Un exhaustivo recorrido por el 75% de la ciudad que corresponde a territorio rural, se verá reflejado en “Bogotá comensal”, la más reciente producción transmedia de Capital Sistema de Comunicación Pública, que como novedad revela los rostros y la cotidianidad de las personas involucradas en la cosecha, distribución y preparación de alimentos.
Los 20 capítulos de la serie se enfocan en los individuos y organizaciones que componen este vasto sistema de conexiones, quienes con su propia voz explican las actividades relacionadas con su labor, sin olvidar las circunstancias, conflictos y fracturas que los aquejan.
Uno de los aspectos que más llama la atención de “Bogotá comensal” es que está dividida en tres miniseries para que el público pueda entender fácilmente las especificidades del intrincado que posibilita la alimentación diaria en la capital: “Bogotá siembra”, “Bogotá distribuye” y “Bogotá come”.
En “Bogotá siembra” se abordan los desafíos que viven los campesinos que cultivan y cosechan la comida. Algunos relacionados con la pugna permanente entre cemento y campo, las luchas para preservar el territorio, la cultura y las tradiciones, la presión inmobiliaria y la pérdida de identidad, entre otros.
“La ruralidad es otra forma de ser ciudad. Muchos piensan que la leche sale de la nevera o que la papa brota del costal, desconociendo todas las actividades que hay detrás. Eso hace que las familias campesinas nos sintamos amenazadas. Estamos en la lucha histórica por pervivir en el territorio porque no queremos ser desplazadas. Somos importantes porque conocemos la tierra y producimos. Queremos que nuestros derechos sean reconocidos”, señaló Gladys Rico, campesina y líder social de El Verjón Bajo.
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En “Bogotá distribuye”, la segunda miniserie, los protagonistas son quienes dedican su vida al proceso de transporte y distribución de alimentos, teniendo en cuenta las complejidades que se perciben en los lugares de venta, algunos tan cotidianos como las plazas de mercado. También plantea reflexiones sobre los cultivos urbanos, la dependencia a los importados y la revolución digital para la comercialización de víveres.
De acuerdo con Javier Salguero, director de la serie, “el objetivo es humanizar el proceso de alimentación. Pretende revelar los rostros de las personas involucradas, sus historias y sus problemas cotidianos, los cuales competen a ciudadanos e instituciones por igual. Se busca reflexionar sobre lo difícil e intrincado que es el sistema y sobre la responsabilidad que tenemos cada uno de nosotros con la comida, ya que esa relación afecta comunidades, industrias y la historia misma de la ciudad”.