Perspectiva. "Todos pensábamos que podían ser nuestros hijos” | El Nuevo Siglo
El Nuevo Siglo
Sábado, 1 de Julio de 2023
Redacción Nacional

Muchos de los soldados profesionales, suboficiales y oficiales que participaron en la Operación Esperanza afirmaron que como padres “nos pusimos en los zapatos de la familia de los cuatro niños perdidos en las entrañas de la selva del Caquetá para encontrarlos con vida”.

Los soldados profesionales Santiago Martínez, Carlos Ama y el capitán Nelson Díaz, integrantes del Comando Conjunto de Operaciones Especiales (Ccoes), contaron a EL NUEVO SIGLO su experiencia en esta carrera contra el tiempo, cuando se tuvo plena certeza de que los niños habían sobrevivido al accidente del avión Cessna 206 de matrícula HK 2803, que cubría la ruta entre Araracuara, Amazonas y San José del Guaviare.

“Nosotros tenemos hijos, tenemos familias, hacemos un sacrificio de estar lejos de nuestros seres queridos por nuestro trabajo, pero aquí lo más importante era encontrar a los niños Lesly Jacobombaire Mucutuy, de 13 años; Soleiny Jacobombaire Mucutuy, de 9; Tien Noriel Ranoque Mucutuy, de 4, y Cristin Neriman Ranoque Mucutuy, de un año. El dolor de su padre y demás familiares, era también nuestro”, expresaron.

Mientras tanto, un oficial y un soldado profesional, que no revelan sus identidades por las especialidades que ejecutan, expresaron a este medio de comunicación que “no todos podemos hacer parte del Comando Conjunto de Operaciones Especiales, por la exigencia requerida”.

“El Ccoes es integrado por hombres altamente entrenados, especializados en guerra irregular, acción directa y recopilación de inteligencia en diferentes escenarios: la selva, la montaña, el desierto, y el páramo. No es fácil porque se debe contar con un excelente estado físico y mental y estar preparado para tomar cursos de acción en cada una de las dificultades que se presentan en desarrollo de la misión asignada”, precisan.

Afirman que “no solo nos preparan en materia de derechos humanos y derecho internacional humanitario, sino que recibimos un entrenamiento intensivo, además de tiro, observación, paciencia, relajación y capacidad mental a toda prueba”.

Agregaron que “nos entrenan en distintos escenarios, en tareas críticas, en pistas de estrés, para obtener habilidades, constancia y perseverancia. Además, empleamos fusiles y pistolas, mientras que otros trabajan con fusiles de alta precisión. Al término del entrenamiento, el comando queda con la capacidad de cumplir una misión territorial o en cualquier parte del mundo”.

Final feliz

Martínez, Ama y Díaz afirmaron que “nunca perdimos las esperanzas de encontrarlos con vida y por esta razón Colombia y el mundo fueron testigos de uno de los acontecimientos más increíbles de la historia reciente en el país: encontrar vivos a los niños indígenas, que durante 40 días sobrevivieron, tras el accidente del avión en que viajaban”.

El soldado Martínez explicó que “fue una experiencia muy diferente a lo que estamos acostumbrados. Cuando nos encomendaron la misión, fuimos a entregarlo todo para encontrar el avión accidentado y establecer qué había pasado con sus siete pasajeros. Luego, cuando establecimos que los cuatro niños habían sobrevivido… entonces nos pusimos en los zapatos del padre de los niños y nosotros, también como padres, decidimos no parar ni un solo minuto en la búsqueda”.

“Sentimos el dolor del padre de los niños. Se cumplió con la misión, gracias a Dios, al encontrar con vida a los cuatro jovencitos. Para mí fue una experiencia muy importante, para mi Ejército y para mi familia. Uno se siente orgulloso de haber participado en esta operación, en la que no solo los colombianos estaban pendientes de los resultados, sino creo que en todo el mundo”.

Martínez precisa que “mi día a día desde el momento en que nos levantábamos, era atalajarnos, equiparnos e iniciar la búsqueda de 6:00 de la mañana a 6:00 de la tarde. También adelantábamos marchas de búsqueda en las noches, cuando los aviones de la FAC, lanzaban las bengalas”.

“No le puedo mentir, pero hubo días en que seguíamos derecho, no había tiempo para dormir, precisamente cuando encontrábamos elementos de los niños como el tetero, los pañales, los restos de frutas silvestres y las huellas de la niña Lesly que eran más notorias, porque era la que cargaba a la bebé de un año… Todos pensábamos que podían ser nuestros hijos”, acotó.

Narró que “esos rastros, esas señales nos daban más ánimos para seguir adelante. No dormíamos, porque se intensificaba la búsqueda. Nuestro esfuerzo tenía el único objetivo de encontrar a los niños, pues con estos hallazgos sabíamos que estaban vivos”.

Reveló que a pesar del inclemente clima “nuestros comandantes y los señores indígenas que estaban con nosotros también nos daban ánimos para seguir adelante y no desfallecer… la misión era encontrarlos o encontrarlos con vida. Ese era el propósito. La conclusión de la misión: encontrarlos vivos, evacuarlos del lugar y llevarlos a un centro asistencial para que se reencontraran con sus seres queridos”.

