"Colombia está perdiendo las cuatro anclas de desarrollo" | El Nuevo Siglo
El ex precandidato presidencial Juan Carlos Echeverry cree que el país ha perdido su rumbo en mar abierto.
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Jueves, 17 de Marzo de 2022
Redacción Economía

El país ha venido con unos procesos que han debilitado su economía, pues no solo fue la pandemia del covid-19, sino que desde antes de la debacle económica por la emergencia sanitaria, Colombia ya veía incrementar sus índices de pobreza y desempleo y bajar en productividad.

Para Juan Carlos Echeverry, exministro de Hacienda y Crédito Público y expresidente de Ecopetrol, existen cuatro anclas que le generan estabilidad al país.

“La primera es el déficit del Gobierno que debe ir hacia abajo y que sobre todo sea estable, y hemos visto, y eso no es solo de Colombia, esto sí le está pasando a todo el mundo, déficits altísimos, 8% o 9%. Este año es posible que sea 6%, pero muy inestable”, explicó.

Para Echeverry, la segunda ancla “es la monetaria, que es sencilla. Esta es que la inflación sea controlada, pero sobre todo que la institución, el Banco de la República, tenga una solidez a toda prueba, o sea, que nadie quiera violar la institución”, señala el exministro.

Añadió que “la tercera, yo creo que el ancla social, que es que haya una forma de tramitar las tensiones sociales, que sea conducente, tranquila, hablar con los sindicatos, hablar con las comunidades y las etnias en diferentes zonas del país, etcétera, con los diferentes gremios”, explica como complemento social a las ya mencionadas anclas macroeconómicas.

“Y la última es la política, que haya un consenso sobre la dirección del país. Lo que me preocupa sobre esas anclas es que yo creo que las cuatro han empezado a mostrar que el país está desanclando. ¿Qué quiere decir cuando un país se desanclada? en momentos en que el mundo está en guerra, en Ucrania, que hay mucha turbulencia, que los mercados están muy, muy volátiles, que en Estados Unidos empiezan a subir tasas de interés, que hay inflación mundial, momentos muy difíciles; este año y el próximo. Así que si Colombia se desancla fiscal, monetariamente, en el tema social y en el tema político, el barco nos va a salir a la deriva, a mar abierto, en unas aguas supremamente picadas y eso es mucho sufrimiento para la gente”, comentó el exministro.

Contexto político

Echeverry, quien también fue candidato presidencial y declinó su postulación semanas antes de ir a elecciones previas con la Coalición Centro Esperanza, que finalmente ganó Sergio Fajardo, tiende a revisar estos temas en momentos de alta coyuntura electoral en el país.

“Yo creo que esas cuatro anclas no las estamos tratando en los debates presidenciales y no solo eso, sino que además lo que dicen los candidatos es: ‘gaste más’; el otro candidato dice: ‘no, que el Banco de la República emita y le dé plata al Gobierno’; el otro candidato es: ‘el tema social se va a desbaratar y el tema político’. Uno ve entre ellos son extremos muy complicados de manejar, entonces yo creo que las cuatro antes las estamos soltando y eso nos puede llevar a sitios muy difíciles".

Anclas vs. bonos

Para Echeverry ese soltar las anclas puede ser un signo o reflejo del índice de los bonos, y compara a Colombia con otras economías emergentes, cuya perspectiva no es la más favorable para la nación.

“El índice se construye día a día por parte de un banco muy famoso, el JP Morgan, y se llama el Embi. Es un índice que entre más sube es más riesgoso, entonces nosotros estamos en el grupo llamado de los mercados emergentes y estamos bastante por debajo del promedio. O sea, todos los demás países emergentes, en suma, eran más riesgosos que Colombia, pero desde enero del año 2021, desde enero del año pasado, cuando vinieron después las marchas, las huelgas; cuando vino la caída del ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla; cuando vino la caída de la reforma tributaria y cuando nos empezamos a acercar a las elecciones, aparecen los candidatos, las ofertas políticas de los candidatos, las propuestas, ese índice empieza a mostrar que esta preocupación no es solo mía, de las anclas que se empiezan a desanclar, sino de todos los mercados”, comentó con preocupación.

