Economía mundial pierde billones en años posteriores a 'El Niño' | El Nuevo Siglo
Foto: archivo ENS
Jueves, 18 de Mayo de 2023
Agencia Europapress

EN LOS AÑOS  en que se produce, la franja de agua cálida del océano que se extiende desde Sudamérica hasta Asia, conocida como ‘El Niño’, desencadena cambios climáticos de gran alcance que provocan inundaciones devastadoras, sequías que acaban con las cosechas, la caída en picado de las poblaciones de peces y un repunte de las enfermedades tropicales.

El estudio es uno de los primeros en evaluar los costes a largo plazo del fenómeno y prevé pérdidas superiores a las estimadas por investigaciones anteriores.

El Niño es la fase cálida de El Niño-Oscilación del Sur, el ciclo natural de temperaturas cálidas y frías en el Océano Pacífico tropical que incluye su contrapartida más fría, ‘La Niña’. Los fenómenos de ‘El Niño’ alteran los patrones meteorológicos en todo el mundo y, en Estados Unidos, suelen dar lugar a inviernos más húmedos y cálidos en la costa occidental y a una temporada de huracanes más suave en la costa atlántica.

Los investigadores dedicaron dos años a examinar la actividad económica mundial en las décadas posteriores a los episodios de ‘El Niño’ de 1982-83 y 1997-98, y descubrieron una “firma persistente” de ralentización del crecimiento económico más de cinco años después.

La economía mundial se desangró en 4,1 y 5,7 billones de dólares, respectivamente, en la media década posterior a cada uno de estos fenómenos, la mayor parte a cargo de las naciones más pobres de los trópicos.

Los investigadores prevén que las pérdidas económicas mundiales en el siglo XXI ascenderán a 84 billones de dólares a medida que el cambio climático amplifique potencialmente la frecuencia y la fuerza de ‘El Niño’, incluso si se cumplen los compromisos actuales de los líderes mundiales de reducir las emisiones de carbono.

Calculan que solo este fenómeno previsto para 2023 podría frenar la economía mundial hasta en 3 billones de dólares de aquí a 2029.

Recuperación económica

El autor principal, Christopher Callahan, doctorando en Geografía por la Universidad de Dartmouth, afirma que el estudio aborda un debate en curso sobre la rapidez con que las sociedades se recuperan de fenómenos climáticos importantes como ‘El Niño’.

“Podemos afirmar con certeza que las sociedades y las economías no se recuperan por sí solas”, asegura Callahan, y añadió que sus datos sugieren que una recesión tras ‘El Niño’ puede durar hasta 14 años.

“En los trópicos y en los lugares que sufren los efectos de ‘’El Niño, se produce un fenómeno persistente durante el cual el crecimiento se retrasa al menos cinco años. Nunca se ha cuantificado del todo el precio total de estos, pero para ello, hay que sumar todo el crecimiento deprimido en el futuro, no solo cuando se produce el fenómeno”, explicó.

Aunque estas oscilaciones son en gran medida independientes del calentamiento global, pueden amplificar o disminuir sus efectos. Descrito en su día como el ‘tronco del árbol de la variabilidad climática’, El Niño es la mayor y más importante fuente de variación climática anual, que altera el tiempo en todo el mundo y repercute en las economías nacionales.

En lo que respecta a este suceso climático, los líderes mundiales y la opinión pública se centran en el incesante aumento de la temperatura media mundial, afirma Mankin.

“Nuestro bienestar se ve afectado por nuestra economía global, y nuestra economía global está ligada al clima. Cuando uno se pregunta cuán costoso es el cambio climático, puede empezar por preguntarse cuán costosa es la variación climática. Aquí demostramos que esa variación, encarnada en ‘El Niño’, es increíblemente costosa y estanca el crecimiento durante años, lo que nos ha llevado a estimaciones de costes que son órdenes de magnitud mayores que las anteriores”.

