España vivirá esta semana una ola de calor excepcional para esta época del año, con máximas de 40ºC previstas en Andalucía (sur), mientras el país sufre una prolongada sequía de consecuencias catastróficas para la agricultura.
El país experimentará en los próximos días unos valores en el termómetro "propios de verano y excepcionalmente altos para estas fechas", advirtió en un comunicado la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).
Esta ola de calor, ligada a la "entrada progresiva de una masa de aire muy cálido y seco, de origen africano, sobre la Península y Baleares", alcanzará su punto álgido a finales de semana en el sur del país, precisó el organismo público.
Según la Aemet, las temperaturas superarán los 30ºC el martes y el miércoles en gran parte del sur del país, con posibles máximos de 35ºC en Andalucía, así como en las regiones de Valencia y Murcia, en el litoral mediterráneo.
Después seguirán subiendo, alcanzando "en general 35°C" el jueves y el viernes en la mitad sur del país y en el valle del Ebro (noreste), y se esperan hasta "40°C" en el valle del Guadalquivir, en Andalucía.
Según la Aemet, las temperaturas de esta semana estarán de media entre 6º y 10°C por encima de la norma de la época.
Pero en algunos lugares, incluso estarán entre "15 y 20 grados" por encima de los valores normales para finales de abril, dijo en Twitter el portavoz de la agencia, Rubén del Campo.
La ola de calor se enmarca en una primavera inusualmente calurosa y seca en España, especialmente en Cataluña (noreste), que se enfrenta a su peor sequía en décadas, donde las autoridades ya han emitido órdenes para reducir el uso del agua.
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Debido a la falta de precipitaciones, los embalses -que almacenan el agua de lluvia para utilizarla en los meses más secos- están a sólo una cuarta parte de su capacidad en la región, según las autoridades locales. Y muchos agricultores han tenido que renunciar a sembrar en las últimas semanas.
"Estamos en un momento difícil desde el punto de vista hidrológico", sobre todo porque las capas freáticas y los embalses de España se han visto mermados en los últimos años por una falta crónica de precipitaciones, según reconoció la semana pasada el ministro de Agricultura, Luis Planas.
Según datos del servicio europeo Copernicus publicados el jueves, Europa, donde las temperaturas aumentan el doble que la media mundial, vivió su verano más caluroso desde que se tienen registros en 1950.