Por 45 minutos pareció esfumarse la posibilidad de que Millonarios, en la era Alberto Gamero, disputara su segunda final en el fútbol profesional colombiano. Sin embargo, el milagro se hizo.

Los azules, de paso, acabaron con un par de hechos que arrastraban. Uno, que desde diciembre de 2020 no marcaban un gol de tiro libre, y el segundo, que después de nueve años volvió a alcanzar la última instancia en la Copa Colombia, ahora llamada BetPlay.

El ‘Poderoso’ (por lo menos en la etapa inicial lo fue), que había perdido en casa 2-0, vino a El Campín a buscar dar vuelta al marcador y lo consiguió, aprovechando que una línea azul que ha sido muy segura, la de recuperación, anoche no funcionó.

Larry Vásquez y Juan Carlos Pereira no encontraron la forma de controlar a los rivales, con el agravante de que Pereira se hizo expulsar y dejó al equipo con diez hombres para la segunda mitad.

Tal fue la intención del visitante de amargar la noche a los hinchas azules que colmaron El Campín, que al minuto 1, Vladimir Hernández registró el primer remate, aunque el balón se fue lejos del arco defendido por Álvaro Montero.

Además, el ‘Poderoso’ empezó a manejar el partido, soltó sus volantes para generar juego ofensivo y hacer ver mal a Vásquez y Pereira, aunque no finalizó con éxito sus aproximaciones a puerta rival, sino hasta el minuto 29.

La jugada fue un contraataque en el que Diber Cambindo remató con la izquierda, y ante la lenta reacción del portero Montero.

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La tortura para el técnico Gamero, sus dirigidos y los miles de aficionados que colmaron las gradas del coloso de la calle 57 llegó al minuto 37, cuando Luciano Pons anotó el segundo tanto del Medellín con un remate con la derecha después de una gran jugada individual.

Al 0-2, que dejaba el global 2-2 y por ende obligaba a la definición, se sumó la tarjeta roja de Pereira, quien tuvo una reacción infantil, luego de que le cometieron una falta y se devolvió para agredir al rival. No fue su noche.

Lo mejor para los azules fue la finalización del primer tiempo y en el descansado, según reconocieron los mismos jugadores, se hizo “una autocrítica” y se salió con otra actitud a buscar, sin importar el estar en inferioridad numérica frente a un rival que había sido superior, la clasificación a la final.

Aunque pasó varios sustos y Montero fue exigido, se le vio otra cara al local, que empezó a acercarse a la puerta de Andrés Mosquera Marmolejo y con faltas que le cometieron a Daniel Ruiz, buscó, a través de una fórmula que no le daba resultados desde diciembre de 2020, el descuento.

El 1-2 llegó en un tiro libre, con jugada de laboratorio, en la que Daniel Ruiz amagó con pegarle al arco, le tocó el balón a David Silva, quien a ras de piso la envió lejos del alcance del portero Mosquera Marmolejo, cuando transcurría el minuto 60.

Los dirigidos por Gamero siguieron insistiendo y, en otro tiro libre, esta vez ejecutado por Daniel Ruiz directo al arco, envió el esférico al fondo de la red. El 2-2 dio la tranquilidad a los celestes, que en el global se impusieron 4-2 para llegar a la final, la segunda que alcanzan en la era Gamero. La primera fue a mediados del año pasado pero en la Liga. Ahora espera conocer su rival entre Unión Magdalena, que va arriba en la serie sobre Junior.