“Hay consenso para controlar armas, pero no sobre cómo ” | El Nuevo Siglo
CARLOS ARÉVALO, profesor de derecho internacional
Cortesía
Domingo, 29 de Mayo de 2022
Redacción internacional

UNA reforma que toque o cambie en algo la Segunda Enmienda, que establece el derecho de las personas en Estados Unidos a comprar, tener y portar armas se visualiza como una “misión imposible” por los estrictos requisitos que hay que surtir en la Constitución Federal, calificada como una Carta rígida y que demandarían un acuerdo bipartidista.

Ratificada hace 231 años esta Enmienda en la Carta de Derecho y gestada tras la guerra de independencia, ese derecho constitucional vuelve a estar en el ‘ojo del huracán’ por los crecientes tiroteos indiscriminados en varias ciudades estadounidenses, el más reciente de ellos el martes en la escuela primaria Robb, de la localidad texana de Uvalde, donde un joven de 18 años irrumpió en un salón de clases y disparó indiscriminadamente segando la vida de 19 niños y dos profesoras.

Cada vez que hay una tragedia como éstas -cada vez más frecuentes- se vuelven a alzar las voces para exigen un mayor control para la compra y tenencia de armas. Pero el tema es muy complejo, de trasfondo político y, sobre todo, de alto impacto económico ya que esa industria genera miles de millones de dólares anuales.

EL NUEVO SIGLO habló con el profesor de Derecho Internacional de la Universidad de la Sábana, Carlos Arévalo, quien explicó por qué es ‘inamovible’ la Segunda Enmienda y las razones por las cuales no se logra consenso en torno a cómo restringir la compra y porte de armas.  

EL NUEVO SIGLO: Cada vez que hay un tiroteo en Estados Unidos se presenta el mismo debate, pero nunca pasa nada. ¿Por qué no hay más control de armas?

CARLOS ARÉVALO: El tema de las armas en Estados Unidos y en la cultura norteamericana funciona muy distinto al del resto de países, incluido el nuestro. En Colombia es claro que el monopolio de las armas hace parte de las funciones que ostenta el Estado. Solo excepcionalmente se le da facultad a algunos para que las tengan.

En la Declaración de Independencia de los EE.UU., se estableció que los pueblos se pueden alzar en armas contra gobiernos despóticos. Tener armas se ha concebido como un derecho fundamental y así está consignado en la Segunda Enmienda de esa Constitución. Es parte de la cultura norteamericana, es un derecho muy arraigado en la idiosincrasia del país.

Eso hay que tenerlo claro para poder responder a esta pregunta. Ahora, republicanos y demócratas han estado de acuerdo en que este es un tema que se tiene que controlar, pero la pregunta es cómo y ahí es en donde radica el problema.  

ENS: ¿Cómo controlar el acceso a las armas?

CA: Esa es una pregunta sobre la que no se ha logrado un consenso. Se han sacado propuestas con listas de criterios que se deben tener en cuenta para limitar la decisión de que alguien pueda tener o no un arma, qué tipo de arma se puede tener, pero lo cierto es que todo eso ha generado mucha discusión por el susto de que pueda generar problemas de discriminación. 

Expongo un ejemplo muy concreto: una de las propuestas decía que los ciudadanos que tengan una “red tag” (una etiqueta roja) no deberían poder tener armas. ¿Quiénes son esos ciudadanos? “Ciudadanos de origen musulmán que hayan viajado a esta determinada lista de países en los últimos tres años”. Mucha gente dirá: “esto es absolutamente discriminatorio y no puede ser un criterio para decidir si alguien puede o no ejercer un derecho, entendiendo que tener armas es un derecho.

Esa es la razón por la que ha sido tan complejo el encontrar los “cómos”, independientemente de que tanto demócratas como republicanos sean conscientes de la importancia del tema.

Estas listas son propuestas sobre todo bipartidistas muy comunes, proyectos de leyes estatutarias para regular el tema con unos mecanismos de control en donde estén de acuerdo los dos partidos. Yo creo que se presentan entre dos y tres en cada legislatura y nunca logran llegar a acuerdos. Siempre se quedan en proyectos de ley.


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La Segunda enmienda

ENS: ¿Se podría modificar la Segunda Enmienda?

CA: La Constitución Federal de los Estados Unidos es una carta rígida y las condiciones para que pueda ser modificada son muy estrictas. Muy pocas veces ha sido reformada y desde hace muchísimos años no se ha llevado a cabo una enmienda reformatoria de la misma.

