Perspectiva. Red ecológica protege la Sierra Nevada de Santa Marta | El Nuevo Siglo
EL CUIDADO de la naturaleza es el principal objetivo de quienes cultivan café en la Sierra Nevada de Santa Marta.
Foto: Red Ecolsierra
Sábado, 22 de Julio de 2023
Redacción Medio Ambiente

En 1979 la Unesco declaró a la Sierra Nevada de Santa Marta como Reserva de la Biósfera y Patrimonio de la Humanidad, debido a que es poseedora de una red de ecosistemas que albergan innumerables formas de vida y que es hogar de varias comunidades indígenas.

Allí, un grupo de 350 familias (fincas) se asociaron para cuidar los recursos naturales y, además, aprovechar las bondades de la tierra, con tres negocios verdes florecientes: café, cacao y apicultura, así como cultivos de pancoger.

Congregados en la Red de Productores Ecológicos de la Sierra Nevada (Red Ecolsierra), entidad sin ánimo de lucro, promueven el desarrollo y el interés de los caficultores del departamento del Magdalena y de la comunidad en general para el mejoramiento de las unidades productivas de las familias, “por medio de la implementación de la agricultura ecológica sostenible, para de esta manera lograr la conservación, recuperación y protección de los recursos naturales gracias a la producción limpia”, explica su gerente, Víctor Enrique Cordero Ardila.

Este administrador de empresas agropecuarias, egresado de la Universidad Nacional Abierta y a Distancia (UNAD) sede Santa Marta, lleva 25 años trabajando con comunidades de la Sierra Nevada de Santa Marta en sistemas de producción sostenible.

La base de la labor son los “procesos de capacitación y organización comunitaria en cada uno de sus 23 grupos asociados para la adecuada comercialización de los productos que se generan en los predios bajo el esquema de comercio justo”.

Los proyectos en que vienen trabajando son planificación y ordenamiento ambiental; beneficio ecológico, saneamiento ambiental, seguridad alimentaria, producción apícola, cacao y turismo rural comunitario; servicios de exportación y mejoramiento de las técnicas y prácticas de producción ecológica, entre otros.

“La Sierra Nevada de Santa Marta es una de las sierras costeras más altas del mundo, alcanzando una altitud de 5.700 m (18.700 pies), tan solo a 42 km (26 millas) de la costa Caribe colombiana. El cinturón montañoso cafetero se encuentra desde los 900 hasta 1.900 m.s.n.m., con temperaturas que oscilan entre los 13 y 30 °C, generando una biodiversidad irreemplazable. La abundancia de microclimas y tipos de suelo permite cultivar café con diferentes perfiles de taza”, señala Víctor.

Creación

Desde su creación, el 7 se septiembre de 2001, la Red Ecolsierra, con esfuerzo, planificación y proyección ha salido adelante y hoy cuenta con más de 350 familias de pequeños productores asociados, ubicadas en el lado noroccidental de la Sierra Nevada de Santa Marta, con presencia en los municipios de Santa Marta, Ciénaga, Aracataca y Fundación.

Explica Víctor que “los integrantes de la Red Ecolsierra son familias productoras ubicadas en el cinturón cafetero del departamento. Esta iniciativa cuenta en la actualidad con 350 familias (fincas) asociadas a través de 23 grupos de base, de las cuales 300 están certificadas como orgánicas y 50 en proceso de transición; aproximadamente 3.000 personas distribuidas en 4 municipios, 8 corregimientos y 72 veredas. La propuesta aborda las principales cuencas hidrográficas del Magdalena, como son: Manzanares, Piedras y Gaira en el municipio de Santa Marta; Córdoba, Río Frío y Sevilla en Ciénaga; Tucurinca y Aracataca en Aracataca y la de Fundación en el municipio de Fundación”.



El volumen de producción de café orgánico certificado con el cual cuenta es de 1.280 toneladas de café pergamino seco (14.200 sacos de café excelso de 70 kilos), de las cuales el 100 % cuenta con la certificación de mercado justo o FLO. Se acopian en promedio 25 toneladas de miel/año. El cacao es un proyecto en crecimiento y se ha logrado acopiar 12 toneladas.

