El Centro Democrático nació como movimiento en 2014 buscando, entre otras metas, atravesarse a la reelección de Juan Manuel Santos. Luego de un período en el gobierno con Iván Duque, la colectividad tiene que volver a la oposición tras unos flojos resultados en los comicios de este año, y por ello reformularse para buscar nuevamente los primeros lugares de la política.
En ese sentido la pregunta es quién podría liderar este proceso para que el Centro Democrático vuele alto de nuevo. No como el caso del ave Fénix porque la colectividad no está en las cenizas, pero sí vive un difícil momento, incluso que algunos consideran de crisis, tras el papel secundario que cumplió en las elecciones legislativas de marzo pasado y en las presidenciales, de mayo primera vuelta, y junio en segunda vuelta.
Después de que el Centro Democrático fuera la fuerza mayoritaria en el anterior Senado, en el actual pasó a ser la cuarta con 13 curules, por debajo del Pacto Histórico, el Partido Conservador y el Partido Liberal.
El partido uribista en Senado solo supera en número de curules, haciendo referencia a las colectividades más representativas, a la coalición Centro Esperanza, Cambio Radical y La U.
Mientras que en la Cámara de Representantes el Centro Democrático es la quinta fuerza política, por debajo del Partido Liberal, la coalición Pacto Histórico, el Partido Conservador y Cambio Radical.
En las presidenciales la participación del uribismo fue desafortunada para una fuerza con el arrastre que tiene en las urnas y el protagonismo decisorio en la política colombiana en las dos últimas décadas, de la mano de Álvaro Uribe, pues a pesar de que contó con cinco precandidatos, al final se quedó sin una carta que presentar debido a que Óscar Iván Zuluaga, quien ganó el aval tras obtener los mejores resultados en unas encuestas que realizó la colectividad con su militancia, renunció al conocerse los resultados de la consulta interpartidista de la derecha (Equipo por Colombia), que dejó como triunfador a Federico Gutiérrez
Zuluaga leyó el momento político y se dio cuenta de que Gutiérrez tras esta consulta quedó posicionado para ser el candidato de las fuerzas de derecha, por lo que prefirió dar un paso al costado.
Entonces lo que se vio extraño es que el Centro Democrático se abstuvo institucionalmente de anunciar su respaldo a un candidato, que en este caso sería Gutiérrez, mientras que Petro se perfilaba en las encuestas para lograr su paso a segunda vuelta. La colectividad prefirió dejar en libertad de voto a su bancada y militancia.
Luego en segunda vuelta el Centro Democrático tampoco se jugó institucionalmente, a pesar de que todo el uribismo estaba con Rodolfo Hernández, cuando era grande la posibilidad de que el archirrival de esta fuerza política, Gustavo Petro, llegara a la presidencia, como a la postre ocurrió.
El portaestandarte
Analistas consideran que si bien el liderazgo que ha ejercido Álvaro Uribe en estas dos décadas sirvió al uribismo para crecer y enfocarse políticamente, un problema es que muchos lo ven como un caudillo, lo que no ha dejado que prosperen nuevos líderes en esta fuerza política.
En los últimos dos años, el exmandatario ha estado un poco alejado de la política activa por la investigación que tiene en su contra por su presunta participación en la fabricación de falsos testigos, al punto que tuvo que renunciar al Senado en 2020 y en las pasadas elecciones fue limitado su papel. Algunas apariciones en la campaña en la plaza pública y en las calles en favor del entonces candidato Óscar Iván Zuluaga, pero no más.
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El problema judicial de Uribe todavía se demora para resolverse, al menos por este año, después de que esta semana la Fiscalía solicitara preclusión de la investigación porque considera que el exmandatario nada tuvo que ver en estos hechos.
Entonces hay que esperar unos meses para saber, en caso de que Uribe salga bien librado de esta investigación, si está dispuesto a retomar las banderas del Partido o, en su defecto, prefiere que otros asuman esa responsabilidad.
En la bancada hay algunos con perfil para realizar esa tarea, como la senadora María Fernanda Cabal, quien quedó impulsada en su imagen política tras la campaña como precandidata el año anterior en el Centro Democrático, cuando si bien no logró el aval, pudo posicionarse por su discurso fuerte como representante de la derecha, y hoy se muestra como la principal carta del uribismo llamado pura sangre.
También está la senadora Paloma Valencia, protagonista del uribismo en el Congreso en los últimos años, en donde entre otras se ha destacado en debates de control político por su argumentación en defensa de la institucionalidad.
¿Hay crisis?
Aunque el Partido Centro Democrático atraviesa un momento difícil porque ya no es la primera fuerza política del país, no se puede hablar de crisis ni mucho menos de que el uribismo esté enterrado, como algunos lo han querido hacer ver.
El uribismo se quedó solo en la oposición al entrante gobierno de Gustavo Petro, pues la mayoría de fuerzas se sumaron a la coalición o, al menos, han atendido el llamado de este a apoyar sus propuestas legislativas en el marco de lo que ha llamado un “gran diálogo nacional”.
Si el Centro Democrático aprovecha bien ese protagonismo que tendrá, le podría dar buenos réditos pues será prácticamente la única voz discordante del próximo gobierno frente a sus políticas, haciendo control político y presentando propuestas. Uribe tras una reunión con Gustavo Petro dijo que harán una oposición responsable.
En cualquier caso, no es mucho el tiempo que tiene el Centro Democrático para replantearse y reconfigurar sus fuerzas de cara a la próxima contienda electoral, que serán las elecciones territoriales de octubre del 2023, cuando se elegirán gobernadores alcaldes, diputados, concejales y ediles.
Opinan politólogos
El politólogo Pedro Medellín dijo a EL NUEVO SIGLO que “Uribe es un personaje que conoce la política muy bien, que sabe hacer política. Y si bien el Centro Democrático en el gobierno de Duque estuvo en el peor de los mundos, era partido de gobierno pero no gobernaba, creo que el Centro Democrático no está enterrado y como fuerza de oposición va a jugar un papel muy importante en el próximo gobierno”.
Medellín consideró que Uribe Vélez podría retomar el protagonismo en el Centro Democrático porque “no está desaparecido ni se va a desaparecer”.
Por su parte, el analista político Héctor Riveros dijo a este Diario que el liderazgo del Centro Democrático lo asumirán “obviamente los congresistas porque tienen una vitrina permanente, y ahí se sabe que son básicamente Paloma, María Fernanda y Miguel Uribe. Supondría que eso es, no veo nada más”.
Agregó que eventualmente podría también asumir ese liderazgo alguien que no haya sido congresista, pero sí ministro de este gobierno o el de Uribe, “pero tampoco lo veo. Y seguramente el presidente Duque, pero no veo que necesariamente sea bien recibido en el Centro Democrático. Pero no descarto que él vaya a querer y que vaya a querer hacer oposición, de alguna manera ya lo ha insinuado”.