EL MUTISMO por más de cuatro horas del Consejo Nacional Electoral sobre el conteo de los votos, en un sistema que por ser electrónico es injustificable, los obstáculos a los testigos electorales de la oposición para acceder a las actas, el impedimento a que la comisión que designó la campaña de Edmundo González y María Corina Machado para llegar a la sede de esa autoridad electoral presagiaban desde el comienzo de la noche que, como en anteriores ocasiones, que el régimen venezolano se iba a quedar -a como fuera lugar- en el poder.
Hacía un cuarto de siglo que los venezolanos no vivían una multitudinaria cita a las urnas, en medio de un proceso amañado y al que el presidente Nicolás Maduro llegó forzado por la presión del gobierno de Estados Unidos a cambio de la flexibilización de las sanciones económicas. Dentro del país latinoamericano se registraron enormes filas de votantes, muchos de los cuales llegaron desde la noche anterior para asegurarse su derecho a sufragar. En el exterior, donde hay no menos de siete millones de ciudadanos que se vieron forzados a abandonar Venezuela, se concentraron en las diferentes ciudades para expresar su deseo de un cambio que les permitiera retornar, aunque la gran mayoría de ellos no pudo votar porque la página para registrarse generalmente no funcionaba.
A la extensa jornada electoral (12 horas) se sumó una larga espera (casi cinco horas) para que el CNE, que está coptado por el régimen, oficializara en contravía de toda la información extraoficial que se tenía (encuestas a pie de urna, el 30% de las actas en poder de la oposición y mediciones realizadas por varias entidades independientes) que el ganador de la elección presidencial fue Nicolás Maduro Moros, con el 51.2% de los votos frente a 44.2% del candidato único de la oposición, Edmundo González.
Elvis Amoroso, presidente del cuestionado CNE, tras denunciar que hubo “una agresión contra el sistema de transmisión electoral de datos que ha retardado la entrega del resultado” dijo que el presidente Maduro fue reelecto con 5.150.092 votos y que el candidato de la Plataforma Unitaria, el exdiplomático González, logró. 4.445.978 sufragios.
Agregó otro dato sorprendente y contrario a lo que se vio durante toda la jornada: el índice de participación fue de 59%.
Amoroso, uno de los personajes de las ‘entrañas’ del madurismo, solicitó así mismo “de inmediato” al fiscal general para que inicie una investigación "sobre las acciones terroristas perpetradas" contra el sistema electoral, contra los centros de votación y los funcionarios electorales e hizo un llamado a los venezolanos "para que se respete la Constitución, las leyes de la República y el mandato del pueblo expresado en las máquinas de votación, así como la paz" en todo el territorio.
Minutos después, en su “discurso de victoria”, el reelecto Maduro aseguró que el sistema electoral de Venezuela fue objeto de un “hackeo” y que hay que investigar quién está detrás de eso, porque “lo que querían es hacer un fraude”, señalando a la oposición.
Pero el fraude provino del mismo régimen, según se deduce de los resultados previos que tenía el comando de campaña de Edmundo González y María Corina Machado, las encuestas a pie de urna, las mediciones de varias encuestadoras, el rechazo al régimen de lugares claves otrora chavistas y el argumento de ‘agresión’ al sistema electoral, el mismo que en días pasados exaltó Maduro como uno de los “más seguros y confiables del mundo”.
Además, hubo otras señales que presagiaban la alteración del resultado. Tan solo una hora después del cierre de las urnas (6 p.m. hora de Venezuela), el jefe de campaña del oficialismo, Jorge Rodríguez y otrora presidente del CNE, apareció públicamente para insinuar que Maduro había obtenido un resultado favorable, pero que por ser "respetuosos con las leyes" del país y de la Constitución” no podía divulgar esos “resultados provisionales” pero si podía "mostrar caras", enfatizando su satisfacción con una gran sonrisa.