“Estoy muy feliz por la condecoración que me impuso el señor presidente Gustavo Petro, al igual que a nuestros comandantes, a los oficiales, suboficiales y soldados profesionales. Gracias a los altos mandos y a nuestro comandante, general Pedro Sánchez. Es una condecoración que muy pocos la tendrán, pero reitero que estoy muy agradecido con el señor presidente, con mi Ejército y con toda Colombia”.

De otra parte, el soldado profesional Carlos Ama dijo en su diálogo con EL NUEVO SIGLO que “fue un esfuerzo de todos y por supuesto combinado con las comunidades indígenas que participaron en la búsqueda de los niños. Es un orgullo para uno como militar y por supuesto para nuestras familias y para nuestros altos mandos militares el resultado feliz de la misión”.

Aseguró que “es la primera vez que participo en una operación tan exigente como esta para encontrar primero el avión siniestrado y a sus ocupantes. Cuando la aeronave fue localizada y se supo que los niños estaban vivos, entonces a nosotros nos dieron la orden de buscarlos hasta encontrarlos y de verdad que era una carrera contra el tiempo”.

Ama afirma que “me siento orgulloso de haber cumplido con el objetivo. Uno está acostumbrado a otro tipo de operaciones en la profundidad de la selva, pero en una tarea tan difícil nunca”.

“Es una experiencia inolvidable, debido a que fue una operación combinada con los señores nativos, que nunca la habíamos hecho y por esta razón es una experiencia más en mi vida como soldado profesional. Por supuesto que aprendimos muchas cosas de ellos y nosotros empleamos todos nuestros conocimientos”, indicó.



Aseguró que “como también soy papá, para mí es un orgullo haber hecho parte de los equipos que encontramos a los niños. Yo, como padre de familia, me puse en los zapatos del papá de los menores y por esta razón no descansamos ni un minuto hasta encontrarlos”.

Recuerda que cuando por los radios se oyó la palabra “milagro, milagro, milagro, milagro, supimos que uno de los equipos encontró a los niños. Todos sentimos una alegría inmensa. Muchos lloraron, pero absolutamente todos, militares e indígenas, celebramos con alegría y le dimos gracias a Dios por haberlos encontrado vivos. Fue una alegría inmensa para mí, para mis compañeros y para la familia de los jovencitos”.

Afirmó que “hoy nuestra moral y nuestro ánimo están muy altos, porque cumplimos con la misión que devolvió la alegría no solo a la familia de los niños, sino a los colombianos y por supuesto al mundo, que estaba a la expectativa de que ocurriera el milagro”.

Agregó que “hoy me siento muy orgulloso, de verdad, de ser condecorado por el señor presidente Gustavo Petro y por nuestros altos mandos militares y de la Policía. Me siento muy feliz de pertenecer al Ccoes, a mi Ejército y tener una maravillosa familia”.

Experiencia maravillosa

Uno de los oficiales que participaron en la “Operación Esperanza, el capitán Nelson Díaz, afirmó que “fue una experiencia maravillosa. Es algo muy bonito, como lo registran nuestros comandantes y como dice el lema que lo más parecido a crear una vida, era salvarla. Todo este esfuerzo que se hizo en conjunto con los indígenas no fue en vano gracias a Dios y al esfuerzo también del pueblo colombiano, se logró encontrar a nuestros menores”.

Afirmó que “es una gran experiencia para nuestras Fuerzas Militares pues nunca se había visto, por lo menos en mi corta carrera, que compartiéramos así con indígenas para realizar una operación de tanta importancia”.

Expresó que “en desarrollo de las operaciones que nosotros hacemos cotidianamente, siempre vemos las dificultades que se presentan en la selva, hablo de los peligros, de los animales salvajes, de la lluvia y otros fenómenos naturales. Es decir, no es algo desconocido o nuevo para nosotros todo lo que uno evidencia en esta selva. Siempre es un área donde se han hecho históricamente operaciones militares”.

Insistió en que “para nosotros no fue algo desconocido, aunque creo que fue la diferencia en el tipo de operación. El Ccoes siempre realiza procedimientos para neutralizar enemigos o cabecillas de alto valor estratégico, pero en esta ocasión fue para salvar la vida de estos niños”.

Reveló que “cada día tenía su dinámica, porque de acuerdo con los rastros y las evidencias que iban encontrando los diferentes equipos de búsqueda y el personal de indígenas, organizábamos el esfuerzo de búsqueda durante el día, haciendo los registros, valiéndonos también de nuestros equipos tecnológicos y de la experiencia de los señores indígenas que tienen más contacto con la selva, es decir, que también nos valíamos de esa experiencia para fortalecer la búsqueda”.

Agregó Díaz que “los perros Ulises y Wilson, entre otros, que participaron en la operación, nosotros los catalogamos como unos comandos y/o compañeros más y cumplieron un papel muy importante. Desafortunadamente perdimos a Wilson, pero queda en la historia de esta operación su nombre y su trabajo en pro de la búsqueda de estos niños”.

“Es incierto que aparezca Wilson y solo es de Dios y de la naturaleza que regrese sano y salvo. No sabemos cómo esté en este momento y lo que más queremos, obviamente, es recuperarlo”.