Países de América Latina y el Caribe han avanzado en regulaciones parciales para reducir la contaminación por plásticos, pero el problema ya es grave y desde el activismo ambiental se reclaman normas sobre toda la cadena de producción, consumo y disposición de residuos de esos productos.
La liberación de los desechos plásticos en el ambiente “es la punta del iceberg de un problema que comienza mucho antes, desde la explotación de los hidrocarburos, hasta el transporte y transformación de esos precursores de un sinfín de productos”, dijo el experto colombiano radicado en Suiza, Andrés del Castillo.
Para la bióloga ecuatoriana María Esther Briz, activista de la campaña internacional BreakFreeFromPlastic (Libérate de los plásticos), “la contaminación por plásticos en nuestros países no está en camino a convertirse en un gran problema: ya lo es”.
“Desde la extracción de materias primas, pues sabemos que 99 % del plástico es hecho de combustibles fósiles -petróleo y gas-, más los contaminantes que se liberan durante la transformación en resinas y en el consumo, y en la más conocida fase de cuando son residuos, nuestra región ya está muy afectada”, dijo la activista desde Guayaquil.
La producción de plásticos en la región supera los 20 millones de toneladas anuales (TM)- casi 5 % del total mundial de 430 millones de TM- y el consumo llega a 26 millones de TM al año, según la Alianza Global de Alternativas a la Incineración (Gaia, en inglés), una coalición de 800 organizaciones ambientalistas.
La mayor capacidad instalada para la producción está en Brasil (48 %), seguido de México (29 %), Argentina (10 %), Colombia (8,0 %) y Venezuela (5,0 %).
El consumo anual promedio en América Latina y el Caribe es de unos 40 kilos por habitante, y cada año la región arroja a ríos, lagos, mares y océanos 3,7 millones de toneladas de basura plástica, según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma).
Del Castillo, abogado sénior en el Centro de Derecho Ambiental Internacional (Ciel, en inglés), advierte que “si la tendencia no se revierte, de aquí a 2050 la producción plástica llegará a 1200 millones de TM anuales. Parodiando a Gabriel García Márquez, ese es el tamaño de nuestra soledad”.
“Por eso nuestro principal llamado es hacia una moratoria inmediata en el aumento de la producción de plásticos, seguida de una reducción escalonada de la oferta, y complementada con otras medidas cruciales como los sistemas de reutilización y relleno”, expuso del Castillo desde la ciudad de Ginebra.
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Enemigo temible
Para la salud, la cadena de vida del plástico aparece como enemiga por la liberación de más de 170 sustancias tóxicas en el proceso de producción de la materia prima, en la refinación y fabricación de sus productos, en el consumo, y en la gestión y disposición de sus residuos.
Una vez que llega al ambiente, en forma de macro o microplásticos, se acumula en las cadenas alimentarias terrestres y acuáticas, contamina las aguas y ocasiona serios daños a la salud de las personas, a especies animales –como las acuáticas que mueren al consumir o asfixiarse con esos productos- y al paisaje.
También representa 12 % de los desechos urbanos. El Pnuma estima que los costos sociales y económicos de la contaminación mundial por plásticos oscilan entre 300 000 y 600 000 millones de dólares al año.
También afectan al clima: los 20 mayores productores mundiales de polímeros vírgenes utilizados en plásticos de un solo uso, encabezados por las empresas petroleras Exxon (Estados Unidos) y Sinopec (China), generan al año 450 millones de TM de gases de efecto invernadero que recalientan el planeta, casi tanto como todo el Reino Unido.
Y prominentes villanos son los plásticos de un solo uso, como empaques, botellas y vasos para bebidas y sus tapas, colillas de cigarrillos, bolsas de supermercados, envoltorios de comida, pajillas, agitadores. De ello se fabricaron 139 millones de TM solo en 2021, según un índice que produce la australiana Fundación Minderoo.
Tras dispararse las alarmas en las Naciones Unidas, se estableció el Comité Intergubernamental de Negociación sobre la contaminación por plásticos, integrado por 175 países. Ya celebró el año pasado sus dos primeras reuniones, en Montevideo y París, y tendrá la tercera en noviembre en Nairobi, en un proceso destinado preparar un tratado internacional vinculante sobre la contaminación por plásticos.
Como si no bastara el auge de la producción, consumo y desecho indebido de plásticos, la región latinoamericana suma la importación de basura plástica desde otras latitudes.
Estudios de Gaia y el grupo de prensa peruano Ojo Público indicaron que en la última década (2012-2022) México, Ecuador, Perú, Chile y Colombia ingresaron más de un millón de toneladas de ese tipo de residuos, desde distintas partes del mundo./IPS
LA BASURA plástica es apenas la punta de un grave problema social y ambiental en América Latina y el Caribe./Greenpeace
EN LAS aguas que circundan las ciudades, así como en los océanos, los residuos plásticos desechados, no reutilizados ni reciclados, junto con los problemas de contaminación agregan una severa afectación de la naturaleza./IPMAV