Añadió que los mercados internacionales ya dan cuenta de esta pérdida de estamentos económicos sólidos. “Cuando miran a Colombia dicen: este país se está desanclando. Es más riesgoso montarse en ese barco, va a implicar más volatilidad, y lamentablemente no solo alcanzamos al promedio de los países emergentes sino que los pasamos".

Según Echeverry, es una de las peores noticias que puede recibir el país en estos momentos. “Hoy estamos ahí, y digamos esa igualación que se dio entre nuestro riesgo y el riesgo del grupo al que pertenecemos, no es en ningún sentido una buena noticia”.

Para finalizar señala que quienes están en la contienda por la batuta del país deben apersonarse de estos problemas: “Entonces el mensaje a los candidatos: señores, el tema fiscal, y señores y señoras, el tema fiscal, el tema monetario, el tema de las tensiones sociales y de la polarización política ya nos está costando mucho y puede traer mucho sufrimiento a Colombia”, finalizó.

Los retos

Parte de volver a anclar el país no es solo fortalecer así como así los cuatro puntos descritos con anterioridad. El próximo presidente, al igual que el nuevo Congreso, tendrá estos retos por delante, que de salir avanti anclarán al país como describe Echeverry.

Uno de estos retos es la reforma pensional. Es uno de los temas más controvertidos y que de seguro le costará unos puntos de popularidad al ponente y a quienes se metan de cabeza en esta reforma de la que se habla desde hace años, pero que, así mismo, lleva años aplazándose.

El reto será lograr sancionar una ley pensional que cobije a la mayor cantidad de colombianos, que no abra un hueco fiscal y que a su vez no cargue de tributos a los contribuyentes, y que pueda complacer a la opinión pública con el que parece ser el talón de Aquiles de este tema: la edad de pensión.

Propuestas hay muchas sobre la mesa: acabar con los fondos privados de pensión, convertir a Colpensiones en un fondo de ahorro individual y, el que más acogida tiene, hacer tributar a aquellos que más tienen, quitar beneficios pensionales (como la doble pensión o pensiones millonarias) para los más ricos, darle subsidio de vejez a quienes no cumplan los requisitos mínimos de pensión y cambiar el régimen mixto a uno 100% contributivo.

Otro de los grandes temas olvidados por el actual Legislativo, y obviado por el Ejecutivo, es la reforma laboral.

El Congreso entrante deberá buscar una ley que permita reducir la tasa de desempleo desde los dos dígitos (en los que se ha mantenido históricamente) y buscar una condición de empleo pleno.

Al igual que la pensional, para esta reforma se han obtenido opiniones desde diversos sectores. Entre las que más acogida han tenido, se encuentran aquellas propuestas que pretenden reducir los costos laborales (parafiscales), acabando con los pagos a la salud y a la pensión como se conocen actualmente y que se busque otro sistema tributario para recaudar esos fondos.

El pago por hora (que ya se implementó) y reducir la jornada laboral son dos pasos que ya se empezaron a dar, pero que tienen que ir de la mano con un mejor sistema pensional y un sistema de salud más robusto en sus finanzas.

Por último, es fundamental buscar una mayor sinergia entre los estudios y la capacitación, y las necesidades del mercado laboral.

Para no caer en los reprocesos a los que tuvo que acudir el actual gobierno, en el que se pasaron tres reformas fiscales en tres años, es necesaria una reforma tributaria estructural.

Simplificar los trámites de recaudo, acabar con las múltiples exenciones y hacer un sistema tributario y fiscal más progresivo (es decir, que los que más tienen aporten más al fisco, y los que menos ingresos posean den de acuerdo a sus ingresos), son las piedras angulares para lograr un verdadero consenso en torno a la tributación.

¿Qué debe asegurar esta reforma? Ingresos para salud y pensión de todos los colombianos, ajustar el descuadre de presupuesto para reducir el déficit fiscal y mitigar lo que más se pueda la evasión de impuestos.