Las dos referencias mundiales del petróleo cayeron un 5%, tocando niveles similares a los que tenían al comienzo de la invasión rusa de Ucrania, en un contexto de temor a una recesión y de inflación récord en Estados Unidos y en la eurozona.
A las 14H15 GMT, el barril de Brent del mar del Norte, para entrega en septiembre, perdió 3,67%, a US$95,93, mientras que el barril de West Texas Intermediate (WTI) estadounidense, para entrega en agosto, cayó 4,40%, a US$92,04.
Los temores de una desaceleración de la demanda anularon las ganancias registradas después de la invasión de Rusia, iniciada el 24 de febrero, cuando los precios del crudo se propulsaron a niveles nunca vistos desde la crisis financiera de 2008.
Las dos referencias mundiales del crudo volvían así a los niveles anteriores a la invasión de Ucrania, cuando el Brent valía entre US$95 y US$99 el barril y el WTI se intercambiaba entre 90 y 94 dólares el barril.
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Asimismo, se conoció que las reservas comerciales de petróleo crudo en Estados Unidos registraron un alza sorpresiva la semana pasada, según las cifras publicadas por la agencia de información sobre energía (EIA).
En la semana que finalizó el 8 de julio, los inventarios comerciales de petróleo se incrementaron en 3,3 millones de barriles netos, mientras que los analistas esperaban una contracción de 1,5 millones, para establecerse en 427,1 millones.
Otro hecho preocupante para el sector es que el gigante del gas ruso Gazprom afirmó que no podía garantizar el buen funcionamiento del gasoducto Nord Stream, que abastece a Europa, explicando que no sabe si podrá recoger una turbina alemana que está siendo reparada en Canadá.
El funcionamiento del gasoducto está actualmente interrumpido, por diez días, por unas operaciones de mantenimiento. Los países europeos temen que Rusia interrumpa de forma duradera sus entregas de gas, alegando motivos técnicos, para presionarles en un contexto de conflicto en Ucrania.