Acompañado del número dos del chavismo, Diosdado Cabello, y otros dirigentes oficialistas, todos sonrientes, también dio las gracias "por tanta fuerza, por tanto interés, por tanta valentía demostrada por este pueblo aguerrido, a pesar de tantas agresiones, a pesar de los insultos, a pesar de los agravios, a pesar de los bloqueos, a pesar de las sanciones, (de) todas las acciones que se han perpetrado contra el pueblo digno" y al CNE “que dio una nueva demostración de un sistema electoral que funciona cabalmente, que funciona a la perfección y que ha permitido que la fiesta democrática transcurra en absoluta tranquilidad y en absoluta paz".
Tras ello, la oposición que llamó a esperar el resultado oficial en calma y destacó la apoteósica participación ciudadana, denunció que le negaron la entrega de las actas a sus testigos electorales, lo que por ley debería hacerse. También aseguró que con los datos que tenían de un 30% de dichas actas, Edmundo González sacaba una notable ventaja a Maduro en todos los estados del país.
Sin embargo y previendo que el CNE, con su demora estaba siguiendo el patrón de pasadas elecciones para alterar el resultado, a través de Omar Barboza, secretario general de la coalición Plataforma Democrática, instó a la autoridad electoral a “no dar un paso en falso” e instó a la comunidad internacional a verificar la votación y hacer respetar la voluntad popular expresada en las urnas.
“Todos sabemos lo que ocurrió hoy en Venezuela. Las actas de las que disponemos en estos momentos no hacen otra cosa que confirmar lo que vimos en la calle. Su contenido no debería tener dudas si se quiere reconocer la voluntad popular”, expresó Barboza.
Así mismo enfatizó que “en nombre de la paz de Venezuela, en nombre de la credibilidad en el voto como instrumento para tomar las decisiones en un mundo civilizado, que no den un paso en falso. “Apenas hemos obtenido el 30% de las actas, y nos han sacado de las mesas. Hoy estamos más que nunca con el deber de defender la voluntad popular y la paz de Venezuela”, agregó.
Finalmente subrayó la importancia de la alternancia política como un componente esencial para la paz y el progreso en el país, al tiempo que anunció que se dirigirá a la comunidad internacional para asegurar una revisión adecuada de las actas y garantizar la transparencia en el proceso electoral.
Posteriormente y antes del pronunciamiento del CNE, González Urrutia escribió en la red social X: "Los resultados son inocultables. El país eligió un cambio en paz”.
Incredulidad global
La oficialización de la reelección de Maduro hecha por la autoridad electoral, con posible fraude, tal cual ocurrió hace seis años, generó el inmediato rechazo de la comunidad internacional que instó a un recuento de votos “transparente y justo” y varios países expresaron que no reconocerán ese resultado.
Estados Unidos fue uno de los primeros en reaccionar. A través de su secretario de Estado, Antony Blinken, expresó su "seria preocupación de que el resultado anunciado no refleje la voluntad o los votos del pueblo venezolano”.
Agregó que "ahora que concluyó la votación, es de vital importancia que cada voto sea contado de forma justa y transparente. Llamamos a las autoridades electorales a publicar el recuento detallado de votos (actas) para asegurar la transparencia y rendición de cuentas".
El secretario de Estado también aplaudió al pueblo venezolano por participar en la elección "a pesar de los grandes desafíos y las serias preocupaciones sobre el proceso". "Elogiamos su valentía y su compromiso con los principios democráticos frente a la represión y la adversidad", agregó el secretario de Estado.
Por su parte, el presidente argentino, el centroderechista Javier Milei, dio por perdedor a Nicolás Maduro, le instó a abandonar el poder y le advirtió que Argentina no reconocerá un fraude, lo que provocó el rechazo inmediato del canciller venezolano.
"DICTADOR MADURO, AFUERA!!!", escribió Milei en su cuenta en la red social X antes de que se difundieran resultados oficiales en Venezuela.
"Los venezolanos eligieron terminar con la dictadura comunista de Nicolás Maduro. Los datos anuncian una victoria aplastante de la oposición y el mundo aguarda que reconozca la derrota luego de años de socialismo, miseria, decadencia y muerte", agregó.
