De acuerdo con el último Reporte Técnico de Indicadores de Espacio Público de Bogotá, más de 175 millones de metros cuadrados están disponibles para el uso, goce y disfrute de la ciudadanía en la capital. De estos entornos, el 18,1% está destinado a parques, un 2,2% a zonas verdes, un 27,8% a la Estructura Ecológica Principal y un 32,25% a elementos del sistema vial para la movilidad vehicular. Eso, teniendo presente que del 2019 a 2020 la ciudad pasó de tener alrededor de 900 mil a más de un millón de metros cuadrados representados en ciclorrutas. 

Así mismo, según el informe publicado en el Observatorio de Espacio Público de Bogotá, fueron recuperados 493.535,98 metros cuadrados (m²), titulados y saneados 400.316,41 m² e incorporados 6.913.980,10 m² de espacio público, lo que se traduce en más plazas, parques, senderos peatonales, zonas verdes, entre otros escenarios puestos a disposición de la ciudadanía. 

No obstante, zonas nuevas, recuperadas o saneadas, alrededor del espacio público hace falta fomentar la apropiación en la ciudad capital. De hecho, su buen o mal estado en Bogotá depende de varios factores, pero sobre todo de dos hechos: de su destinación (factor en el que es determinante la localización urbanística) y de la apropiación por parte de la ciudadanía que esté a su alrededor. 

Ante la falta de apropiación que históricamente ha padecido la capital, bajo el precepto de que esta es una ciudad de todos, el Departamento Administrativo de la Defensoría del Espacio Público (Dadep) adelantará un piloto que fomente precisamente eso: la apropiación alrededor de aquellas zonas que son comunes a la ciudadanía y que, en principio, le pertenecen a toda la ciudad.

“En últimas, en una determinada zona quien responde de primera mano porque esa zona se mantenga, esté bien cuidada y esté libre de basura es la comunidad. Y eso depende en gran medida de la apropiación de la misma por espacios que son comunes a todos”, le dijo a EL NUEVO SIGLO la subdirectora de Registro Inmobiliario del Dadep,  Ángela Díaz.

Para fomentar este principio de apropiación surgió la estrategia “Caminando Con-Sentido’, ideada por el Observatorio Distrital del Espacio Público del Dadep, para que la ciudadanía no solamente comprenda qué es el espacio público y cuál es su historia, sino para que se apropie de los escenarios que Bogotá tiene para ofrecer.

“Esta iniciativa nació en el marco de una investigación macro sobre los indicadores cualitativos del espacio público como la circulación del mismo y especialmente el indicador de criminalidad. La idea es que las personas conozcan el espacio público, se enamoren del mismo y tengan un proceso de apropiación alrededor del mismo porque muchos de nosotros desconocemos la historia de las calles, las plazas o los parques por los que caminamos, y tenemos que despertar esa sensibilidad, alrededor de estos entornos, para construir sociedad”, le dijo Díaz a EL NUEVO SIGLO.

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Una ruta con seis estaciones

Serán seis los entornos seleccionados para que, en un recorrido de cuatro kilómetros, los participantes conozcan la historia de estos espacios a través de sus emociones. Un primer piloto se desarrollará el próximo 29 de abril, a las 4 de la tarde, y dependiendo de su efectividad el distrito capital evaluará si amplía este programa.

Ahora bien, ¿por dónde se realizará este recorrido de apropiación de la ciudad? Ubicadas entre las localidades de Santa Fe, Teusaquillo y La Candelaria, para el desarrollo de la actividad fueron seleccionadas seis estaciones alrededor de las cuales ha habido cercanía con la gente y por consiguiente son espacios abiertos de Bogotá que no han sido presa de la dejadez o el deterioro.

Las estaciones estarán en el Parkway, la Casa del Espacio Público, el Centro Internacional y las torres del Parque, el Planetario de Bogotá, la Cinemateca Distrital y la plaza de mercado La Concordia.

“Esos escenarios fueron seleccionados porque su construcción ha incidido en cambiar el espacio público de la ciudad, y tienen unas características que queremos que la ciudadanía conozca. Fueron escogidos previamente por el equipo de nuestro observatorio pensando en la forma en la que nacieron. Si a mí me preguntan cuál es el mejor uso del espacio público, es el que quiere la movilidad, el que tiene movilidad de gente y en el que la comunidad desarrolla la mayor cantidad de actividades temporales indistintamente. Ese es el mejor uso del espacio público”, añadió la subdirectora Díaz al respecto de estos sitios.

Añadió, a este respecto, que este es un ejercicio que debe llevar a reflexionar sobre el servicio que le prestan a la ciudadanía determinados espacios.

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El Centro Internacional

Ahora bien, ¿por qué el Centro Internacional de Bogotá es un exponente de espacio público que debe ser considerado en un ejercicio de apropiación?

Pues bien, casi 70 años le tomó al Centro Internacional convertirse en el foco de negocios que es hoy, con sus característicos edificios de 20 pisos, áreas peatonales y zonas verdes de gran tamaño como el imponente Parque Bicentenario, el cual proporciona para la ciudad más de mil toneladas de oxígeno, suficiente para que más de 1.300 personas puedan respirar en un año.  

Datos como estos motivaron la creación de “Caminando Con-Sentido”, para que la gente salga a la calle, para que el Distrito acerque escenarios de estas características a la ciudadanía, y al mismo tiempo la motive a preguntarse qué sienten cuando contemplan, escuchan e incluso huelen estos entornos.  

"Esta es una oportunidad valiosa y diferente para vivir la ciudad y alejarse de la rutina. Generalmente salimos de nuestros hogares y pasamos por alto el parque del barrio o las zonas verdes que se encuentran de camino o en los alrededores de nuestros lugares de trabajo y estudio”, comenzó por advertir el director encargado del Dadep, Armando Lozano.

Agregó que lo que el Distrito está buscando es que los ciudadanos disfruten de Bogotá, que la recorran sin afán, que aprendan de su historia y de los procesos de transformación que han dado como resultado la ciudad que la ciudadanía ve y con la que interactúa hoy y que, en el proceso, también haya una conversación sobre la forma en la que los capitalinos se imaginan la ciudad del futuro.

¿Debe ser más incluyente, más amigable, con modelos de transporte más sostenibles y con escenarios que favorezcan el uso, goce y disfrute de los entornos? Esas son las preguntas que este ejercicio pedagógico espera resolver, pues todas las apreciaciones ciudadanas que surjan de este encuentro nutrirán la investigación: “Indicador de Caminabilidad de Bogotá”, que se encargará de interpretar cómo se sienten los peatones cuando hacen uso de estos entornos.  

“Tener, como lo indiqué, indicadores cualitativos que puedan medirnos el espacio público es mucho mas incidente para la toma de decisiones y así poder tener estrategias claras alrededor del mismo”, finalizó la subsecretaria Díaz.