El mundo enfrenta la mayor carestía de alimentos desde 1990 | El Nuevo Siglo
FAO
Viernes, 8 de Abril de 2022
Redacción Web

Con un 12,6% más que en febrero del año pasado, los precios en marzo siguieron afectando a millones de consumidores. Según el último informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), este es el nivel más elevado desde su creación en 1990.

En medio de la guerra entre Ucrania y Rusia, que genera incertidumbre en cuanto a la cotización del dólar, así como en el precio del petróleo, el comercio y las relaciones internacionales de varios países, una de las crisis que se ha evidenciado en todo el mundo tiene que ver con el fenómeno de la inflación, y a su vez con el alza en el precio de los productos alimenticios en las diferentes regiones.

Colombia no ha sido ajena a los duros impactos económicos y sociales, teniendo en cuenta que el covid también ha contribuido en gran parte a factores que afectan el bolsillo de todos los colombianos. El alto precio en algunos alimentos de la canasta básica familiar no es un tema aislado a las preocupaciones que se tienen en el país.

Al respecto, la FAO argumenta que este último aumento se debe a los nuevos máximos históricos de los subíndices de los aceites vegetales, los cereales y la carne, mientras que también subieron notablemente los del azúcar y los productos lácteos.

Los precios internacionales de la canasta de productos alimenticios se han dividido en cinco grandes grupos con el objetivo, según la FAO, de obtener una variación mensual de los precios un poco más exacta.

Los cereales

El rubro de los cereales se ubicó en un promedio de 170,1 puntos en marzo, lo que supone un aumento de 24,9 puntos (un 17,1%) respecto de febrero y constituye el nivel más elevado registrado desde 1990. El aumento de este mes obedeció a una subida repentina de los precios mundiales del trigo y los cereales secundarios, impulsada en gran medida por las perturbaciones relacionadas con el conflicto de las exportaciones de Ucrania y, en menor proporción, de la Federación de Rusia.

Adicionalmente, la probable pérdida de exportaciones de la región del Mar Negro agravó la ya escasa disponibilidad mundial de trigo. La preocupación sobre la situación de los cultivos en los Estados Unidos de América también contribuyó a que los precios mundiales de este producto subieran marcadamente en marzo, disparándose en un 19,7%.

Entre tanto, la FAO afirma que después de subir un 20,4% en marzo, los precios internacionales de los cereales secundarios marcaron un récord y los del maíz, la cebada y el sorgo alcanzaron su nivel más elevado.

Las expectativas de una reducción significativa de las ventas externas de maíz de Ucrania, uno de los principales exportadores, además de los elevados costos de la energía y de los insumos, contribuyeron a un aumento intermensual del 19,1% de los precios mundiales de este rubro.

Por otra parte, la fortaleza de los mercados de maíz influyó en otros cereales secundarios y la cotización del sorgo aumentó un 17,3%, mientras que las incertidumbres sobre los suministros acentuaron la presión sobre la cebada, ya de por sí con escasez, haciendo que sus precios subieran un 27,1% desde febrero.

Mientras tanto, el valor de marzo del índice de precios del arroz de la FAO se mantuvo con poca variación respecto de los niveles de febrero y aun así un 10% por debajo de su valor del año anterior, debido a tendencias contrastantes entre los diversos orígenes y calidades.

Productos lácteos

Este rubro registró un promedio de 145,2 puntos en marzo; esto es un alza de 3,7 puntos (un 2,6%) desde febrero, lo que representa el séptimo mes consecutivo de aumento y empuja el índice 27,7 puntos (un 23,6 %) por encima de su valor de hace un año. Los precios de los productos lácteos mantuvieron su tendencia al alza, respaldados sobre todo por la creciente escasez en los mercados mundiales, como consecuencia de que la producción lechera en Europa occidental y Oceanía fue insuficiente para satisfacer la demanda mundial.

Por su parte, las cotizaciones de la mantequilla y las leches en polvo subieron de forma pronunciada, sustentadas por el aumento repentino de la demanda de importaciones respecto de las entregas a corto y largo plazo, especialmente de los mercados asiáticos, y por la elevada demanda interna en Europa occidental.



Azúcar

El azúcar registró un promedio de 117,9 puntos en marzo, o sea, 7,4 puntos (un 6,7 %) más que en febrero, con lo que revirtió la mayor parte del descenso de los tres meses anteriores y alcanzó un nivel que supera en más del 20% el registrado en el mismo mes del año pasado.

El repunte de las cotizaciones internacionales del azúcar en marzo obedeció principalmente al aumento pronunciado de los precios internacionales del petróleo crudo, que reforzó las expectativas sobre un mayor uso de caña de azúcar para producir etanol en el Brasil en la próxima campaña. Los precios mundiales del azúcar recibieron un estímulo adicional a raíz del continuo fortalecimiento del real brasileño frente al dólar de los EE.UU., que tiende a limitar las ventas de los productores debido a la menor rentabilidad en moneda local.

Sin embargo, la buena marcha de la cosecha y las perspectivas favorables para la producción en la India, uno de los principales exportadores de azúcar, contribuyeron a suavizar el alza de los precios e impidieron mayores aumentos mensuales.

Aceites vegetales con el máximo aumento

Respecto a los aceites vegetales, su incremento fue de 248,6 puntos en marzo, lo cual representa un aumento de 46,9 puntos (un 23,2 %) respecto a febrero, y marca un nuevo récord. Sin duda, la pronunciada subida del índice se vio impulsada por el alza de los precios de los aceites de girasol, palma, soya y colza.  

Respecto a las cotizaciones internacionales del aceite de girasol, aumentaron de forma sustancial en marzo, impulsadas por la disminución de los suministros para la exportación en medio del actual conflicto en la región del Mar Negro.

Entre tanto, los precios de los aceites de palma, soya y colza también subieron marcadamente, como consecuencia de la creciente demanda mundial de importaciones tras las perturbaciones del suministro de aceite de girasol. Además, mientras que los valores mundiales del aceite de palma recibieron un estímulo adicional a causa de la persistente escasez de la oferta en los principales países productores, los precios del aceite de soya se vieron sostenidos por la preocupación acerca de una disminución de las disponibilidades exportables en América del Sur.

De otro lado, se resalta que evidentemente los valores volátiles y más elevados del petróleo crudo también empujaron al alza los precios internacionales de los aceites vegetales.