La Segunda Enmienda entra dentro del grupo de modificaciones que se le hacen a la Constitución original, principalmente para introducir una carta de derechos a la misma, y esa es la que reconoce el derecho de la gente a poseer y portar armas.

Esta dota a la población de derechos y eso es precisamente lo que hace que sea muy difícil promover una reforma que toque o que modifique ese artículo de la Constitución.

Y dejar de considerar el porte de armas como un derecho es algo que no va a pasar. El Congreso nunca va a tener la cantidad de votos necesarios para realizar una enmienda de ese tipo porque la gente no estaría de acuerdo con la misma. Los norteamericanos la entienden como la garantía a su seguridad.

Eso sin contar la industria que hay alrededor de la seguridad. Uno de los productos más vendidos en Estados Unidos son maletas de colegio de niños con placas de blindaje dentro de la maleta. Es un tema cultural muy complejo.

ENS: Si se modifica la Segunda Enmienda, entonces ¿qué podría hacer el Congreso para evitar ataques armados como el ocurrido esta semana en la escuela primaria de Uvalde?

CA: Una salida sería que demócratas y republicanos se pongan de acuerdo en un control de armas mucho más estricto. Eso implicaría tener que, por ejemplo, limitar los tipos de armas que se pueden vender. Eso sería muy polémico en EE.UU., pero podría ser tal vez la forma más objetiva de hacerlo. Aunque sería gravísimo que una persona entre a un salón de clases disparando una pistola, no es lo mismo a que entre con un rifle de asalto con la capacidad de disparar 30 balas por minuto.

Otro aspecto es que hay que hacer una ponderación de derechos. Es verdad que la gente tiene derecho a portar armas, pero las personas, y sobre todo los niños, tienen derecho a sentirse seguros y eso no está pasando hoy. Los simulacros que se hacen periódicamente generan afectaciones y el estrés de que un tiroteo pueda pasar en cualquier segundo es real.

 Y hay que hacer un análisis mucho más juicioso de las personas que han cometido estos actos para poder identificar los patrones presentes y tomar medidas preventivas. El hombre que protagonizó un tiroteo en Las Vegas tenía antecedentes. Si se hubieran tomado controles no muy complejos se habría podido evitar.

ENS: Digamos que se llegara a un acuerdo sobre el tipo de arma permitido, ¿esa aplicación sería estatal o federal?

CA: Hay algunas cosas que pueden ser reguladas por los estados y otras no. Si se establecen sanciones penales para quien esté portando armas con características no permitidas, los aspectos penales son del fuero exclusivamente estatal. Pero todo lo que tenga que ver con la limitación al derecho, visto como derecho fundamental como ya lo expliqué, es competencia federal.  

El lobby de la NRA

ENS: ¿Por qué es tan poderoso el lobby que hace la National Rifle Association (NRA)?

CA: Esta es una asociación muy antigua y muy grande (tienen más de cinco millones de miembros), que se promueve como una organización de protección de derechos porque se ha encargado de fomentar el reconocimiento de portar y tener armas como un derecho fundamental. Ellos se ven como parte del movimiento de civil rights.

Esta es una fuerza política muy importante en Estados Unidos, pero particularmente para el partido Republicano. Y ahí qué pasa: si bien este es un partido que puede tomar medidas que no necesariamente atienda los intereses de la NRA, lo cierto es que no tomará medidas que lo pongan en contra de esta asociación. Distinto es lo que pasa con los demócratas, quienes tienen un poco más de flexibilidad y libertad para tomar medidas en contra porque no debe haber, dentro de esos cinco millones de personas, miembros prominentes de ese partido.

Hay demócratas que están de acuerdo con el uso y porte de armas, así como hay republicanos que no están de acuerdo con la forma en la que se está materializando ese derecho, pero lo cierto es que eso es lo que lo hace un lobby tan absolutamente relevante: que tiene amplio acceso al partido Republicano, y que este partido no tomará medidas en contra de ellos.

Sobre todo por la localización de sus miembros. Si los republicanos se fueran en contra de la NRA perderían Estados clave para el partido. Y eso, en época preelectoral, son medidas que no se van a tomar. Y el año entrante, aun habiendo pasado las elecciones parciales de Congreso, creería que tampoco lo harán.