La construcción del Metro de Bogotá es, actualmente, la mayor obra de infraestructura en el transporte que se desarrolla en el país. La primera línea, de la que se están adecuando vías, adelantando compras de predios y el traslado de redes de los servicios de energía y acueducto en la ciudad, comprende una inversión de $12 billones.
De este total, el presidente Iván Duque aseguró que el Gobierno cubrirá el 70% de las obras y el restante será con recursos de la capital. No en vano este proyecto, que debe estar listo en marzo 15 de 2028, fue declarado como esencial para la Nación.
Incluso la misma alcaldesa de Bogotá, Claudia López, ha reconocido que “el Gobierno nacional del presidente Iván Duque es el que ha hecho la mayor inversión en infraestructura y movilidad sostenible en la historia de Colombia y Bogotá”.
Sin embargo, esta obra fundamental para el desarrollo de la capital de la República puede tener problemas en el futuro, dependiendo de quién llegue a la Presidencia.
No es un secreto que el candidato del Pacto Histórico, Gustavo Petro, fue y ha sido uno de los principales opositores a que el Metro fuera elevado, como se definió para la Primera Línea.
La posición de Petro
En declaraciones a varios medios ayer, Petro dijo que si llega a la Presidencia inmediatamente va a ordenar una evaluación técnica del modelo del Metro elevado, arguyendo que cuando él criticó la obra “nunca se hizo un análisis técnico”.
Asimismo, el candidato señaló que no se debe olvidar que la mayor parte de los recursos para la construcción del Metro salen de la Nación.
Petro sostuvo que, durante su alcaldía, tuvo estudios de factibilidad para que el Metro fuera construido de forma subterránea.
En la segunda administración de Enrique Peñalosa, los estudios fueron reevaluados por la Administración Distrital, la cual contrató un metro elevado que, según Peñalosa, fue recomendado por expertos internacionales.
Petro ha criticado la construcción de un metro elevado en la capital, pues argumenta que a la ciudad no le conviene que se siga densificando. Por eso, ha asegurado que, de llegar a la Presidencia de la República, revisará la continuidad del metro elevado en Bogotá.
"La empresa que contrató Peñalosa, de origen chino, no ha presentado estudios de metro elevado y mientras no presente estudios no hay valores, cantidades. Ni siquiera sabemos cuál es ese 70% (que debe ser financiado por el Gobierno) y si se puede o no se puede”, dijo Petro.
No se debe descuidar que este proyecto está financiado por el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Europeo de Inversiones, y en caso de que su construcción sea detenida, implicaría una millonaria multa y sanciones si se realizan cambios en el contrato que está en ejecución.
En un trino, el exalcalde Peñalosa dijo: “Petro como siempre diciendo mentiras. El metro que nosotros contratamos está en construcción, generando miles de empleos y nadie lo puede parar. No lo pudo parar la alcaldesa actual, que lo demandó, y no lo podrá parar el próximo presidente que sea elegido”.
Con razón, la semana pasada la alcaldesa Claudia López envió una carta a los dos candidatos que disputarán la Presidencia de la República –Gustavo Petro, del Pacto Histórico, y Rodolfo Hernández, de la Liga de Gobernantes Anticorrupción–, y los invitó a reunirse con ella. La mandataria de los capitalinos enfatizó en la importancia de darle continuidad a todas las inversiones y proyectos que se adelantan en la ciudad: “Concretamente me refiero a la continuidad de lo avanzado en la primera y segunda líneas del metro, y a la ampliación de las entradas y salidas de Bogotá Región al norte (la ampliación de la Carrera Séptima y la Autopista Norte), al sur (la construcción de la ALO sur) y al occidente (la ampliación de la calle 13 y la construcción del Regiotram de Occidente)”.
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Lo que propone Hernández
En su programa de Gobierno, el candidato Rodolfo Hernández señala que “en un sector tan sensible para la calidad de vida de los colombianos como es la movilidad, los gobiernos no pueden ignorar que, en buena medida, de ello depende la generación de desarrollo y productividad. Las personas no pueden perder horas importantes de su vida tratando de movilizarse. Mal haría el Gobierno nacional en ignorar este problema o en trasladar por completo la responsabilidad a las administraciones distritales y municipales”.
Sostiene Hernández que “Colombia no puede regresar al transporte público colectivo del siglo pasado. Si queremos mantener un transporte moderno, organizado y ambientalmente amigable, debemos aceptar sin astucias que el transporte urbano de pasajeros debe ser subsidiado por el Gobierno nacional”.
Destaca el candidato que “el Gobierno central y el resto del país no pueden ser indiferentes frente a todos los desafíos que enfrenta Bogotá. Una capital tan diversa, dispuesta siempre a acoger a todos los habitantes de las regiones, que la ven como un lugar de oportunidades, tiene que ser considerada realmente como la ciudad de todos los colombianos y así mismo debe recibir toda la solidaridad. Por eso nos proponemos alcanzar los siguientes objetivos: promover un sistema integrado de transporte eficiente, sostenible y multimodal. Apoyar la rehabilitación de la malla vial. Dinamizar la construcción del metro de Bogotá, como complemento al sistema de movilidad urbana”.
Ante esta situación, el senador electo del Centro Democrático Miguel Uribe Turbay aseguró que si Gustavo Petro llega a la Presidencia, frenaría la construcción de la primera línea del metro de Bogotá.
“Si Petro es presidente, frenará la primera línea del metro”. El exsecretario de Gobierno de Bogotá recordó que, bajo la administración de Enrique Peñalosa, de la que hizo parte, se dejaron las bases para el proyecto que ha continuado la alcaldesa Claudia López.
“En la administración anterior con mucho esfuerzo sacamos adelante la primera línea del Metro para Bogotá. Es una realidad la construcción del patio taller en Bosa, el traslado anticipado de redes, la compra de predios, y hoy desafortunadamente está en riesgo”, advirtió Uribe.
Mencionó que, por temas políticos, Petro podría frenar ese proyecto, porque considera que era mejor su propuesta de metro subterráneo.
La segunda línea del Metro
La segunda línea del metro de Bogotá iniciará en la calle 72 con Avenida Caracas e irá hasta las localidades de Engativá y Suba.
Serán 15,5 km, de los cuales 14,4 km serán subterráneos y 1,1 km elevados. A lo largo del recorrido habrá 11 estaciones y, al final, estará el patio taller, en la zona de Fontanar del Río, noroccidente de la capital.
El proyecto prevé inversiones por $13 billones e iniciaría operaciones en 2030, con 23 trenes de seis vagones cada uno, movilizando a unos 45 mil pasajeros por hora/sentido.
Actualmente avanza en su estructuración legal y de riesgos. De hecho, en febrero quedaron listos los estudios de factibilidad del megaproyecto, según dijo en su momento Leonidas Narváez, gerente de la Empresa Metro.
Dicho documento es clave, ya que incluye los costos de construcción, operación y mantenimiento, así como los detalles técnicos de la iniciativa.
Si todo sale bien, el proceso licitatorio se abriría a finales de este año y la adjudicación se concretaría un año después, es decir, al cierre de 2023.