“Todas las fincas tienen cultivos de pancoger para el autoconsumo y algunos veden aguacate, plátano y algunos granos en los mercados locales”, indica.

Por el medio ambiente

Señala que “con la creación de la Red Ecolsierra la propuesta se enfiló con mayor énfasis hacia la implementación de planes de conversión en varias fincas que han incluido construcción de módulos de saneamiento básico, procesadores para la pulpa del café, construcción de composteras, fosas para las basuras y reciclaje, entre otros. De igual forma, en cada una de las fincas se delimitaron zonas de conservación que contribuyen a la construcción colectiva de un gran corredor de conservación en la región, basado principalmente en el agro-ecosistema cafetero. Así mismo se trabaja en un nuevo proyecto de agroforestaria con sistemas que incluyen la siembra de maderables”.

Manifiesta que “la apicultura es una propuesta productiva ligada a procesos de conservación ambiental, que permitan mejoramiento de la dieta alimenticia, obtención de productos terapéuticos, generación de excedentes y conservación de ecosistemas. Desde los procesos apícolas se concierta entre los apicultores proteger los bosques como fuente de alimento para las abejas y áreas de regeneración natural asociadas a los apiarios, y el cuido de las abejas nativas como un valioso recurso de la biodiversidad”.

Pero, ¿qué los motiva a trabajar por el medio ambiente? “La ecología participativa para cuidado de la Sierra Nevada de Santa Marta. La producción responsable para cuidar el buen nombre y la calidad de los productos y servicios; la transparencia empresarial e individual de cada persona desde su finca hasta su empresa; los reglamentos acordados respetados y no evadidos”.

Dice Víctor que para la compensación ambiental adelantan “procesos de capacitación y organización comunitaria en cada uno de sus grupos asociados para la adecuada comercialización de los productos que se generan en los predios bajo el esquema de comercio justo. En el caso de los procesos de certificación ha contado con el apoyo de diversas instituciones del orden nacional y de cooperación internacional para obtención de los certificados orgánicos de UE, de comercio justo, NOP para Estados Unidos y JAS para el mercado de Corea y Japón y recientemente la certificación para el mercado de Taiwán. Estas certificaciones verifican el cumplimiento de estándares en los ámbitos sociales y ambientales”.

“La Red Ecolsierra promueve el desarrollo integral sostenible, del asociado agricultor y su familia, aprovechando la tecnología y la innovación para ser resilientes ante el cambio climático para adaptar sus modelos de negocio y hacer de su finca una empresa. Para ello construimos un futuro sostenible y solidario entre familias que entendemos, creamos y promovemos modelos de negocio innovadores y ecológicos”, asegura.

Explica que todos los asociados reciben apoyos de abonos orgánicos producidos por la misma organización. Estos se hacen a partir del compostaje del raquis de palma y el reciclaje de insumos locales que se compostan para enriquecer el abono orgánico.

Señala que Estrategia Sistemas Agroforestales-SAF-Bosques de Sabor y Aroma “son estrategias multifuncionales con enfoque de agricultura climáticamente inteligente, establecidos con una lógica productiva, ambiental y económica, en los cuales los maderables como solución basada en la naturaleza además de suministrar sombrío, generan ingresos para el sostenimiento y retiro (pensión) de la familia campesina, contribuyen de manera importante a la mitigación de efectos de cambio climático y propician las condiciones óptimas para mejorar la productividad y calidad de los granos de café, cacao y miel”.

Indica que la biofábrica “implementa y pone en marcha una planta para compostaje de materiales orgánicos líquidos que procesa residuos de diferentes industrias locales del departamento del Magdalena en el norte de Colombia, igualmente incorporará residuos orgánicos (fuentes vegetales) y minerales de origen natural para la producción de abonos que permiten la prevención/control de deficiencias nutricionales y enfermedades en los cultivos de la organización”.

“Este proceso permitirá, aprovechando desechos que serán reincorporados nuevamente a ciclos productivos, disminuir los serios pasivos ambientales generados por la agroindustria”.