Entre árboles y edificios históricos capitalinos que rodean la Universidad Jorge Tadeo Lozano, se instala hoy un mural de piso con diversos colores, y que al caminar a su alrededor permite que emerjan aun más tonos en la mente de los transeúntes. Se trata del nuevo monumento que adornará las calles de Bogotá, irrumpiendo en la cotidianidad de los ciudadanos con una de las icónicas obras del maestro Carlos Cruz-Diez.
Concebida especialmente para los espacios públicos de la Universidad, la obra titulada “Anillo de Inducción Cromática” (2012) estará implantada en la plazoleta principal de acceso y punto de encuentro de estudiantes y transeúntes del Campus bogotano. Su inauguración está prevista para el próximo 31 de marzo.
“Este es un mural de piso que tiene cerca de 20 metros de diámetro y un anillo de tres metros de ancho. Es una obra que invita al recorrido, a caminar y hace parte de la historia del arte del movimiento cinético latinoamericano, del cual Carlos Cruz-Diez es uno de los maestros más representativos. Adquiere con los recorridos que realizan las personas una tridimensionalidad y una variedad de colores que están insinuados pero que no están dentro de la gama cromática de la obra, sino que se crean en la mente del observador. Eso es lo interesante, que juega con el principio de la persistencia retiniana que estudió mucho Carlos Cruz-Diez”, le explicó en entrevista a EL NUEVO SIGLO Felipe César Londoño, decano de la Universidad Jorge Tadeo Lozano.
Esta obra se integra al entorno patrimonial del centro histórico de Bogotá y busca arraigar el espíritu de cohesión de la institución con el paisaje urbano de la capital. “Las obras de arte en el paisaje urbano adquieren un valor emocional y afectivo, contribuyendo a afianzar el sentido de referencia, pertenencia y orgullo del ciudadano en relación con el entorno patrimonial de su hábitat, comunidad, pueblo, ciudad o región”, afirmó Cruz-Diez al inicio de este proyecto.
“Anillo de Inducción Cromática” es una obra circular integrada a nivel de la superficie. En ella, distintas gamas cromáticas aparecen y desaparecen continuamente, dependiendo de la dirección e intensidad de la fuente luminosa, así como de la trayectoria, ángulo y distancia de las personas al recorrer la plaza.
Los colores que van surgiendo del piso son virtuales; sin embargo, son tan reales como los pigmentos aplicados en las 408 mil piezas de cerámica especialmente elaboradas en la fábrica francesa Emaux de Briare, que desde 1970 ha aportado su experiencia al Atelier Cruz-Diez para los proyectos monumentales del artista, debido a la calidad y resistencia de sus productos.
Es el mismo tipo de cerámicas utilizadas para la obra: “Muro y pisos de Couleur Additive” (1974), ubicada en el hall central del aeropuerto Simón Bolívar en Maiquetía, en Venezuela, así como en la obra “Chromatic induction in a Double Frequency” (2012), conformando los 1.600 M2 que integran la plaza y caminerías del estadio Marlins en Miami. La realización de este proyecto en Bogotá estuvo a cargo del equipo del Atelier Cruz-Diez París, bajo la dirección de Carlos Cruz-Diez Jr.
17 años de camino
“Esto realmente es un hito en la historia del arte en Colombia. Esta obra, como todo lo que ha implicado para la institución, ha costado cerca de 3 mil millones de pesos y fueron 17 años de gestión que hicieron posible que hoy se entregue a la ciudad para el disfrute de todos”, le dijo Londoño a este Diario.
La historia de esta obra tuvo su inicio en 1993, de la mano del rector para ese momento, Evaristo Obregón, quien invitó al maestro Cruz-Diez a visitar la universidad. El artista se encontraba en Bogotá participando en el stand de la Galería GraphicArt Caracas de Magdalena Arria, en ocasión de la primera edición de la Feria de Arte Latinoamericano Artfi.
En 2013, regresó a Bogotá para la inauguración de una importante muestra individual en la Galería La Cometa. En esa ocasión, retoma el contacto con la Universidad Jorge Tadeo Lozano, que en esos momentos desarrollaba un plan de mejoras de la institución, incluyendo la construcción de la plazoleta integrada al Campus.
La donación de la obra se formalizó en mayo 2014 ante el Consejo Directivo de la Fundación Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano. En 2017, dicho proyecto fue incluido en el programa de cooperación Francia-Colombia, llamado “L’Année France-Colombie.
El actual rector de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, Carlos Sánchez Gaitán; el presidente del Consejo Directivo, Jaime Pinzón López, y su vicepresidente, Roberto Holguín Fety, han brindado todo su apoyo para lograr culminar la obra que hoy se inaugura y que se convertirá en una referencia urbana.
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“Refugio para el ambiente caótico”
Carlos Cruz-Diez Jr., director del Atelier Cruz-Diez París, al referirse a la obra, expresa que el concepto de “Induction Chromatique” fue creado por el artista en 1963. La mezcla óptica integrada por dos o más colores genera nuevas gamas que no existen en la superficie y que se hacen visibles al espectador, apareciendo y desapareciendo continuamente; se trata del color brotando del plano al espacio.
Es un escenario donde los usuarios de la plaza, al interactuar con la obra, se convierten en sus coautores, percibiendo el color como un acontecimiento, una realidad autónoma y evolutiva que invade el contorno de la obra. “Como expresara mi padre: ‘Las obras de arte en los espacios públicos o en las edificaciones despiertan las percepciones dormidas del que las observa, sacándolo de su rutina y estimulando su imaginación a otras lecturas de la realidad, del tiempo y del espacio’”, comentó Carlos Cruz-Diez Jr.
En línea con ello, Felipe César Londoño resaltó la importancia de crear lazos entre el ciudadano de a pie con el arte en el espacio público: “El que dentro del campus, abierto al público de la ciudad, haya una obra del maestro Cruz-Diez es realmente una manera de democratizar el conocimiento. En línea también con lo que dice el maestro, el arte tiene que ser para el disfrute de todas las personas. Es un refugio para el ambiente caótico y agresivo de las ciudades, con sus tráficos y personas moviéndose rápidamente”.
Carlos Cruz-Diez es uno de los grandes protagonistas del arte contemporáneo. Su obra y sus escritos lo sitúan como el último gran pensador del color del siglo XX. Su trabajo ha aportado al arte una forma nueva de conocimiento del fenómeno cromático, ampliando considerablemente su universo perceptivo.
Sus obras forman parte de las colecciones permanentes de los más importantes museos del mundo. Son más de 140 sus intervenciones en el espacio urbano y obras de integración a la arquitectura en las principales capitales de Europa, América y Asia. A partir de ahora, Bogotá verá este espacio público enriquecido con el “Anillo de Inducción Cromática”.