Bolsonaro vuelve a ser piedra en el zapato del presidente Lula | El Nuevo Siglo
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Jueves, 30 de Marzo de 2023
Redacción internacional con AFP

CON EL apoyo intacto de casi medio país y para “mantener en pie la bandera del conservadurismo” regresó a Brasil el expresidente Jair Bolsonaro, una piedra en el zapato del mandatario izquierdista Luis Inácio Lula da Silva que no ha implementado en este primer trimestre de gobierno ninguno de sus prometidos cambios.

Tras permanecer en silencio desde que perdió la reelección frente a Lula por un escaso 1.8% en el balotaje del pasado octubre y viajar a Estados Unidos donde se mantuvo sin hacer pronunciamiento alguno u oposición, el exmandatario derechista retornó ayer a su país, pese a la ofensiva judicial en su contra por “presuntos abusos políticos y económicos durante su presidencia” y que en determinado momento podría inhabilitarlo o hasta encarcelarlo.

Bolsonaro, de 68 años, mantiene inamovible el respaldo popular, según analistas políticos, y una pequeña muestra de ello fue la multitud que se congregó en el aeropuerto de Brasilia en la mañana de este jueves para recibirlo y expresar su beneplácito porque “El capitán volvió”, tal cual coreaban los asistentes y se leía en decenas de pancartas.

Con la mitad de la población descontenta y una formación mayoritaria del Partido Liberal (PL)en la Cámara de Diputados (99 de 513), mientras es segunda fuerza en el Senado, el expresidente asumirá la próxima semana la presidencia honoraria de esa colectividad con objetivos tan claros como trascendentales: reagrupar la derecha brasileña, consolidar el contrapeso político al gobierno Lula en el Congreso y cimentar las bases para el retorno conservador al Palacio de Planalto.

Carismático y frentero, por lo que le endilgan un estilo provocador que le hizo ganar el apodo del “Trump tropical”, Bolsonaro vuelve con fuerza al escenario político en el gigante sudamericano, convirtiéndose en ojo escrutador a la política progresista de Lula da Silva. Sin duda un gran desafío para el presidente que logró volver al poder gracias a inesperada rehabilitación política que le hiciera la justicia por un vicio de forma en el proceso que por corrupción lo tuvo varios meses tras las rejas.

Sin perder tiempo, tan pronto retornó a su país, Bolsonaro fue a la sede de su partido, donde tras saludar a otro grupo de fieles seguidores, se reunió con diputados y exministros, con quienes definió los pasos a seguir para aupar a todos los movimientos de derecha y centro en pos de presentar una agenda legislativa que evite que Brasil continúe en vía de una debacle económica, la mayor preocupación ciudadana.

Así luego de tres meses de ausencia, el líder brasileño rompió su silencio e hizo varios anuncios importantes, entre ellos que recorrerá Brasil para hacer política, mantendrá en pie la bandera del conservadurismo, que el Parlamento con mayoría derechista ha hecho un buen trabajo de lo que se siente orgulloso y descartar que su esposa Michelle será candidata presidencial.

En la reunión de la sede partidaria, Bolsonaro destacó que "la derecha se aglutina cada vez más" y advirtió que "no puede haber colaboración" con el gobierno de Lula.

Cuando asuma la próxima semana la presidencia honoraria del Partido Liberal, por lo que devengará un salario mensual de 41.600 reales (unos 8.000 dólares) y trabajará junto a la exprimera dama, que recientemente asumió la conducción de la agrupación de Mujeres del PL, se espera haga pública la hoja de ruta programática tanto de su colectividad, así como la forma en que se coordinará el trabajo legislativo con las otras bancadas afines.

Así, y como lo han admitido tanto allegados al gobierno izquierdista como politólogos, entre ellos Jairo Nicolau, de la Fundación Getulio Vargas, “Lula tendrá que gobernar ahora con una oposición articulada, luego de meses de dispersión. Eso puede hacer una gran diferencia”.

 

¡Capitán, oh capitán!

El entusiasmo por el regreso de Jair Bolsonaro al país y a la política fue evidente en el aeropuerto, la sede del Partido Liberal y en su nuevo vecindario Jardín Botánico.