Afectaciones en el Producto Interno Bruto

Callahan y Mankin descubrieron que los fenómenos de 1982-83 y 1997-98 provocaron que el producto interior bruto de Estados Unidos fuera aproximadamente un 3 % inferior en 1988 y 2003 de lo que habría sido de otro modo. Pero el PIB de naciones tropicales costeras como Perú e Indonesia fue inferior en más de un 10 % ese mismo año.

“El patrón global del efecto de ‘El Niño’ sobre el clima y la prosperidad de los distintos países refleja la distribución desigual de la riqueza y el riesgo climático ‒por no mencionar la responsabilidad del cambio climático‒ en todo el mundo. ‘El Niño’ amplifica las desigualdades más amplias del cambio climático, afectando desproporcionadamente a los menos resistentes y preparados de entre nosotros”, explicaron.

Según apunta, “la duración y magnitud de las repercusiones financieras que hemos descubierto me sugieren que estamos mal adaptados al clima que tenemos. Nuestra contabilidad eleva, drásticamente la estimación del coste de no hacer nada. Necesitamos tanto mitigar el cambio climático como invertir más en la predicción y adaptación a ‘El Niño’, porque estos fenómenos no harán, sino amplificar los costes futuros del calentamiento global”, advierte.

Según Callahan, se prevé que ‘El Niño’ de 2023 se produzca en un momento en que las temperaturas de la superficie del mar están en su punto más alto. El último gran fenómeno climático se produjo en 2016 y convirtió ese año en el más caluroso de la historia.

“Todo está listo para que se produzca un gran fenómeno de ‘El Niño’. Nuestros resultados sugieren que es probable que se produzca un importante impacto económico que deprima el crecimiento económico de los países tropicales durante una década. El resultado podría ser una pérdida de productividad global de billones de dólares en comparación con un mundo sin ‘El Niño’”, alertó Callahan.



Señales tempranas de ‘El Niño’ en el nivel del mar

Los últimos datos sobre el nivel del mar del satélite Sentinel-6 Michael Freilich indican signos tempranos en el Océano Pacífico ecuatorial de un desarrollo de ‘El Niño’, un fenómeno periódico que puede afectar los patrones climáticos globales.

Los datos muestran ondas de Kelvin, un precursor potencial de estas condiciones, que tienen aproximadamente de 5 a 10 centímetros de altura en la superficie del océano y cientos de kilómetros de ancho, moviéndose de oeste a este a lo largo del ecuador hacia la costa oeste de América del Sur.

El agua se expande a medida que se calienta, por lo que los niveles del mar tienden a ser más altos en lugares con aguas más cálidas. ‘El Niño’ también está asociado con un debilitamiento de los vientos alisios. La condición puede traer condiciones más frías y húmedas al suroeste de los EE. UU., y sequía a los países del Pacífico occidental, como Indonesia y Australia.

Los últimos datos del satélite Sentinel-6 Michael Freilich cubren el período entre principios de marzo y finales de abril de 2023. Para el 24 de abril, las ondas de Kelvin habían acumulado agua más cálida y niveles del mar más altos (que se muestran en rojo y blanco) frente a las costas de Perú, Ecuador y Colombia. Satélites como Sentinel-6 Michael Freilich pueden detectar ondas Kelvin con un altímetro de radar, que utiliza señales de microondas para medir la altura de la superficie del océano. Cuando un altímetro pasa sobre áreas que son más cálidas que otras, los datos mostrarán niveles del mar más altos.

Tanto la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE. UU. (NOAA) como la Organización Meteorológica Mundial han informado, recientemente que hay mayores posibilidades de que ‘El Niño’ se desarrolle a finales del verano. El monitoreo continuo de las condiciones del océano en el Pacífico por instrumentos y satélites como Sentinel-6 Michael Freilich debería ayudar a aclarar en los próximos meses qué tan fuerte podría llegar a ser.