La marca del paro nacional impactó la inflación anual | El Nuevo Siglo
EL PARO nacional y los bloqueos hicieron que el precio de los alimentos se disparara y con ello se incrementara notablemente la inflación. /ENS
Foto Diana Rubiano- El Nuevo Siglo
Sábado, 19 de Junio de 2021
Gustavo Veloza

Debido a que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) avanzó de manera fuerte en mayo con 1.0%, bastante por encima del consenso del mercado, la inflación anual saltó con fuerza en 135 puntos básicos a 3.30%, una aceleración mensual no vista desde principios de 1998.

Pero, asimismo, alcanzó el rango meta del Banco de la República por primera vez desde junio del 2020. Esta peculiar aceleración de la inflación ocurrió tras la coincidencia de dos factores de peso considerable: primero una base de comparación históricamente baja causada por las diversas presiones bajistas sobre los precios observada al principio de la pandemia (el IPC cayó 0.32% mensual en mayo de 2020), y luego el paro nacional que resultó en numerosos bloqueos de vías a lo largo del país.

Sin duda el paro nacional dejó una fuerte marca en la inflación en mayo. Esto último causó presiones alcistas sin precedentes en los costos de los alimentos, pues el grupo presentó un histórico avance de 5.4%, explicando así cerca del 90% de la inflación total en el mes, y superando ampliamente lo observado en el más reciente choque sobre los alimentos, es decir el paro camionero del 2016. Como se observó esa vez, este tipo de efectos sobre los precios provenientes del lado de la oferta suelen corregirse rápidamente, tendencia que debería observarse una vez se levanten los bloqueos.

Sin embargo, la encuesta semanal del DANE sobre precios de alimentos en centrales mayoristas muestra una corrección bajista promedio de - 1% mensual.

Medidas

Por su parte, si bien las medidas anuales de inflación básica se aceleraron rápidamente este mes, se debió principalmente al mencionado efecto de una baja base de comparación, ya que el avance mensual de la mayoría de las métricas fue bastante modesto.

Específicamente, la inflación excluyendo alimentos y energía se situó en 0.11% (+35 puntos a 1.89% anual), el indicador sin alimentos registró un resultado similar de 0.15% (+55 puntos a 2.11%) y la inflación de bienes no transables incluso se ubicó en terreno negativo en - 0.17%, muy por debajo de la meta del Emisor.



Con esto, el promedio de las medidas de inflación subyacente se ubica en 2.15% anual, cercano al piso del rango meta del Banco Central. Señalan los analistas de Credicorp Capital, que “en conjunto, esperamos que estas presiones sobre los precios sean principalmente temporales, por lo que la inflación anual se estabilizaría cerca de los niveles actuales durante el resto del año, aunque estamos aumentando ligeramente nuestro pronóstico para fines de 2021 de 3.3% a 3.5 %, dado el choque histórico en los alimentos en medio de la baja base de comparación, y las presiones en curso de los altos precios internacionales de las materias primas, que continuarían repercutiendo en lo que resta del año”.

Como se observa en las medidas básicas, no hay un cambio en la perspectiva de la demanda interna en el corto plazo, por lo que los precios al consumidor no sufrirán fuertes presiones adicionales provenientes de un importante repunte del gasto privado o del mercado laboral.

El Emisor

Todo esto deja al Banco de la República en una posición menos cómoda. El Banco Central deberá encontrar el delicado equilibrio de aguantar los mayores niveles de inflación, comunicar al mercado que las presiones actuales sobre los precios son temporales y están relacionadas con choques de oferta, y que las medidas básicas siguen siendo muy bajas, si quiere mantener una postura de política monetaria expansiva durante el mayor tiempo posible en medio de las previsiones tempranas de recuperación económica.

“Seguimos pensando que el Emisor tiene espacio para mantener la tasa de intervención en 1.75% al menos durante todo este año, ya que esperamos un enfoque paciente por parte del Banco Central en medio de estos choques temporales, dado que las brechas de producción y empleo siguen siendo ampliamente negativas, pues aún faltan por recuperarse alrededor de 1.4 millones de puestos de trabajo”, aseguran los expertos.

Indican que “en nuestra opinión, la incertidumbre fiscal incluso sumará a la postura paciente del BanRep, ya que la carga del ajuste de impuestos aparentemente va a recaer sobre el sector empresarial, al menos en el corto plazo, por lo que creemos que el Banco esperará lo más posible antes de normalizar su postura monetaria. Dicho esto, las expectativas de inflación ahora se les prestará aún más atención, ya que este puede ser el factor de peso que obligue al Emisor a realizar alzas de tasa más temprano que lo esperado”.

Sorpresa

De otra parte, los analistas del BNP Paribas, señalan que “las recientes sorpresas al alza en Colombia podrían provocar un aumento de las expectativas de inflación. Creemos que esto se trasladará a las expectativas más pronto que tarde. Si bien la inflación objetivo desempeña un papel importante en la formación de las previsiones en Colombia, la evidencia también sugiere que estas tienen un fuerte componente retrospectivo. Esto sobre todo porque las expectativas se ven fuertemente afectadas por la inflación pasada, lo que implica que los choques de oferta o demanda puedan tener un efecto duradero sobre la inflación”.



En concreto, el coeficiente asociado a la persistencia de la inflación es de alrededor del 30%. Es cierto que la credibilidad de la política monetaria se ha mantenido y probablemente aumentado, lo que podría implicar un coeficiente más suave.

Las previsiones

Señalan los economistas del BNP Paribas, que “nuestra previsión de inflación para 2021 es del 4% anual, 0,7 puntos porcentuales por encima del consenso y casi 1 punto porcentual por encima de la previsión del Banco de la República. La inflación acumulada hasta mayo fue del 3,2% lo que hace muy probable que las expectativas para 2021 aumenten al menos hasta el 3,5% en junio, o eso creemos. Este será probablemente el caso también de las expectativas a 12 meses, una variable que el Banco de la República sigue de cerca”.

Consideran, asimismo, que es probable que el Banco de la República tome nota: “En medio de las crecientes expectativas de inflación y los desequilibrios internos y externos, esperamos que la normalización de la política monetaria comience en septiembre, con un aumento de 25 puntos básicos. Nuestra previsión está fuera del consenso, teniendo en cuenta que la mediana de los analistas encuestados por el Banco de la República, indica que el primer movimiento de las tasas se producirá en diciembre”.

Señalan que “hasta ahora, el lado blando de la junta del Banco de la República ha argumentado que la tasa de política monetaria (tipo nominal menos la inflación actual) era positiva en términos reales. Ahora, tanto las tasas son negativas, y se encuentran casi 300 puntos básicos por debajo de su nivel neutral. Basándonos en nuestra opinión de que la inflación real y las expectativas de inflación aumentarán al menos hasta el 3,5% en el tercer trimestre, esperamos que la tasa real siga bajando”.