"Hemos estado esperando este momento durante mucho tiempo, desde el 1 de enero", dijo Eva Melgaço, una empleada de un salón de belleza, de 46 años, mientras que para la comerciante Cassia Christina, "el gobierno necesita una oposición fuerte porque está sumergiendo al país en una debacle económica (..). Bolsonaro es el nombre de la derecha, olvidada hace muchos años".

Junto a ellas, decenas de personas expresaron con el coro “¡Volvió el capitán, oh capitán!”, en manifestación pacífica y exultante por el regreso de Bolsonaro y su esposa.

Al respecto y, en sus primeras declaraciones en suelo brasileño, el exmandatario puso fin a los rumores de una candidatura presidencial de la exprimera dama: “no tiene experiencia (...) - ella está fuera de todo eso, no lo quiere. Tenemos una hija de 12 años".


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Insistió en la falta de experiencia de su esposa, aunque destacó que "ahora ella quiere colaborar", así como el "trabajo excepcional" que ha venido haciendo estos años con "personas discapacitadas".

"Yo tuve dificultades para ser presidente, incluso con años de Congreso", agregó en el acto a puerta cerrada en la sede del partido. "No la voy a prohibir, hablaremos, pero ella no tiene ese interés”.

La posibilidad de una candidatura de Michelle para las presidenciales de 2026 ha sonado con fuerza en las últimas semanas, ante los procesos judiciales que se le siguen a Bolsonaro en el Tribunal Superior Electoral (TSE) y las que le impulsan por las joyas saudíes que le regalaron, por lo que fue citado a declarar el 5 de abril, o la irrupción de sus seguidores el pasado 8 de enero a la Explanada de los Ministerios.

Bolsonaro también agradeció a los diputados y senadores del PL presentes en el acto por su trabajo en el Congreso, el cual está entorpeciendo todo aquello que el nuevo Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva quiere hacerle a Brasil.

"El Parlamento nos enorgullece por las medidas, por la forma de actuar ahí dentro, haciendo lo que se tiene que hacer y demostrándoles a esos que, por ahora, y mientras le dure poco el poder, no van a hacer lo que bien quieren con el destino de nuestra nación", ha celebrado el expresidente.

"Tenemos el balón en nuestro tejado. Estoy seguro de que llevarán al país a puerto seguro", manifestó.

Aprovechó la ocasión para denunciar que el gobierno Lula le estaría lanzado un "mensaje" al haberle despojado de los dos coches blindados a los que tenía derecho hasta el lunes, aunque luego admitió que "no está claro" si era obligación del Palacio del Planalto mantenérselos.

"Hasta el lunes tenía derecho a dos coches blindados, después del anuncio de mi llegada, Casa Civil me los retiró", informó el exmandatario, quien dijo que recurrirá a las autoridades para solicitarlos de nuevo ya que le “preocupa” su seguridad, sobre todo por el auge de los grupos criminales.

"No tengo un pecho de acción, no es una actitud racional la de este Gobierno. Yo nunca perseguí a ningún expresidente durante mi mandato. Todo lo que se nos pidió, se concedió, incluso alguna cosa más. A la vuelta me anuncian, 'mira, ya no tienes más coche blindado'. Me están dando un mensaje, solo puedo entender eso", indicó.

De su paso por Estados Unidos, Bolsonaro destacó el hecho de haber estado residiendo estos tres meses en un estado republicano, el de Florida, en el que está todo aquello que el ansía para Brasil

"Es un sueño seguir a ese estado en muchas cosas buenas que tienen allí, la gran mayoría de las acciones son beneficiosas. Ese es el Estado brasileño que funcionó, todo lo de allí es aquello que queremos implementar aquí también", ha dicho.

"Allí es todo lo que queremos aplicar aquí también, la libertad de expresión, la propiedad privada, el tema de la criminalidad, el legítimo derecho a la defensa y lo que es lo más importante, libertad para trabajar, expresarse, no el Estado que se hincha para hacerse crecer", señaló.

Sin duda, con Bolsonaro ‘en el terreno’ se remoza la política en Brasil con el ojo desde ya en el 2026 y el gobierno Lula estará bajo profundo escrutinio de la oposición en este país, partido ideológicamente en dos.