A días ya, exactamente ocho, de que Gran Bretaña escoja al que será el sucesor de Boris Johnson y quien pasará a ocupar la codiciada silla en Downing Street, algunos ya están claros de que votarán por Liz Truss y otros por Rishi Sunak, pero la realidad es que buena parte de los militantes conservadores están lamentando que el actual primer ministro hubiera desperdiciado su oportunidad, y temen por quién quedará designado como su sucesor.
Con una inflación de dos dígitos, una economía amenazada por la recesión, una multiplicación en las huelgas, una vida cada vez más costosa, y con la claridad matemática de que este será un invierno boreal duro que estará marcado por medidas desesperadas como la de renunciar a la calefacción o desenchufar el frigorífico, puesto que el tope tarifario de la energía de los hogares aumentará en un 80%, la decisión de por quién votar va mucho más allá de un programa de gobierno y responde a una cosa: ¿quién capoteará mejor la recesión y la crisis que, dicho sea de paso, no hará sino acentuarse?
Lo que representan ambos candidatos
Lo cierto, y eso quedó demostrado esta semana, es que ambos candidatos, tanto la ministra de Exteriores como su rival, el exministro de Economía, a grandes rasgos han llamado al patriotismo y han exaltado la responsabilidad individual en sus discursos, pero la variación retórica es grande.
De hecho, una diferencia principal en un contexto de inflación sin precedentes en 40 años, es que Rishi Sunak defiende la idea de ayudas a los más desfavorecidos, mientras que Liz Truss aboga por bajar los impuestos, revirtiendo los últimos incrementos de las cotizaciones sociales, rebajando el impuesto de sociedades y suspendiendo los gravámenes a la gasolina destinados a financiar la transición energética.
Y de hecho a este respecto, en el marco de la semana que hoy concluye, la candidata calificó las ayudas directas de "parches", aunque no excluye formalmente esta opción. Ella, de 47 años, se sitúa muy a la derecha y se reivindica con Margaret Thatcher.
Esta propuesta es apoyada, por ejemplo, por Julian Kirk, un agricultor de 61 años y electo en un cargo local, quien sostuvo esta semana que "las empresas sufren los impuestos elevados”, y a eso se suma su imagen de que ella tiene la firmeza para hacerle frente al presidente ruso, Vladimir Putin, durante la guerra en Ucrania: "Si podemos pararlo, los precios de la energía volverán lentamente a retroceder".
Por el contrario, quienes apoyan a Rishi Sunak insisten en la capacidad que mostró para mantener la actividad durante la crisis del covid-19, a veces a contracorriente de la ortodoxia liberal.
Este candidato ha sido constante al sostener que las rebajas fiscales no beneficiarán a los hogares modestos que, de todos modos, no pagan esos impuestos, y al mismo tiempo son los más amenazados por la subida de los precios de la energía.
Sunak, que es por cierto uno de los diputados británicos más acaudalados, propuso ayudas directas a las familias modestas, y calificó de "cuento de hadas" las promesas de rebajas fiscales en tiempos de inflación y crisis económica. El candidato propuso, eso sí, una reducción del IVA en la factura de la energía.
"No estoy a favor de ayudas indiscriminadas, pero uno de los deberes de los gobiernos es proteger a la gente", argumenta un bibliotecario de 37 años que dirigirá su voto hacia el exministro de Hacienda.
Ahora bien, de acuerdo con los últimos sondeos, la ministra Truss es la gran favorita, con más de 30 puntos de ventaja, aunque a ciudadanos como Ian les sorprende que Rishi Sunak no sea más popular, “pues sus ideas económicas son muy sensatas".
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Boris, una figura presente
No obstante, el saliente Boris Johnson, menos de dos meses después de su dimisión causada por varios escándalos, entre ellos las fiestas durante el confinamiento, sigue en la mente de todos y muchos de los que votarán por Liz Truss han validado su voto en la forma en la que ella manejó la salida de Johnson.
De hecho, algunos militantes no le perdonan a Sunak que hubiera precipitado el fin del gobierno al dimitir, mientras que Liz Truss "apoyó a Boris hasta el final, y eso es algo que tenemos muy presente", confía Julian Kirk, una de las votantes.
Boris Johnson, quien actualmente está por fuera del escenario político, fue obligado a dimitir el 7 de julio. Las próximas legislativas se celebrarán a más tardar a principios de 2025.
El tema energético
Ahora bien, aunque oficialmente ambos candidatos mantienen el compromiso del Reino Unido con la neutralidad de carbono en 2050, Liz Truss pidió buscar "una forma mejor de alcanzar" ese objetivo de manera que "no perjudique a la gente y a las empresas".
La actual ministra de Exteriores quiere realizar inversiones importantes en energía, y allí donde la población local esté de acuerdo, es favorable a la controvertida tecnología de la fracturación hidráulica, que permite extraer petróleo y gas de esquisto. Truss, además, quiere "liberar más energía" del mar del Norte, y apoya la política del actual gobierno de invertir en renovables y en energía nuclear.
Por último, vale referir que Truss apoyó la opción de permanecer en la UE antes del referendo de 2016, pero tras el resultado se pasó al bando del Brexit.
Con tal entusiasmo, ella precisamente fue la promotora de un polémico proyecto de ley que, para disgusto de la UE, cambia unilateralmente las condiciones aduaneras de la provincia británica de Irlanda del Norte.
Más allá de esto, ha prometido deshacerse de todas las leyes heredadas del período en que el país formó parte de la Unión Europea para "meterle el turbo al crecimiento" económico.
Al igual que Rishi Sunak, no ha planteado ninguna solución para solventar la importante falta de trabajadores en Reino Unido, donde los europeos del continente representaban antes del Brexit un contingente fundamental, sobre todo en trabajos temporales.
Sunak, favorable al Brexit desde el inicio, ha defendido la creación de puertos francos en Reino Unido.
Por último, Truss quiere remodelar a fondo los organismos reguladores de la City de Londres si se convierte en primera ministra, y concretamente quiere fusionar en una sola entidad la autoridad de mercados (FCA), la autoridad de regulación prudencial (PRA), que supervisa a los bancos y depende del banco central, y el regulador de los sistemas de pagos (PSR).
Truss ha criticado la respuesta del Banco de Inglaterra al alza de la inflación, y ha propuesto revisar el estatuto que desde 1997 le otorga independencia respecto al Gobierno en su manejo de la política monetaria.
Vale recordar que, en el Parlamento, su jefe de fila se convertirá en el nuevo PM, como le dicen los británicos cariñosamente a su jefe de gobierno, y ahora los cerca de 200 mil militantes de los "Tories" tienen hasta el viernes de la semana entrante (2 de septiembre) para votar, pero los resultados se conocerán tres días después.