El Tour de Francia bajo presión: La amenaza del coronavirus rodea la carrera ciclista más importante del mundo, que tendrá muy limitados los espectadores y que comienza el sábado en Niza tras un aplazamiento de dos meses. Le toca a Egan Bernal defender su histórica corona.
La estrella colombiana se topa con el esloveno Primoz Roglic, señalado como su gran rival, así como con el francés Thibaut Pinot, el candidato nacional.
Ningún corredor sabe lo que le espera hasta la llegada a los Campos Elíseos de París el 20 de septiembre, con una pandemia que ya ha entrado en su segunda ola en Francia y que podría provocar cambios en la prueba.
Para las autoridades, la celebración de uno de los pocos grandes eventos deportivos mundiales que se ha mantenido en este 2020 maldito, celebrar la 107ª edición de la gran carrera es todo un símbolo.
"El Tour de Francia debe ser el símbolo de que podemos continuar viviendo, es una señal de resiliencia de la sociedad", declaró el jueves el ministro de Sanidad Olivier Veran.
El protocolo sanitario fue suavizado este viernes para los equipos en lo relativo al riesgo de expulsión de la carrera: serán dos casos de corredores positivos en covid-19, en un periodo de siete días, los que conllevarán la exclusión, informó este viernes la UCI.
Por el momento, dos casos de covid-19 fueron anunciados el jueves, a 48 horas de la salida de la primera etapa. Ambos corresponden a dos miembros no ciclistas del Lotto, que los envió a casa junto a las personas con las que compartían habitación.
Dos potencias chocan
"Debemos hacer todo lo posible para ser irreprochables, es una burbuja, el hecho de minimizar los contactos con el exterior, incluso si sabemos que casos de infección en el pelotón pueden circular muy rápido", subrayó el jueves Romain Bardet, rey de la montaña en 2019.
Los 176 corredores de los 22 equipos deberán portar la mascarilla en las zonas de salida y de llegada, siguiendo el protocolo de la Unión Ciclista Internacional (UCI).
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Por la primera vez desde que comenzó la era del equipo británico Ineos (antiguo Sky, siete victorias desde 2012), que no ha convocado al cuatro veces ganador Chris Froome y al campeón de 2018 Geraint Thomas, otro equipo parece capaz de hacerle frente.
El holandés Jumbo ha construido una armada del mismo nivel alrededor de Roglic y de Tom Dumoulin.
Ambas potencias chocarán en un terreno muy dinámico, multiplicándose las posibilidades de ataque desde la primera semana, atravesando el sur de Francia con Los Alpes, antes de afrontar Los Pirineos la semana siguiente.
En la segunda mitad del Tour las rampas se acentúan, con Puy Mary, en el Macizo Central, y el Grand Colombier, en el Jura, y sobre todo el Col de la Loze, una llegada inédita a la que se asciende el 16 de septiembre, punto más alto de la presente edición (2.304 metros).
Una sola contrarreloj está prevista en el menú, en la Planche des Belles Filles, tierra de Thibaut Pinot.
Los escaladores, empezando por los andinos (Carapaz, Quintana, López, Urán, Higuita y sobre todo Bernal) pero también debutantes como Tadej Pogacar tienen mucho terreno para brillar.
Pero el primer maillot amarillo del sábado seguramente se lo disputen los velocistas (Ewan, S. Bennett y Nizzolo sobre todo).
Julian Alaphilippe, la sensación francesa del Tour 2019, intentará la victoria en la segunda etapa.
Pero este año lo esencial lo resume Bardet: "Estamos contentos de que el Tour se celebre, aunque no sea la fiesta popular que de costumbre. Si llegamos a París, será ya un triunfo".