EN TAN sólo cinco semanas de campaña, el primer ministro canadiense Justin Trudeau vio desvanecer la ventaja electoral que tenía cuando sorpresivamente anticipó los comicios y su continuidad en el cargo está seriamente amenazada por los conservadores.

Este país del extremo norte del continente americano tiene un sistema parlamentario. Es decir, la formación de gobierno la determina el partido que obtenga la mayoría de escaños en la Cámara de los Comunes. Tradicionalmente ninguna colectividad obtiene los 170 requeridos para facilitar la gobernabilidad de quien sea elegido premier. De allí que se ha vuelto recurrente que, tras años, e inclusive solo meses de mandato, se llame a elecciones anticipadas como una fórmula bien como una muestra de confianza del jefe de gobierno o para reforzar su legitimidad.

Acostumbrados a los gobiernos en minoría, los canadienses tendrían que otorgar hoy en las urnas al menos otros quince escaños al Partido Liberal para que la formación pudiese legislar sin la necesidad de contar con el apoyo de parte de la oposición, como ha sucedido durante los últimos dos años. Es común que en Canadá los gobiernos en minoría estén formados por los partidos con mayor número de escaños, aunque no es estrictamente necesario.

Fue en ese marco que, a mediados de agosto, el liberal Trudeau citó a las urnas para el 20 de septiembre. En su momento tenía una ventaja de cinco puntos porcentuales sobre sus inmediatos rivales, los conservadores que liderados por que Erin O'Toole, hicieron frenética campaña para desnudar las falencias y equivocaciones del gobernante, entre ellas llamar a las que consideran unas elecciones innecesarias de 600 millones de euros en plena pandemia.

Ese planteamiento de los ‘tories’, criticando a Trudeau por la convocatoria electoral cuando apenas lleva la mitad de su mandato, caló en los canadienses al punto de que alcanzaron en la intención de voto a los liberales. Ambas formaciones registran hoy 32%, mientras que el izquierdista Nuevo Partido Democrático (DNP), con Jagmeet Singh, un exabogado y estrella de 'TikTok' a la cabeza roza el 20%.

Entre tanto, según coinciden todos los sondeos, los independentistas del Bloque Quebequés han desplazado al Partido Popular de Canadá (PPC) hasta el quinto lugar en intención de voto, mientras que los Verdes tratan de recuperarse del duro batacazo sufrido a lo largo de la campaña, en la que sus apoyos se han visto significativamente reducidos.

El líder de los 'tories', O'Toole, logró así en esta frenética campaña revertir el favoritismo hacia Trudeau y sus liberales. Si logran hacerse a las circunscripciones de Toronto, ricas en votos y algunas zonas suburbanas más de las que hoy controlan pueden formar el nuevo Ejecutivo.

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El jefe conservador asegura que es "el momento" de plantearse "un cambio después de seis años de inacción, incompetencia, corrupción…Los canadienses merecen algo mejor", dijo en una de sus reiteradas ofensivas contra Trudeau.

Para muchos, la clave de estos comicios reside en si son entendidos como un referéndum sobre la gestión de Trudeau o una nueva oportunidad para el Gobierno -tal y como intentan venderlo los liberales-.  O'Toole se identifica con ambos planteamientos ya que considera que votar por Tudeau sería como "darle las gracias por romper su promesa y convocar unas costosas elecciones innecesarias” y que, por ello, los canadienses se decantarán por un gobierno diferente.

O’Toole es un año más joven que su principal adversario, el premier Trudeau (49). Con un discurso claro y contundente también marcó su corta campaña haciendo notar las diferencias entre ambos. Así, señaló que “cuando Trudeau hacía fiestas, yo participada en operaciones de búsqueda y rescate”, refiriéndose a su labor como piloto de helicópteros de la Fuerza Aérea.

Todos los analistas coinciden en señalar que el de hoy será un cerrado duelo. "La lucha está creciendo entre los dos partidos políticos", dijo Jean-Marc Léger, del instituto de encuestas del mismo nombre, al tiempo que resaltó que la jornada de hoy “se parece más a un voto de eliminación que a un voto de convicción".

El analista también sostuvo que Trudeau, desgastado por el poder y los escándalos ha visto como tanto su imagen como apoyo ciudadano ha retrocedido y está muy lejos del que registró en 2015, cuando irrumpió con éxito y fuerza en la política nacional canadiense.

"Hay más personas que tienen una mala opinión de Justin Trudeau hoy que antes de la campaña", dijo Léger.

En este panorama miles de canadienses concurrirán hoy a las urnas para configurar un nuevo gobierno que tendrá que lidiar, en primera instancia, con la recuperación económica que sigue a la crisis sanitaria provocada por la pandemia.

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Cambio climático, en la mira

En un año que se ha visto marcado por las altas temperaturas y la gestión de la sanidad pública, los partidos han concentrado sus esfuerzos en trazar planes de recuperación que permitan a los canadienses volver a la normalidad cuanto antes.

La población ha manifestado su preocupación por el cambio climático y el medio ambiente, y el gobierno que emane de los próximos comicios tendrá que prepararse a contrarreloj para la cumbre del clima de la ONU, que se celebrará en noviembre en Glasgow, Reino Unido.

Existen serias dudas sobre la capacidad del país de cumplir con su objetivo de emisión de gases de efecto invernadero, un plan que busca reducir un 40 por ciento las emisiones respecto a los niveles de 2005 y de cara a 2030.

El calentamiento global ya fue un tema central en la campaña para las elecciones federales de 2019 y provocó numerosas protestas y marchas en ciudades como Montreal, donde la activista sueca Greta Thunberg lideró una multitudinaria manifestación.

No obstante, y aunque los electores han puesto sobre la mesa otras cuestiones como el acceso a la vivienda, el impacto del pasaporte de vacunación sobre los pequeños comercios y el cuidado de las personas con discapacidad, las elecciones servirán fundamentalmente para abordar asuntos económicos en la era pospandemia.

Al poner sus últimas fuerzas en la campaña, Trudeau, como hace dos años, amplificó su llamado a la votación estratégica, pidiendo a los electores que bloqueen el camino a los conservadores. 

"Somos los únicos que estamos en condiciones de detener a Erin O'Toole y evitar que haga retroceder a Canadá", insistió durante toda la semana, al tiempo que alertó sobre el “revés” que amenaza al país desde el punto de vista medioambiental si los conservadores vuelven al poder. 

Según él, su partido tiene el único programa "ambicioso y realista" en este ámbito. 

Para estas elecciones, la pandemia de coronavirus provocó un repunte del voto por correo. Una cifra récord de 1,2 millones de personas solicitó este tipo de papeletas, que se sumarán a los más de 54 mil canadienses que votan en el exterior, por lo que las autoridades pertinentes descartan que los resultados de los comicios se conozcan la noche de este lunes.