"Argentina no va a reconocer otro fraude, y espera que las Fuerzas Armadas esta vez defiendan la democracia y la voluntad popular. La Libertad Avanza en Latinoamérica", aseguró el mandatario argentino en alusión al nombre de su movimiento ultraliberal.
El jefe de la diplomacia de Venezuela, Yvan Gil, no tardó en responderle. "Nazi nauseabundo, el pueblo argentino te pasará factura más temprano que tarde, nuestra victoria aplastante es una señal inequívoca que nuestros pueblos derrotaran el fascismo que promueves", escribió Gil, también en X.
Desde Chile, el presidente Gabriel Boric consideró que los resultados que dieron la victoria a Maduro "son difíciles de creer" y adelantó que su Gobierno no reconocerá "ningún resultado que no sea verificable".
"El régimen de Maduro debe entender que los resultados que publica son difíciles de creer. La comunidad internacional y sobre todo el pueblo venezolano, incluyendo a los millones de venezolanos en el exilio, exigimos total transparencia de las actas y el proceso, y que veedores internacionales no comprometidos con el Gobierno den cuenta de la veracidad de los resultados. Desde Chile no reconoceremos ningún resultado que no sea verificable", sostuvo.
Tras estas declaraciones, el canciller venezolano aseguró que la "incompetencia" de Boric "es la causa de desconocer que los hijos de Bolívar y de (Hugo) Chávez no" necesitan su "devaluado reconocimiento". "Aquí sí derrotamos el fascismo con votos y con apoyo popular, y además somos libres de tutelajes, cosa que lastimosamente su Gobierno no puede decir jamás. ¡Ocúpese de sus problemas! Acá ganamos, defendemos el triunfo y celebramos como verdaderos revolucionarios", ha aseverado.
Otros gabinetes latinoamericanos también criticaron el cuestionado proceso venezolano. Perú llamó a consultas a su embajador en Caracas y, a través de su canciller Javier González, dijo que su país "no aceptará la violación de la voluntad popular del pueblo venezolano” y condenó "en todos sus extremos la sumatoria de irregularidades con voluntad de fraude por parte del Gobierno de Venezuela".
El presidente de República Dominicana, Rodrigo Chaves, "repudió categóricamente" la reelección de Maduro al considerarla "fraudulenta" y señaló que "trabajaremos con los Gobiernos democráticos del continente y los organismos internacionales para lograr que se respete la voluntad sagrada del pueblo”.
Su homólogo de Costa Rica, Rodrigo Chaves, repudió la proclamación del triunfo de Maduro, “la cual consideramos fraudulenta”.
En la antesala de conocerse el resultado presidencial en Venezuela, los cancilleres de Argentina, Costa Rica, Ecuador, Panamá, Paraguay, Perú y Uruguay expidieron un comunicado conjunto en el que consideraron “indispensable que se cuente con garantías de que los resultados electorales respetarán a cabalidad la voluntad popular expresada por el pueblo venezolano en las urnas…Eso solo podrá conseguirse mediante un conteo de los votos transparente, que permita la verificación y control de los veedores y delegados de todos los candidatos".
El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, ordenó a su ministro de Exteriores, Javier Martínez Acha, que "mantenga continua comunicación" con sus homólogos "de la región" con el objetivo de monitorizar la situación en territorio venezolano, "reiterando que el respeto a la voluntad popular es fundamental para el imperio de la democracia".
El expresidente colombiano, Andrés Pastrana, escribió en X: “” ¡No hubo un fraude electoral, sino un Golpe de Estado al desconocer la voluntad popular!”
En estos comicios estuvo presente una pequeña delegación del Centro Carter, que indicó no tener capacidad de realizar una "evaluación integral del proceso de votación, conteo y tabulación" como tenía previsto hacer la Unión Europea, excluida como observadora a finales de mayo.
Un panel de cuatro expertos de la ONU también acompaña la votación, aunque su informe es confidencial y solo será compartido con el secretario general Antonio Guterres.
Pese a todas estas condenas y al masivo rechazo de los venezolanos, el régimen logró lo que quería: consolidar su dictadura, sin importarle el sufrimiento de su pueblo.