FINALMENTE, la tan cuestionada ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, presentó ayer su carta de renuncia al presidente Gustavo Petro.
Como se sabe, la alta funcionaria fue el centro de dos escándalos en las últimas semanas.
Por un lado, la noticia de la celebración de un contrato entre su esposo Sjoerd van Grootheest con el Estado por $ 128.770.000, lo cual generó intensos debates a nivel nacional, al considerar que en el hecho hubo un conflicto de interés.
Por el otro, el escándalo desatado por las denuncias de tráfico de influencias en su contra, lo que terminó por materializar su salida dentro del Gobierno del presidente Gustavo Petro.
Al respecto, la titular de Minas y Energía habría gestionado de forma irregular la salida de su hijo menor de edad fuera del país, en enero de este año, mientras ella se encontraba junto con el mandatario nacional en Davos, Suiza, a propósito de la celebración del Foro Económico Mundial.
La salida de la ministra era inminente desde el fin de semana pasado y se habría concretado luego que la Fiscalía y Procuraduría anunciaran entre lunes y martes la apertura de sendas investigaciones, por presunto tráfico de influencias.
Tras hacer un detallado balance de su gestión, Vélez dijo, a través de una carta de cuatro páginas publicadas en Twitter, que “aunque la tarea no la damos por culminada, con profundo respeto por la institucionalidad decido apartarme del cargo de ministra para evitar que las investigaciones en mi contra interfieran con la ejecución del programa del Gobierno. Estaré siempre presta a responder a las autoridades cuando así lo requieran".
Además de agradecer la confianza que depositó el jefe de Estado en su trabajo, exaltó algunos de sus logros.
"Somos el sector con mejor ejecución presupuestal en inversión del Gobierno Nacional, con 63,2%, y hoy estamos varios puntos por encima respecto a años anteriores. Aprobamos 429.052 millones de pesos para ampliación y mejoramiento de cobertura eléctrica a través de Fazni y Faer, para beneficiar 41.625 usuarios en departamentos con más necesidades y conflictos, como Guaviare, Cauca, Nariño, Casanare, Huila, Chocó, Córdoba, La Guajira, Vichada, Bolívar y Atlántico", dijo.
A su turno, el presidente aseguró, en defensa de Vélez, que: “Se va sin que se haya perdido un peso, con adelanto importante en las tareas normativas para la transición energética y con la elaboración del nuevo código de minas. En su administración comenzaron a ser realidad las comunidades energéticas su retiro voluntario se debe a hechos anteriores a mi gobierno”.
Hasta el cierre de esta edición no se sabía quién podía ser el nuevo titular de la cartera de Minas que ha estado en el ojo del huracán desde que arrancó el Gobierno debido a los bandazos en la política minero energética, los mensajes contradictorios para la industria de los hidrocarburos, la polémica intención de intervenir las comisiones Creg y CRA.
Gabinete en crisis
La salida ayer de Irene Vélez del Ministerio de Minas se suma a varios cambios que ha realizado el presidente Petro debido a ajustes, pero también por crisis.
En abril pasado, el jefe de Estado cambió siete ministros tras romper la coalición en lo que respecta a los partidos Conservador, Liberal y la U, porque no le apoyaron el proyecto de reforma a la salud, pues lo consideran inconveniente.
En ese remezón salieron José Antonio Ocampo en Hacienda, siendo reemplazado por Ricardo Bonilla; Cecilia López en Agricultura, quien fue sucedida por Jhenifer Mojica; Alfonso Prada en la cartera del Interior, quien fue reemplazado por Luis Fernando Velasco; Carolina Corcho en Salud, quien le dio paso a Guillermo Alfonso Jaramillo.
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De igual forma, Arturo Luna fue relevado por Petro en el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, cartera que ahora es ocupada por Yesenia Olaya; en tanto que Sandra Urrutia salió del Ministerio de las TIC, fue reemplazada por Mauricio Lizcano; y en Transporte salió Guillermo Reyes, lugar que pasó a ocupar William Camargo.
En marzo pasado, el presidente Gustavo Petro hizo los primeros ajustes en su gabinete, cuando apenas llevaba siete meses en el poder.
De forma sorpresiva, en esa oportunidad el Ejecutivo anunció que salían del gabinete los ministros de Educación, Alejandro Gaviria; Deporte, María Isabel Urrutia; y Cultura, Patricia Ariza.
Si bien el primer Mandatario no dio mayores explicaciones en ese momento sobre estos tres cambios, luego se conoció en el caso de Alejandro Gaviria que habría sido por las críticas que hizo al interior del consejo de ministros al proyecto de reforma de salud, antes de que fuera radicado.
Luego el presidente dijo que la entonces ministra del Deporte incurrió en indelicadezas en la firma de más de un centenar de contratos poco antes de salir del cargo.
A estos cambios en el gabinete se suma que, a principios de junio pasado, el presidente Petro le pidió la renuncia a su jefe de gabinete, Laura Sarabia, y al embajador en Venezuela, Armando Benedetti.
El Ejecutivo tomó esta decisión después de que se conocieran audios de WhatsApp que envió Benedetti a Sarabia reclamándole porque el presidente Petro no lo atendió en una oportunidad que fue a Palacio.
Entonces el por esos días embajador dijo que “si no hubiera sido por él no habían ganado la presidencia, al tiempo que amenazó que si contaba cómo obtuvo $ 15.000 millones que consiguió en la costa Caribe para la campaña, todos irían presos.”
Sarabia, además, estaba envuelta en el escándalo porque a Marelbys Meza, quien trabajó para ella como niñera de su hijo, fue llevada al polígrafo por personal de seguridad de la Presidencia, aparentemente de forma irregular, para preguntarle por 7.000 dólares que se le perdieron en su residencia a la entonces jefe de Gabinete.
El jefe de Estado no dio explicaciones por este primer remezón en el gabinete a menos de siete meses de este Gobierno. Por ello comenzaron las conjeturas y las reacciones desde las distintas orillas políticas.