, Colombia importa cerca de US$2 mil millones al año en cereales, usados principalmente en alimentar ganado y aves. Con eso, el alza mundial en sus precios se convertirá en una presión inflacionaria más en el país.
De forma similar, para Colombia es de especial importancia el efecto de la guerra sobre la fertilizante urea. El país importa 75% de sus fertilizantes agrícolas y más del 40% de estas compras provienen de la región en conflicto. En ese sentido, es de esperar que el alza en precios se extienda a través de la cadena productiva y les llegue a los consumidores a través de un incremento en los precios de los alimentos. Lo anterior resulta problemático en el contexto de hoy, en el que la inflación de alimentos supera el 20%.
De otra parte, hay efectos mixtos del alza en los precios del crudo. Por un lado, al ser Colombia un exportador neto de petróleo se beneficia antes de que su precio alcance niveles como los actuales.
De otro lado, la entrada de divisas por la venta de barriles de petróleo más costosos será un aliciente para disminuir el déficit externo. Así mismo, las finanzas públicas también verán cierto alivio, puesto que los ingresos petroleros representan entre 20% y 25% del total para el Gobierno Nacional Central. En esa misma línea, se verá un incremento en los recursos por regalías, lo que terminaría por beneficiar a las entidades territoriales.
En contraste, del lado negativo, un crudo más costoso incrementa los costos logísticos y de transporte en términos de comercio internacional, lo que podría constituirse en una fuente adicional de inflación.
Ahora, vale la pena también señalar el efecto del conflicto bélico sobre el mercado bursátil. Las bolsas mundiales se tiñen de rojo ante la incertidumbre de un escalamiento incluso peor y la posible participación militar de Occidente. Todos los índices accionarios registran pérdidas no despreciables, entre ellos el S&P 500, el Nasdaq, el Dow Jones Industrial Average y el NYSE Composite. El fenómeno no es exclusivo de las bolsas americanas, pues los mercados europeos registran aún peores resultados. Incluso las bolsas asiáticas se han visto afectadas, entre ellas la Bolsa de Moscú, que no abre desde que inició el conflicto con el objetivo de postergar la inevitable caída de su valor. De continuar esa tendencia, se eliminará un año completo de retornos positivos en cuestión de un par de semanas.
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Energía
El petróleo, quizás el bien más importante de la cadena productiva global, es una de las materias primas más afectadas. Rusia cuenta con una importante reserva y es el octavo país más importante en el comercio internacional de este commodity.
Si bien Rusia tiene una participación importante en el mercado del petróleo, es en las exportaciones de gas natural donde cuenta con un mayor poder de mercado. Sus exportaciones representan el 25% del total mundial y en su mayoría se dirigen a la Unión Europea que, como ya se mencionó, utiliza el gas como insumo energético. En ese sentido, combinando todos los combustibles fósiles, Rusia es el primer exportador del mundo, con más de 10% de participación. En consecuencia, la ruptura parcial de relaciones comerciales ha causado una disrupción importante en ese intercambio.
Lo anterior resulta de vital importancia para los países de la Unión Europea, particularmente Alemania. Rusia provee cerca del 40% del gas que consume la UE, razón por la cual una desconexión total del producto ruso puede implicar una crisis energética.
Teniendo en cuenta que el principal impulsor de la acelerada inflación en Europa es el elevado precio de la energía, la interrupción de la cadena comercial de gas natural tendrá efectos sobre el costo de vida que asumen los europeos e incluso podría afectar las decisiones de política monetaria que tome el Banco Central Europeo.
Con todo lo anterior, el WTI y el Brent se intercambian a precios no vistos desde el auge de la primera mitad de la década pasada. Ambos alcanzan precios cercanos a US$120 por barril. Considerando que el petróleo es utilizado ampliamente como insumo en la producción de bienes, la inflación mundial se enfrenta a una presión adicional al alza en uno de los peores momentos posibles.
En Estados Unidos ya se está viendo el efecto con el aumento en el costo de la gasolina. Por primera vez desde 2008 se registra un precio por galón superior a los US$4, un incremento de alrededor del 15% frente a la semana pasada. Por su parte, la semana pasada el gas natural se valorizó cerca de 10%; sin embargo, esta semana dio inicio con una disminución en el precio del bien.
La turbulencia mundial
Las sanciones a Rusia por parte de distintas economías y organismos mundiales han tenido un efecto de turbulencia en la economía mundial, la exclusión de ciertos bancos rusos de la Sociedad para las Comunicaciones Interbancarias y Financieras Mundiales (SWIFT, por sus siglas en inglés).
Además del congelamiento de activos en el extranjero, los actores implicados en la invasión de Ucrania tendrán que lidiar con medidas como la privación de la ciudadana europea para ellos y sus familiares, las limitaciones a las exportaciones de ciertos bienes y tecnologías a Rusia.
Las restricciones, como ha dicho Joe Biden, se extenderán a Bielorrusia y tienen objetivos en el corto y el largo plazo. Primero, recortar el suministro de materiales y ahogar la importación de tecnologías necesarias para sostener la avanzada militar sobre Ucrania. Segundo, empezar a ejercer control sobre las exportaciones de equipos de extracción de petróleo y gas y así socavar el estatus de Rusia como proveedor líder de energía, hace un efecto que se expande por todo el mundo globalizado.